Imágenes de páginas
PDF
EPUB

con tiempo el primer recipiente, y que la operacion haya sido conducida con cuidado, acontece algunas veces que el cloruro de antimonio es bastante bueno para exponerlo en venta sin otra preparacion; pero ordinariamente se está obligado á purificarlo, sobre todo cuando se ha empleado el súlfuro de antimonio. Entónces se calienta poco á poco el matráz, para derritir el producto, y se le vierte dentro de una retorta de vidrio, procediendo despues á una nueva destilacion. Se separan las primeras porciones que pasan dentro del recipiente, porque contienen un poco de humedad y se concretan difícilmente; se las pone de lado para hacer que habitualmente se llama manteca de antimonio líquido, el cual se obtiene por una simple exposicion del cloro al aire. Cuando está concluida la rectificacion, se derrite de nuevo el producto, se cuela en una cápsula de porcelana, que cubre con una plancha de vidrio ; y cuando está enteramente frio y cuajado, se le hace pedazos, los que se introducen en un frasco de boca ancha. Es menester tener cuidado de untar con grasa muy ligeramente el tapon y el interior de la boca; de lo contrario se adheran el uno al otro, de tal modo que es imposible separarlos.

lo

Se vé que la teórica de esta operacion se reduce en concebir un simple cambio determinado por la diferencia de volatilidad. El cloro se separa del mercurio, al cual estaba unido por el soliman corrosivo, para pasarse sobre el antimonio; y como se pone un exceso de este último, se halla por resíduo una mezcla de estos dos metales, y ademas súlfuro de mercurio, si se ha operado con el súlfuro de antimonio: antiguamente se llamaba este súlfuro mercurial cinabrio de antimonio.

En la mayor parte de los antiguos tratados de Quí

mica, se ordena emplear, en lugar de antimonio, una amalgama de antimonio; pero es evidente que esta adicion no tiene otro objeto sino dividir mas completamente el régulo. Es un aumento de gastos que se pueden evitar; basta solamente que el metal esté reducido á polvo muy fino.

Luego que se hubo apreciado mejor lo que se pasa en esta operacion, se la ha simplificado mucho. Hay una docena de años que he hecho conocer una operacion mas directa y ménos dispendiosa que la precedente; consiste en disolver el antimonio dentro de agua régia hasta la saturacion; en seguida se evapora esta disolucion ,y cuando está bastante concentrada para que se solide casi completamente por el enfriamiento, se la introduce en una retorta, para obtener por sublimacion la manteca de antimonio, la cual primeramente es iíquida en razon de la humedad que acompaña las primeras porciones, y la que vuelve en seguida sólida como si se hubiese obtenido con materias ánhidras. Con todo eso, esta operacion, generalmente seguida al presente, exige algunas precauciones que es útil indicar. Desde luego observaré que el agua régia debe ser hecha en las proporciones de tres partes de ácido hidroclórico contra una de ácido nítrico. Otras veces se seguia, y con perjuicio, las proporciones inversas; se sabe en efecto, ahora, que el empleo del ácido nítrico es limitado á la deshidrogenacion del ácido muriático, y que no sirve ya para oxidar el metal, como se le suponia. Estando hecha la mezcla de los dos ácidos, se pone el vaso que la contiene en un barreño de asperon, y se coloca todo bajo la banasta de una chimenea, á fin de no ser molestado por los vapores. Se hecha poco á poco el antimonio, sin reducirlo á polvo fino, si solamente en

granalla para que la accion no sea demasiado viva, y que el ácido nítrico no opere sobre el antimonio; porque entonces seria sobreoxidado y se volveria insoluble. Sin embargo es esencial de no dejar que la accion se enfrie demasiado, de otra suerte llegaria á un punto en que el ácido no tendria bastante energía para poderse continuar la solucion, en tanto que si se la sostiene por las adiciones á menudo reiteradas de metal, entonces el calor que se manifiesta aumenta la fuerza disolvente, y se satura completamente el ácido, si se tiene cuidado de mantener un exceso de metal, y de mover á menudo hácia el fin de la operacion. Cuando está terminada la efervecencia se deja depositar para separar el metal no disuelto, y despues se vierte en una retorta con tubos. Se echa tambien la concentracion en una vasija tapada hasta que él mismo se sobresalte; entonces se para, se deja enfriar, y se pone el líquido para depositar en un frasco. Muchas pequeñas lentejuelas se precipitan al fondo del vaso; es del cloruro de plomo se le separa por una simple decantacion, y se concluye la concentracion en pequeñas retortas. Se obtiene casi siempre un resíduo pardusco, que es del subcloruro de antimonio mezclado de un poco de arsénico, cuando lo contiene el antimonio.

R.

COAGULACION. Se indica por esta palabra un fenómeno químico, que consiste en la solidificacion totaló parcial, y muchas veces instantánea de un líquido; de esta suerte la clara de un huevo expuesta á la accion del calor se cuaja en masa y se co gula; la leche se cuaja á medida que se vuelve agria; dos disoluciones salinas susceptibles de descomponerse y de dar principio á una combinacion insoluble la que se precipita ó disuelve en anchos cuaj rones, se coagulan

por su mezcla, etc. En las Artes se saca partido de esta propiedad que tienen ciertos cuerpos de coagularse por el calor.

R.

COAGULO. Nombre que dan al producto de la coagulacion.

R.

COBALTO. Metal que se extrae de un mineral que se empleó mucho tiempo en las Artes antes que se conociese su naturaleza. Esto no fué sino en 1733 que Brand hizo ver que esta substancia, de la cual se servian principalmente para dar el color azul á los vidrios y los esmeltes, debia esta admirable propiedad á un metal, al que dió el nombre de cobalto. Este metal no se encuentra nunca por su naturaleza en el estado de pureza; se le encuentra siempre aliado con muchas otras substancias, de las que es difícil y á menudo muy dispendioso separarlo enteramente. De otra parte es tan poco fusible y maleable, que no se obtiene sino por pequeños pedazos y nunca en grandes masas; tambien su historia química es muy incompleta. Hasta el presente no se le ha conocido ninguna propiedad que pueda ser el objeto de una aplicacion útil, pero no es lo mismo en cuanto á muchas de sus combinaciones. Sus óxidos, solos ó unidos con los ácidos, se emplean frecuentemente, y casi siempre con preferencia por el hermoso y rico color azul que son susceptibles de tomar cuando se les sujeta á una cierta elevacion de temperatura. Este color goza de un grado tal de intensidad, que domina á tolos los demás; tampoco es necesario, en muchos casos, alcanzar para estas preparaciones una pureza absoluta. Basta que al cobalto se le halle en cierta proporcion para que su color se desarrolle de una manera bien expresada, que vulgarmente se dice que come á todos los demas. Los na

turalistas recurren diariamente á este carácter esencial para reconocer las substancias que contienen cobalto; toman un pequeño fragmento, que derriten al soplete con una substancia vitrificable; obtienen un glóbulo matizado de azul, por pequeña que sea la proporcion de este metal: solamente el matiz es tanto mas intenso, cuanto mas grande es la cantidad de cobalto.

Los principales minerales de cobalto son aquellos que los mineralogos titulan bajo los nombres de cobalto arsenical y de cobalto pardo. El primero contiene, además del cobalto, arsénico y hierro, y algunas veces plata, niquel, etc.: el otro encierra hierro, arsénico, azufre, y, segun M. Laugier, niquel. Entre los cobaltos pardos, la variedad mas buscada por su pureza es el de Timberg en Suecia; se encuentra en cristales á menudo muy regulares y los que presentan todas las variedades de forma del hierro sulfurado, es decir, el octáedro, el dodecaedro, el isocáedro y sus intermedios estos cristales tienen el brillo y color de acero pulido.

No entraré en mas explicaciones sobre este objeto, el cual no pertenece á la Historia natural, y pasaré inmediatamente á la descripcion de las principales operaciones á las que se sujetan las substancias de cobalto para extraer este metal, sino en su estado de pureza al ménos bastante desembarazado de las substancias extrañas que le están unidas para que fácilmente se pueda obtener el color que toman sus óxidos, cuando se les derrite con materias vitrificables,

Despues de haber extraido el mineral para separarlo de las demas substancias que la cercan, se tritura fuertemente, despues se pulveriza y se hace pasar al través de un harnero: algunas veces tambien se

« AnteriorContinuar »