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nan todavia una condicion mas favorable, pues que no pueden dejar al aire mas que un acceso proporciona do á la cantidad que el combustible exige para ser quemado completamente.

Muchas chimeneas de las habitaciones están construidas en plastre de Paris, y algunas otras con tierra de alfarero; estas construcciones son muy perjudiciales, y pueden causar frecuentes incendios. En efecto, cuando el ollin pegado en estos conductos llega á encenderse, la alta temperatura desarrollada de un golpe hace romper ó caer en cascos los materiales que forman sus paredes; bien pronto la llama penetra hasta las piezas de madera mas inmediatas y el fuego en seguida se èstiende rápidamente en todas las partes del edificio. Órdenes muy sabias han salido prohibiendo en las grandes poblaciones estas peligrosas construcciones; estas están reemplazadas en el dia por chimeneas de ladrillo, en las cuales puede tambien el fuego prender, pero no puede resultar ningun daño inmediato; el peligro no existe mas que por la parte de afuera; las chispas que salen de los conductos encendidas, pueden ir léjos sobre algunas materias muy combustibles, cuando el viento sopla con alguna violencia. Para evitar este grande inconveniente las órdenes administrativas prescriben el limpiar las chimeneas; precaucion que las mismas compañías de seguros no faltan de tomar. (V. COMPAÑIA DE SEGUROS.)

M. Gourlier arquitecto é inspector de la bolsa de Paris, ha imaginado de hacer construir ladrillos moldados en una forma tal, que cuatro juntos dejan en medio de ellos un conducto cilíndrico de 9 á 10 pulgadas de diámetro; son necesarios de dos modelos, asi como lo indica la fig. 7 de la lám. 61, para que las junturas se

hallen cortadas, poniendo estos unos sobre otros. Las chimeneas construidas de esta manera, son mas fáciles de limpiar que las que son angulares; basta el hacer pasar en ellas en diferentes veces un pequeño fogote de espinas que frote en todas las paredes interiores; para esto se ata al medio de una cuerda; un hombre agarra una punta de la cuerda abajo de la chimenea y hace bajar el fagote; otro hombre colocado á la parte superior tira el otro cabo de la cuerda y hace subir el fogote hasta arriba. Se continua esta operacion hasta tanto que el ollin esté del todo despegado. (En Inglaterra emplean para limpiar las chimeneas, una escoba cilíndrica.) Se sirven tambien de este medio, para limpiar las chimeneas rectangulares estrechas, y sobre todo las de las fábricas, herrerias, etc.; pero suele quedar ordinariamente una cantidad mas ó ménos grande de ollin en los ángulos, y el fuego puede prender despues de haberlas limpiado.

Desde algun tiempo á esta parte, se emplean para construir las chimeneas cilíndricas, unos conductos de hierro colado; esta forma presenta aqui la ventaja de una mayor solidez; y en las diferencias de temperatura, las contracciones ó dilataciones rápidas se operan de una manera uniforme, de suerte que el hierro colado está poco sujeto á romperse. Esta construccion es sobre todo muy útil cuando se quiere aprovechar de una parte det calor que los gases de la combustion llevan á la chimenea. Se sabe en efecto, que el calor atraviesa mas fácilmente el hierro colado que el ladrillo ó el plastre de Paris; estos materiales son mucho mas espesos.

Se coloca con mucha frecuencia sobre lo alto de las chimeneas mitras de plastre de Paris ó de tierra cocida, para evitar los rechazos que el viento ocasiona, 6 bien

cabezas con veleta, que no presentan al viento la salida del humo. Estas disposiciones no son útiles cuando las chimeneas son bastante altas. Se puede entónces reemplazarlas con ventaja, por una piedra grande ó plancha de hierro algo corva, sostenida horizontalmente á 40 6 50 centímetros de la salida de la chimenea, por 3 ó 4 montantes. Esta plancha de hierro impide á las aguas pluviales de penetrar en la chimenea, y que los rayos del sol se opongan á la salida del humo.

Chimeneas de herrerias, ingenios, etc. Estas construcciones pirotécnicas erigidas en todos tiempos sobre datos á menudo mal establecidos de la experiencia, y aun todavia mas despues de las habitudes locales, estaban léjos de producir los mejores efectos que se podian esperar de una corriente de aire convenientemente apropiada á los diferentes hornos, y á las diferentes operaciones. Montgolfier, en quien se han admirado una tan grande rectitud de ideas, fué el primero que ensayó el sujetar á reglas precisas la construccion de varias chimeneas (*); si este fin no se ha logrado completamente, es que sin duda el objeto no lo ha permitido. En efecto, en este problema, todos los datos son variables, la naturaleza es la calidad del combustible, todas las influencias atmosféricas, el estado del cuerpo que se calienta, etc., etc., pero por lo menos se pueden fijar aproximadamente ciertos límites, entre los cuales se deben obtener resultados útiles de cuyos límites podria salir sin algunos inconvenientes.

(*) Los SS. Clement y Desormes se han ocupado útilmente de estas aplicaciones del cálculo á las construcciones pirotécnicas; varias veces tendremos ocasion de indicar los resultados á los cuales han sido conducidos.

Para apreciar los efectos de la extraccion por medio de las chimeneas, Montgolfier las sujetó á los principios conocidos de hydrodinamica. Se sabe que la ascension del aire calentado dentro de un conducto, depende de la disminucion de su peso específico que resulta del acrecentamiento de su volúmen; se puede pues aplicar la fuerza asencional á la disminucion de densidad ó á la diferencia de densidad entre el flúido elástico interior de la chimenea y el aire exterior, ó en fin á la diferencia de la altura de dos columnas de fluido elástico, supuestas reducidas á la misma densidad: y en esto último caso se supondrá la velocidad de los gases ó productos de la combustion en el interior de la chimenea, igual á la de un cuerpo grave caido de una altura igual á la diferencia de altura de los dos flúidos elásticos.

Expliquémos esto por un ejemplo y escojámos el caso mas sencillo, como es el de una chimenea de ventilacion (V. OREAR), en la cual el aire interior seria puro, como el exterior; y supongámos ademas que, en toda la altura del tubo, la temperatura será constante é igual á 100 grados; esta última condicion se obtendria envolviendo de vapor libre en todo su largo un tubo de metal delgado, en el que una parte seria prolongado horizontalmente.

Si este tubo que representa una chimenea, tiene una altura de 100 metros se tendrán los volúmenes en razon inversa de las densidades, y el volúmen de los gases aumentando por cada grado termométrico centígrado, de 0,00375 de su volúmen á 0o, ó por 100°, de 0,375.

100 (aire exterior): 137,5 (vol. del aire interior):: : 100; de donde resulta (la densidad buscada )=71.

La columna de aire exterior á 0°, siendo de 100 me

tros, la columna interior sera representada por 71 metros, y la diferencia, ó el exceso de presion exterior 29 metros; la velocidad debida á esta diferencia, se calculará segun la fórmula de la caida precipitada de los cuerpos graves, es decir multiplicando la diferencia que en este es 29, por el número constante 19,62 (V. FLÚts DOS Y CAIDA) y extrayendo la raiz cuadrada del produc< to, se tendrá :

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Para conocer entonces la cantidad de aire pasádo en un segundo, bastará multiplicar la superficie de la seccion mas pequeña de la chimenea que libra el paso al aire caliente, por esta velocidad que indica el largo de la columna de aire pasado en un segundo. Si la seccion interior de la chimenea es igual á 0,5 metro cuadrado, se tendrá: 23,85×0,5=11,925; y multiplicándolo aun por 1,298, peso de un metro cúbico de aire á 0°, se tendrá: 15,478 kilógramos. Se verán los artículos OREAR y VENTILACION, si esta cantidad de aire bastaria á la res piracion de un número dado de individuos, ó á la renovacion de aire por otras varias causas.

El problema se complica un poco cuando se trata de calcular la velocidad que ha servido á la combustion, en razon de que ha cambiado de naturaleza; el ácido carbónico formado, lo hace mas pesado, y la propor cion de este gas es muy variable (V. COMBUSTIBLE y nor No). En los hornos bieu construidos la cantidad de aire empleado será poco mas ó ménos doble del que es rigurosamente útil; asi pues suponiendo los mismos datos de que hémos partido en el ejemplo ya citado (ex cepto la composicion del aire), es decir, altura de la

TOMO VII

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