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el mismo lo dice, por el interés individual y por el interés nacional, hubiera establecido una manufactura en grande: pero cualquiera que sea la causa, todo ha quedado en el estado primitivo, y sómos todavia, por este importante producto, tributarios al extrangero. Con todo, toda la esperanza no es perdida, y hémos visto en nuestra última exposicion, muestras de cinabrio de fábrica francesa, que se aproximaban totalmente á los de Holan da, con lo que se vé que queda muy poca cosa á hacer para llegar al fin deseado. Un poco de perseverancia todavia, y nuestra industria se podrá vanagloriar de una conquista mas. Los SS. Desmoulins, Marchand y Burau, son los que hasta ahora se han ocupado de esta operacion con mejor éxito.

Poseémos sobre el conjunto de la fabricacion del cinabrio holandés, muy buenos indicios, que nos han sido transmitidos por M. Tucker farmacéutico de la corte. (V. Anales de Química.) M. Payssé, que ha tenido la ocasion de visitar diferentes de estas fábricas, se ha asegurado de su exactitud; hé aqui textualmente lo que de ello dice M. Tucker. » La fábrica en la cual yo hé asistido diferentes veces á la fabricacion del súlfuro de mercurio sublimado, es la de M. Breand, situada fuera la puerta de Utrecht en Amsterdam; es una de las mas considerables de Holanda; en ella se fabrican anualmente, en tres hornos, y por medio de cuatro operarios, 48,000 libras de cinabrio, ademas de las otras preparaciones mercantiles. En ella se sigue el procedimiento que voy á describir.

»Se prepara desde luego el etíope, mezclándole 150 libras de azúfre y 1080 libras de mercurio puro, y exponiendo en seguida esta mezcla á un fuego moderado en una caldera chata y pulida de un pié de profundi

dad, y sobre unos 2 pies y medio de diámetro. Jamás esta mezcla se inflama, á ménos que el operario no haya todavia adquirido la práctica necesaria.

>> Se muele este súlfuro negro, asi preparado, á fin de llenar fácilmente unas pequeñas botellas de barro de la capacidad de unas 24 onzas de agua poco mas ó ménos, y se llenan de antemano 30 6 40 de estas botellas para servirse de ellas cuando haya necesidad.

» Despues de esta preparacion, se tienen tres potes ó vasos sublimatorios hechos de arcilla ó arena muy pura; estos vasos se bañan antes de una capa de luten, á fin de que adquiera una sequedad mayor cuando quieren emplearlos. Se ponen estos potes en tres hornos guarnecidos de tres cercos de hierro apoyados á una bóveda elevada y capaz de resistir al fuego. Los vasos sublimatorios pueden ser de diferentes dimensiones (*); los hornos están construidos de manera que la llama circule libremente al rededor, y que circule los vasos hasta las dos terceras partes de su altura,

» Cuando los vasos sublimatorios están puestos sobre los hornillos se enciende por la noche un fuego moderado, el que se va aumentando hasta tanto que se hagan enrojecer los vasos. En Amsterdam, se sirven para esto de turba. Cuando los vasos están rojos se hecha en el primero una botella de súlfuro negro de mercurio, en seguida en el segundo, y despues en el tercero. Se puede despues hechar dos, tres ó mas de una vez; esto depende de la mas ó ménos inflamacion del súlfuro de mercurio. Despues de su introduccion en los crisoles ó potes, la llama se eleva algunas veces á 4 y aun á 5 pies

(*) Segun M. Payssé, estos potes ó crisoles están cubiertos de una eapecie de cúpula de hierro,

de altura; y cuando se ha disminuido un poco, se cubren los vasos con una plancha de hierro de un pié cuadrado y de una pulgada y media de grueso, que se aplica perfectamente. Se introduce asi, en 34 horas, en los tres potes, toda la materia preparada; lo que hace por cada pote 360 libras de mercurio, y 50 de azúfre, en todo 410 libras. Toda la materia una vez introducida se continua el fuego á un grado determinado, y se deja apagar cuando todo está sublimado; lo que exige 36 horas de trabajo. Se conoce si el fuego es demasiado fuerte ó demasiado débil, por la llama que se levanta cuando se quita la cubierta de hierro: en el primer caso, la llama sobrepuja el vaso de algunos pies; en el segundo apénas se conoce, ó no hace mas que tocar débilmente la abertura de los potes. El fuego está bien graduado, si levantando la cubierta se vé parecer la llama con viveza sin que se levante mas de 36 4 pulgadas por encima de la abertura.

» En las últimas 36 horas, se remueve la masa cada cuarto ó media hora con una barilla de hierro para acelerar la sublimacion. Los operarios lo hacen con tanto atrevimiento, que me admiré de que cada vez que lo hacian no rompiesen los vasos.

» Despues que todo está frio, se quitan los vasos con los cercos de hierro, los que impiden el que se rompan ó revienten. Se halla en cada pote constantemente 400 libras de súlfuro de mercurio sublimado; lo que hace 1200 libras entre los tres, y por consiguiente 10 libras de pérdida en cada uno.

» El súlfuro de mercurio sublimado, no se pega á las planchas de hierro, pues que las quitan continuamente, excepto hacia el fin de la operacion, que no se toca mas á los vasos. Estas planchas no sufren el menor daño."

Se puede juzgar por la descripcion de este procedi

نے

miento, cuya exactitud nos es garantida por los viageros modernos. Cuando todo está de acordes con la opinion manifestada por Seguin, ¿ que motivo en efecto podria determinar á admitir la presencia del oxígeno en el cinabrio? Pues aun cuando se pudiese suponer con M. Payssé, que la inflamacion que se manifiesta durante la sublimacion es debida á una verdadera combustion, es decir á una fijacion de oxígeno, y no al resultado de la actividad de la accion química, como suele suceder en la mayor parte de los súlfuros metálicos, hechos del mismo modo en vasos cerrados, ¿ no saben pues que el azúfre, á esta alta temperatura, no puede mantenerse combinado con óxidos de una reduccion tan fácil como el mercurio, y que habria necesariamente formacion de ácido sulfuroso? Asi pues, todo hace creer que el cinabrio resulta de la union íntima del azúfre y del mercurio, union que no puede efectuarse sino á una temperatura dada, y que el último golpe de mano consiste en atender bien este punto fijo. La precaucion que toman los holandeses de no añadir el súlfuro negro en sus crisoles, mas que por porciones, y de aguardar que estos crisoles estén rojos para principiar las proyecciones, me parece una prueba evidente. Se conoce en efecto que por este medio todas las partes de súlfuro negro reciben súbita y simultáneamente la accion de una temperatura suficiente para determinar la union mas íntima y gasificar el súlfuro rojo á medida que se forma. Activando al contrario sobre las masas mas considerables y partiendo de una temperatura mas baja, la accion seria siempre desigual y sucesiva, y el calor de contínuo parado por el desarrollo de los vapores. Desde luego se haria imposible mantener esta temperatura eleuniforme , que hace que todas las partículas es

vada y

tán igualmente atendidas y fundidas; por decirlo asi en la materia del calor.

Se puede tambien obtener cinabrio en frio, ó á lo ménos á una muy baja temperatura, triturando el mercurio con soluciones de súlfuros ó de hidrosúlfuros alcalinos: pero entónces la accion es muy lenta, y esto no suele suceder sino despues de varios dias que la combinacion está efectuada. Con todo si este procedimiento pudiese ser regularizado y dar resultados constantes, habria la gran ventaja de producir el cinabrio inmediatamente en un estado conveniente de division. Pues es siempre asi que se emplea. No hay nadie que no haya observado que el mercurio agitado con un hidrosulfato sulfurado ó un súlfuro hidrogenado, no les quite poco á poco los excesos de azúfre que contienen, y no los cambie en hidrosulfatos puros sin color: el mercurio amparándose del azúfre se transfoma desde luego en etíopes, despues en cinabrio, que á veces suele tomar el aspecto cristalino. Este fenómeno se vé sobre todo con el hidrosulfato y el súlfuro hidrogenado de amoníaco. Baumé y antes Hoffmann habian ya hecho mencion de ello. Entre todos los procedimientos de este género que están indicados por los autores, uno de los mas sencillos es el publicado por Kirchoff. Consiste en triturar en una cápsula de porcelana con un majadero de vidrio 300 tes de mercurio con 68 partes de azúfre, el todo humedecido con algunas gotas de una disolucion de potasa; al cabo de un cierto tiempo el etíope mineral está formado. Entonces se añaden 160 partes de potasa disuelta en una igual cantidad de agua: se pone el vaso que contiene la mezcla á la llama de una vela, y calentándola asi se continua meneándola sin interrupcion. A medida que la evaporacion del líquido se hace, se aña

par

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