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y cosas de nuestro servicio, conforme á la calidad de su persona, en que pueda ser honrado y aprovechado, que en ello me serviréis. De Valladolid, á 27 días del mes de Noviembre de 1550 años.-LA REINA.Refrendada de Fernando Ledesma, señalada del Marqués, Gutierre Velázquez é Gregorio López y Hernán Pérez, Briviesca.

1.o de Mayo de 1551.

X-Real cédula á la Audiencia de Lima sobre fundación de monasterios de la Orden de Santo Domingo en el distrito de su jurisdicción.

(Archivo de Indias, 148-5-2.)

Presidente é Oidores de la nuestra Audiencia Real de las provincias del Pirú.-Nos somos informados que en esa tierra, al presente hay unos pocos monasterios de la Orden de Santo Domingo, é porque nos proveemos que pasen algunos religiosos de la dicha Orden, para que entiendan en la instrucción é conversión de los naturales de esas provincias, y. conviene que tengan monasterios donde residan y estén en comodidad para convertir los dichos indios; yo vos encargo y mando que os informéis y sepáis en qué partes é lugares de esas provincias del Pirú, hay necesidad que se hagan monasterios de la dicha Orden, y en las partes que halláredes que conviene hacerse proveáis como se haga teniendo intento á que las casas sean humildes é que no haya en ellas superfluidad, en los lugares donde se hubieren de hacer de dicha Orden, é que lo que costaren hacer de ellos se reparta de esta manera: que la tercia parte se pague de esa Real Hacienda, é que la otra tercia parte paguen los indios de la comarca que gozaren del beneficio del dicho monasterio, y la otra tercia parte los vecinos é moradores y encomenderos que tuvieren pueblos encomendados en ellos; é que por la parte que cupiere á nos de los pueblos que estuvieren en nuestra real corona, contribuyamos como cada uno de los dichos encomenderos; é si en el pueblo donde se hiciere cada monasterio, ó en la comarca dél, moraren españoles que no tengan encomienda de indios, también les repartiréis alguna cosa, atento la calidad de sus personas y haciendas, pues también ellos tienen obligación al edificio de los dichos monasterios, é lo que así á estos repartiéredes del cargar, sea de las partes que cupiere á los indios y á los encomenderos, en lo cual entenderéis con el cuidado é diligencia que de vosotros confiamos.-Fecha en Valladolid, á

primero día del mes de Mayo de mil é quinientos é cincuenta é un años. Yo LA REINA.-Por mandado de S. M., su Alteza en su nombre. -Juan de Samano.

20 de Mayo de 1551

XI-Juan Núñez de Prado con Francisco de Villagra sobre cosas mal hechas y agravios que le hizo.

(Archivo de Indias, 52-5-6/8.)

En la ciudad del Barco, á veinte é un días del mes de Mayo del Sefor, de mill é quinientosé cincuenta é un años, ante el magnífico señor Francisco de Valdenebro, alcalde ordinariopor S. M. en la dicha ciudad, y de los testigos de yuso escriptos, paresció presente el capitán Juan Núñez de Prádo é presentó este escripto abajo escripto con ciertas preguntas de interrogatorio, su tenor del cual es este que se sigue.

Magnífico señor: 1

Juan Núñez de Prado, parezco ante V. M. é digo: que yo tengo nescesidad de hacer una probanza ad perpetuam rei memoriam de lo sucedido en esta tierra después que á ella vinę para la presentar ante S. M. é su Real Abdencia que reside en la ciudad de los Reyes, ó donde viere que me conviene y de como al tiempo que yo vine por mandado de S. M. á poblar á esta cibdad del Barco y me partí del asiento de Potosí, provincia de los Charcas, dejé en el dicho asiento á Juan de Santa Cruz, mi maese de campo, haciendo gente de guerra para poder pacificar esta tierra, y por razón de habelle dejado en mi lugar haciendo la dicha gente, vine á poblar con sólo sesenta hombres; en gracia y con esperanza que el dicho Juan de Santa Cruz me había de traer; y estando así poblado invié la mitad de la gente á ver y descubrir lo que había en la tierra y por cabdillo con ellos á Martín de Rentería, alcalde, el cual llegó al pueblo de Miquejata y Collagasta y Mocata y Thoamagasta é á otros muchos pueblos, conquistando é trayendo los caciques é naturales de paz, donde tomó posesión en mi nombre é de esta cibdad para que fuese término é juridición della, poniendo cruces en los dichos pueblos, haciendo entender á los caciques é indios que como tuviesen aquellas cruces no les harían mal los cristianos; é después de lo cual, habiendo venido el dicho cabdillo, yo con la otra mitad de la gente quise ir á visitar toda la tierra por otra parte más por enteramente, é salí para ir á

hacer la dicha visitación desta cibdad, y estando junto al pueblo de Tiparo alojado, que es veinte é cuatro leguas de esta cibdad, me dijo un cacique de Atacama que me había venido de paz, como en Toamagasta habían criptianos, que había leguas más de veinte, y deseando saber quiénes fuesen, me partí luego á la hora para el dicho pueblo de Toamagasta y antes de llegar al dicho pueblo se tomaron tres ó cuatro indios los cuales me dijeron como estaban en el dicho pueblo de Toamagasta once cristianos que habían estado robando los indios, é matando, é quitando la cruz que estaba puesta, é no embargante que les hacían cruces como les habían hecho entender, los mataban é robaban é quemaban, é viendo esto, é que me decían que no eran sino once cristia, nos les quise ir á prender aquella noche para castigallos, que al tiempo que llegué al dicho pueblo de Toamagasta, que fué un día que se contaron diez días del mes de Noviembre de este año de quinientos é cincuenta años, é llegué á los dichos españoles al cuarto del alba y hallé que eran cien españoles con el capitán Francisco de Villagrán, donde me resistieron é no pude hacer el dicho castigo, por donde tuve necesidad de retirarme y volver á esta cibdad, donde tuve noticia por Rui Sánchez de Vargas, que se me pasó aquel día, como Gabriel de Villagrán había tomado al dicho Juan de Santa Cruz, mi maese de campo, en Cotagaita, toda la gente que me traía de socorro é desbaratándole é quitándole armas y caballos, salitre, azufre, arcabuces é otros aparejos para la guerra; é después dende á tres días yo me había retirado é vuelto á esta cibdad, el dicho Francisco de Villagrán vino á ella con gente armada y de guerra, y con bandera tendida entró en ella poderoso, y de como el capitán Reynoso, su macse de campo, y otros soldados suyos anduvieron sosacando los soldados de los pocos que habia para que se fuesen con él, é llevó trece hombres de los que en esta cibdad había, é veinte é tres caballos; é viendo esto, los demás soldados se querían ir todos con el dicho capitán Francisco de Villagrán, é avisándome de esto y por no deservir á S. M. é que esta cibdad no se despoblase, siendo avisado por parte del dicho capitán Francisco de Villagrán que queria la irendición de esta cibdad, que entrase en la gobernación de Pedro de Valdivia, cuyo capitán era el dicho Francisco de Villagrán, teniendo por cierto que por esta vía no llevaría ningún soldado, antes dejaría en ella gente é municiones é todo lo que fuere menester en la dicha guerra por tener, como tenía, doscientos hombres, hi

ce lo que quiso por fuerza y contra mi voluntad; é por estar como estaba el dicho Francisco de Villagrán en esta cibdad con mano armada é poderoso é por no dar ocasión á que S. M. fuese deservido; é así mesmo de como el dicho Francisco de Villagrán después que entró en esta tierra hizo malos tratamientos él y su gente á los naturales, de manera que se alzaron, que hasta hoy día no les he podido tornar al ser vicio como de antes, é han dejado de sembrar é hoy día están de guerra, é á causa de no sembrar me han puesto en gran nescesidad, tanto, que me ha de ser forzoso mudar la cibdad á donde pueda sustentar la gente que tengo, é si no lo hiciere, pereceríamos todos de hambre y á donde esté la dicha cibdad con más fuerza y en parte á donde pueda tener comida é fuerza para me poder sustentar con tan poca gente hasta tanto que sea socorrido é ayudado, aviso á S. M. y á su Real Abdencia que me provea de socorro y mande lo que fuere servido; por todo lo cual é á causa de la gran nescesidad me conviene mudar el pueblo á otra parte donde me pueda sustentar, etc.

Por ende, á V. M. pido que los testigos que yo presentare los mande preguntar por las preguntas que de suso van escriptas, y lo que dijeren é depusieren me lo mande dar escripto en limpio é signado é cerrado del presente escribano, en manera que haga fe, interponiendo en ello su autoridad é decreto judicial, y las preguntas son las siguientes:

1. Primeramente, sean preguntados si conocen al dicho capitán Juan Núñez de Prado y al dicho Juan de Santa Cruz, su maese de campo, y si conoscen al dicho Francisco de Villagrán é á Grabiel de Villagrán, maese de campo que fué del dicho Francisco de Villagrán y al capitán Reynoso, maese de campo que al presente es del dicho Francisco de Villagrán, é si conoscen á Miguel de Ardiles y Niculás Carrizo.

2.-Item, si saben que el dicho capitán Juan Núñez de Prado vino á estas provincias de Tucumán por mandado de S. M. é con su provisión real á poblar un pueblo en ellas, como paresce por la provisión que para ello tengo: digan lo que saben.

3.-Item, si saben que el dicho Juan Núñez de Prado, en cumplimiento de la dicha provisión, se partió para estas dichas provincias desde el asiento de Potosí en el Perú á hacer lo que por S. M. le era mandado, dejando en el dicho asiento de Potosí al dicho Juan de Santa Cruz, su maese de campo, haciendo gente para que viniese con ella en su socorro; digan lo que saben, etc.

4.-Item, si saben que el dicho capitán Juan Núñez de Prado se vino. al valle de Chicoana con hasta sesenta hombres, donde estuvo esperando al dicho Juan de Santa Cruz, su macse de campo, muchos días y meses, el cual nunca vino, é visto su tardanza, se vino á poblar esta cibdad del Barco, con esperanza de su socorro; digan lo que saben, etc.

5.-Item, si saben que viendo el dicho capitán Juan Núñez de Prado su tardanza del dicho macse de campo Juan de Santa Cruz desde Chicoana antes que se partiese para estas provincias de Tucumán despachó un capitán con sus poderes, que fué á Miguel de Ardiles y con él á Niculás Carrizo para que fuesen á Potosí é supicsen lo que pasaba, los cuales fueron é llegaron á Potosí y estuvieron en el pueblo de Santiago, que está á muchos días; digan lo que saben, etc.

6.-Item, si saben que luego que el dicho capitán Juan Núñez de Prado despachó al dicho Miguel de Ardiles se vino con sólo sesenta hombres á este dicho asiento de Tucumán é pobló á esta dicha ciudad, esperando de cada día el dicho socorro de la gente que le había de traer el dicho Juan de Santa Cruz, su maestre de campo, y el dicho Miguel de Ardiles; digan lo que saben, etc.

7.-Item, si saben que teniendo el dicho Juan de Santa Cruz gente hecha para venir en socorro del dicho Juan Núñez de Prado y estando en el asiento de Cotagaita, pueblo de Hernando Pizarro, en un día del mes de Junio que fué el veinte é cuatro del dicho mes del año pasado de quinientos cincuenta, el dicho Gabriel de Villagrán, maestre de campo del dicho Francisco de Villagrán, fué con más de setenta hombres á punto de guerra y tendida su bandera prendió al dicho Juan de Santa Cruz y al dicho Miguel de Ardiles y á treinta soldados que traía é había hecho y pagado de la hacienda del dicho capitán Juan Núñez de Prado y de su maese de campo, quitándoles las armas y robándoles y llevando consigo toda la dicha gente con salitre y azufre y arcabuces y otras cosas necesarias para la guerra y inviando al dicho Juan de Santa Cruz y al dicho Miguel de Ardiles é á Niculás Carrizo á pié y en sendos mancarrones; digan lo que saben, etc.

8.-Item, si saben que estando el dicho capitán Juan Núñez de Prado poblando en esta ciudad envió á Martín de Rentería, alcalde, con hasta veinte é cinco ó treinta hombres que fuesen á conquistar é descubrir la tierra por ver lo que había en ella, el cual fué y llegó á Macherata y Collagasta é Mocata, que es cuarenta é cinco leguas de esta ciudad é

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