Colonialidad e Identidad en América LatinaLos estudios actuales de las ciencias sociales parecen estar centrados en las experiencias culturales y los significados simbólicos ocultos en las expresiones humanas, para ello recurren a interpretaciones con pretensión de reformular la filosofía de las ciencias sociales y fundamentar sus estudios; nos referimos a la Antropología de la Sobremodernidad, la Teoría de la Imagen Corporal, la Antropología Urbana y los estudios de los espacios públicos. Un gran paso para la ciencia social dentro de los estudios interpretativos fue aceptar las limitaciones de la experiencia frente al conocimiento y la reproducción del pensamiento mítico aún en la ciencia experimental; un segundo paso será la aceptación de inmanencias filosóficas y políticas que tiñen nuestro pensamiento en la labor académica. Este libro fue escrito como mi tesis de licenciatura en Antropología Social en 2008 en la Escuela Nacional de Antropología e Historia en la Ciudad de México, bajo la dirección del Dr. Hilario Topete. En este documento abordaré una interpretación sobre la colonialidad desde la problemática de las ciencias sociales, pensándola en sus dos consecuencias de actos: la enajenación y la liberación, ambos antinómicos y que jamás crearán una relación simbiótica o si se prefiere llamar dialéctica. La enajenación se puede observar en estudios innecesarios que pretenden priorizar la descripción de eventos y fenómenos sin buscar implicaciones políticas del conocimiento en el fenómeno; son éstos estudios clásicos que objetivan al sujeto y lo encierran en categorías estáticas y piezas de museo; por ejemplo: la Antropología clásicaintegracionista. La liberación se puede observar en los estudios que encausan el conocimiento hacia el descubrimiento de las relaciones de poder: aceptar que el poder interviene las relaciones sociales es dar crédito a las inmanencias políticas de las ciencias sociales como lo han hecho los estudios de la Epistemología Crítica Latinoamericana. La denuncia, la resistencia, la rebeldía y la propuesta política son momentos diferentes e incluso líneas posibles de los análisis que priorizan la liberación. Me inquietan los estudios referentes a la epistemología de la vida cotidiana, entendiéndola: como una serie de prácticas habituales construidas en torno a un proceso mental que ha interiorizado esquemas y se lleva a cabo con intención pública; por lo tanto, estoy convencido de que una forma concreta de hacer estudios sociales será el análisis multidimensional del fenómeno de la colonialidad en la epistemología de la vida cotidiana. El fenómeno es la normalización del consumo de ropa de marca y las inmanencias filosóficas que combinan los actos “culturales” de indumentaria con la política sugerida. Dentro, un imaginario de acción enmarcado en del supuesto de la colonialidad como estructura de representación y reproducción de la vida social. Unir un evento trivial como la indumentaria juvenil con prácticas ideológicas me permitirá acercar a nuevos pensamientos en torno a la construcción del conocimiento en la vida social. Tres caminos deseamos recorrer en este encuentro: 1) proponer un estudio multidimensional de un fenómeno de la vida cotidiana; 2) develar procesos ideológicos dentro de la práctica cotidiana de vestido y 3) operacionalizar la categoría de colonialidad dentro de la antropología. Mi interés surge al seguir los escritos de la filosofía de la ciencia de Paul Feyerabend y los análisis históricos de Immanuel Wallerstein donde se unen perspectivas políticas dentro de estudios sociales contando con las implicaciones económicas. Creo que la antropología debe acercarse a la perspectiva multidimensional como los ejemplos de Wallerstein y Feyerabend. El fenómeno al que me quiero acercar como puente entre un aspecto de la vida cotidiana y la ideologización de los estudios sociales es la „colonialidad‟; vista como un proceso de dominación intercultural donde no existen las relaciones horizontales, como lo desearían las teorías de la hibridación y el multiculturalismo, sino que las relaciones sociales están construidas en torno a relaciones de poder. El proyecto de acercamiento epistemológico que propongo a un fenómeno de la vida cotidiana está precisamente dirigido a construir una forma de hacer conocimiento científico usando el ejemplo de la indumentaria juvenil. Las expresiones de esta indumentaria juvenil en escenarios urbanos pueden ser analizadas desde sus implicaciones simbólicas, pero también como evidencias de un proceso político y cultural más importante como la colonialidad. Revistiendo el análisis antropológico con nuevas perspectivas nacidas desde la filosofía y aceptadas en diversos momentos por las ciencias sociales se puede hacer frente a éste fenómeno. Cualquier estudio antropológico de la indumentaria juvenil debe recurrir a los símbolos contenidos y expresados en formas de la discursiva visual que corresponde. La indumentaria juvenil de los universitarios se caracteriza por la temática libre en forma y colores, los jóvenes expresan sus inquietudes mediante la tónica actual en la búsqueda de nuevos espacios de comunicación y diálogo. Se expresan sentimientos nacidos de una generación que vive una etapa coyuntural en la vida nacional; los jóvenes desean participación, aunque ¿es cierto todo esto? ¿Realmente son los jóvenes participativos que buscan nuevas formas de expresión y reconocimiento? ¿Qué hay de la moda y la publicidad? ¿Qué nos dice el uso de la ropa de marca? La reflexión filosófica implica más retos por la falta de normalización de su lectura; sin embargo, los ensayos permiten a las ciencias abrirse a nuevos diálogos y tomar en cuenta la dinámica de los fenómenos. Desde la reflexión filosófica pretendemos dos argumentos para acercarnos al fenómeno del consumo generalizado de ropa de marca: el argumento tácito es la justificación inmediata para la existencia de este producto, la ropa existe para algo, y el argumento implícito es una suerte de mensaje oculto más relevante y sin el que carece de sentido usar una prenda u otra. La identificación de los jóvenes con la publicidad de la ropa de marca está sujeta a estrategias de seducción con que los publicistas incitan al deseo de consumo; presentando a éste como una invitación a la forma de vida que la publicidad propone seductoramente. La mercadotecnia es la programación de la forma de vida (si se comprende el concepto); embelesan al receptor con un mensaje falso sobre la pertenencia a algún grupo económico, social, cultural por el hecho de consumir determinados objetos que se proponen como artificios identitarios; se ficticia sobre la cercanía del comprador y el mundo al que se invita: el mundo maravilloso del vaquero marlboro y la rubia superior. En el momento que se construye una relación social entre el mensaje publicitario y la mercancía se ficticia la identidad y se radicaliza en un fetiche o cliché. Tenemos razón en afirmar que la colonialidad no es una relación social, sino material y de posesión, aunque no es el colonizado quién posee el objeto, sino el colonizador quien posee al colonizado como consumidor cautivo. La publicidad en este sentido entra como agente colonizador en tanto que permite la reproducción pictórica de un “estilo de vida correcto” propuesto por las grandes marcas de ropa que introducen sus productos en América Latina. En el fetiche del objeto de consumo (ropa en este caso) se concentra la relación total del colonizado con el colonizador: el colonizado desea pertenecer al grupo social propuesto en la publicidad e imita su discurso visual corpóreo al que accede con el consumo de la ropa y los estilos de ropa adecuados para cada temporada. ¿Qué postura debe tomar la ciencia antropológica ante una relación de consumo cuando se consideran las inmanencias políticas y filosóficas del fenómeno? |