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mándolo de la misma manera de dentro el vaso que contiene la disolucion de añil (*).

En resúmen, para hacer la prueba de un clorúro, se toma 48, 938, cantidad que precisamente contiene un medio litro de cloro cuando el clorúro es puro, despues se le pulveriza en un pequeño mortero de vidrio, ó de porcelana; se añade desde luego bastante agua para hacer una papilla clara, y en seguida se le deslia con una cantidad mas grande. Se vierte con precaucion medio litro en la campana, y para no desperdiciar nada, se apoya el extremo del almirez contra la mano de éste (V. fig. A lám. 66). Se pulveriza de nuevo lo restante, y se deslia con otra porcion de agua; se añade esta segunda disolucion á la primera, y se repite de esta suerte hasta que no quede nada en el mortero; entónces se completa con agua el volúmen de medio litro debe tener la solucion del clorúro, y se mueve con que el tubo B, para hacerla perfectamente homogénea. Se deja depositar algunos instantes, se toma despues de la parte superior una pequeña medida con la cubita C; se vierte esta medida dentro de un vaso ordinario colocado sobre un pliego de papel, á fin de poder valuar mejor las mudanzas del color. Para hacer salir bien las gotas de la cubita, se sopla ligeramente dentro de ella. La vinagera E estando llena de disolucion de añil, se tiene con una mano y el vaso con la otra; despues se vierte la disolucion en el clorúro, y se tiene cuidado

(*) Hémos indicado, Tom. V., pág. 373, como debia prepararse la d solucion de añil; añadirémos solamente que es menester dilatarlo en una cantidad bastante grande de agua para que 10 volúmenes de esta disoln. cion sea exactamente descolorida por un volúmen de cloro, y que es menester preservar esta disolucion del contacto de la luz, á fin de evitar toda alteracion.

de dar al vaso un movimiento giratorio, para que la mezcla se efectue. Se para luego que se ve que el color azul del añil se cambia en color leonado, y que empie. za á volverse ligeramente verde; entonces se observa el volúmen de disolucion empleado, se echa el líquido descolorido, se lava y enjuga el vaso, y se procede á la segunda prueba, tomando de dentro del tubo F un volúmen de disolucion de añil mas grande de un quinto casi igual del que ha sido destruido. De otra parte, se vierte dentro del vaso una cantidad de cloruro igual á la primera, y se añade alli precipitadamente todo el añil medido. Es necesario menearlo para hacer la mezcla mas exacta; y como el cloruro puede aun destruir el añil, se vierte en él gota á gota con la vinagera, hasta que la matiz empieze á volverse verde; en este punto se suman las dos cantidades de añil que han sido destruidas. En fin, se hace tercera prueba, añadiendo de una sola vez un volúmen de añil igual á la totalidad de disolucion que ha sido destruido en la antecedente operacion; y si el color de la mezcla fuese aun amarillo, se verterá con la vinagera para llevar la matiz hasta al verdoso, y quedará concluida la pru ba.

Cuando poco mas ó ménos se conoce ántes la calificacion del cloruro, una operacion ó dos á lo mas bastan; y si se llegaba que hubiese traspasado la cantidad de añil que podria ser destruida por el clorúro, se hará solamente una nueva operacion, disminuyendo la cantidad que debe ser vertida de una sola vez. Pronto se adquiere la costumbre de las operaciones de esta especie, y se consigue determinar fácilmente la calificacion de un cloruro.

R.

CLORÚROS. El cloruro es susceptible de combinarse con casi todos los cuerpos simples y con algunos cuer

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pos compuestos; estas son las combinaciones que se llaman clorúros; se conocen de un grande número de especies; pero pocas hay que se empleen en las Artes. Los clorúros se dividen en dos especies principales bajo la denominacion de clorúros metálicos y de cloruros de óxidos; es decir, que los primeros resultan de la combinacion del cloro con los metales mismos, y los otros con sus óxidos. Es de observar que no hay sino algunos óxidos muy poco reducibles que estén en este caso; tales son los de potasium, sodium, barium, calcium, etc. Lo que distingue sobre todo estos clorúros de óxidos de los otros, es porque conservan muchas propiedades del cloro, particularmente la de destruir las materias colorantes vegetales; por lo mismo se emplean muy amenudo en las Artes; y como son sobre todo muy empleadas para el blanqueo, he creido. deber indicar en este artículo los diferentes modos de preparacion; asi, remitirémos á nuestros lectores, y solamente dirémos aqui que desde la época en que hemos hecho esta descripcion, M. Gay-Lussac ha dado á conocer un modo de ensayar mejor que el acostumbrado hasta entónces; este nuevo procedimiento está descrito y bien especificado en la palabra CLOROMETRÍA.

En el artículo del blanqueo ya citado, se hallará la historia y la preparacion del clorúro de cal, el cual sin contradecir es el mas importante de todos los clorúros de óxidos, y que de otra parte puede servir de tipo para los demas. En cuanto á los otros clorúros de que nos falta hacer mencion, la mayor parte de entre ellos son mas conocidos bajo los nombres de MURIATOS, y de HIDROCLORATOS; asi nos remitirémos á estas palabras para su descripcion, y no tratarémos ahora sino de aquellos que su naturaleza es ménos disputable, y 16

TOMO VIII

sobre cuya composicion se está de acuerdo. Tales son los cloruros de metales antiguos.

cloruro de antiMONIO. Este producto se conocia antiguamente bajo el nombre de manteca de antimonio porque tiene la propiedad de derretirse por el calor de escurrirse como los aceites, de cuajarse por enfriamiento y de conservar un aspecto graso; con todo se congela muy bien cuando es lento el enfriamiento expuesto al contacto del aire, atrae eficazmente la humedad, y se resuelve en un líquido oleaginoso, muy denso, el cual se cuaja al instante que se le añade una nueva porcion de agua. En este caso se admite que el agua está descompuesta, y que los elementos se reparten entre el antimonio y el cloro, de manera á formar deutóxido de antimonio, quien se precipita, y ácido hidroclórico, que queda en el licor. Con todo eso, la eliminacion no es absoluta; el óxido se lleva un poco de cloro, y constituye un sub-cloruro, mientras que el ácido se lleva un poco de óxido. El clorúro de antimonio sometido á la accion del calor, pierde desde luego la humedad que pueda contener, despues si es puro se volatiliza sin dejar resíduo: aplicado sobre la piel, la ataca y la desorganiza con bastante prontitud. En la cirugía se emplea como un cáustico poderoso, y particularmente en el caso de mordeduras por los animales rabiosos y ponzoñosos. En las Artes se valen de él para pavonar los metales, sobre todo el hierro los armeros usan frecuentemente de él para este efecto. Tales son las propiedades las mas características del cloruro de antimonio; queda ahora para indicar como se prepara,

La operacion mas antigua que se conoce es la que consiste en tomar 16 partes de deuto-cloruro de mercurio (sublimado corrosivo) y 6 partes de antimonio

metálico, pulverizados uno y otro. El antimonio puede ser reemplazado por su súlfuro; pero entonces se ponen 12 partes. Se hace una mezcla exacta de las dos substancias, teniendo la precaucion de no respirar el polvo ténue, que puede desprenderse mientras se las tritura: se obtiene esto teniendo cuidado de humedecer un poco el soliman durante la pulverizacion; entonces ya no esparce mas polvo.

Habiendo hecho la mezcla, se introduce, por medio de un embudo de cola larga, en una retorta seca; á falta de embudo se vale uno de un cañon de papel, para llenar el interior del cuello de la retorta, á fin de no ensuciarlo. Se coloca en seguida esta retorta en un hornillo provisto de todas las piezas, y se acomoda al cucllo de la retorta un simple matráz. Estando dispuesto el aparato, se calienta primeramente lentamente, aumentando despues poco á poco el calor, hasta que tenga lugar la primera reaccion; la cual se manifiesta ordinariamente por un efluvio de vapores que arrastran algunas porciones de la mezcla, y si no se cambiaba de recipiente, ensuciarian el producto. Una vez terminada esta primera emision, los vapores se condensan fácilmente, y no se trata ya mas sino de mantener el calor mientras se vea correr el líquido, teniendo sin embargo cuidado de aumentarlo tanto cuanto mas las gotas vayan poco á poco; no se deja de calentar sino cuando ya no se producen mas vapores. Cuando la operacion no se efectua rápidamente, la manteca de antimonio se concreta en el cuello de la misma retorta, y produciria un atascamiento si no se tomaba la precaucion de derritirla, pasando una brasa de carbon al rededor del cuello.

Si se ha tenido la precaucion indicada de cambiar

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