sujeta á la lavadura. Estando concluida esta primera purificacion mecánica, se coloca el polvo obtenido sobre el suelo de un hornillo de reverbero terminado por una larga chimenea horizontal. Se le hace sufrir una calcinacion sostenida durante muchas horas, para sacar el azúfre y el arsénico contenido en este mineral. El azúfre se quema y se convierte en ácido sulfúreo, el cual se disipa; el arsénico se volatiliza y va á condensarse en la chimenea horizontal: por este medio se obtiene casi todo el óxido de arsénico empleado en las Artes.

Jamás se consigue, por esta calcinacion, hacer desaparecer completamente todo el azufre y todo el arsénico, y llega , y llega un punto en que es inútil prolongarla; pero la pequeña cantidad que le queda no perjudica á las operaciones subsecuentes. El mineral ménos tostado se rompe de nuevo y se reduce á polvo muy fino, y se mezcla en seguida con dos ó tres partes de arena siliceosa muy pura, para componer lo que se llama safre. Con esta composicion se dá el color de azul á los vidrios, á los esmaltes ó á los barnices de vidriado. En los mismos ingenios en donde se laborean las substancias de cobalto, se compone con este safre un esmalte azul al cual se le denomina esmalte de lapis lazuli, ó azul de esmalte. Para obtener este esmalte, basta añadir al safre 2 ó 3 partes de potasa, mas ó ménos, segun la cantidad de cobalto. Se derrite esta mezcla en crisoles de tierra, y por la fusion se obtiene un vidrio azul, que se echa todo caliente dentro del agua este vidrio se pulveriza en seguida en los molinos y dividido por lavaduras sucesivas en polvo azul de diversas tenuidades. (V LAPISLAZULI.) En el fondo del crisol queda un resíduo metálico que

contiene poco cobalto, mucho niquel, arsénico, hierro, etc. este resíduo se conoce bajo el nombre de speiss.

Advertí anteriormente que era el óxido y no el cobalto que daba el color azul, asi la calcinacion no tiene solamente por objeto de quitar el azútre y el arsénico; sino que tambien sirve para oxidar el cobalto, y solamente entónces puede disolverse por la fusion en las materias vitrificables y darlas color: tal es el efecto de la mixtura de sílice y de potasa que se añade al mineral calcinado.

Esta purificacion tan imperfecta como es, basta sin embargo para la mayor parte de sus usos; pero cuando se quiere obtener de un matiz muy puro y que el valor de los objetos permiten un gasto mayor, entónces se acude á los medios mas exactos. Asi es que para hacer los fondos sobre porcelana dura, se trata el cobalto con el ácido nítrico hirviendo, quien convierte el arsénico en ácido, y lo combina con los diferentes metales contenidos en esta substancia. Estos arseniatos no son igualmente solubles en el ácido nítrico: se logra separarlos sucesivamente por medio de una solucion de carbonato de potasa ó de sosa; siendo el arseniato de cobalto el mas soluble de todos queda el último, y co mo tiene un color de rosa, es fácil de distinguirlo y de parar la precipitacion al punto en que se halla solo. Es esencial de observar que se debe dilatar la disolucion con una cantidad bastante grande de agua, que es necesario hacer lentamente la adicion del álcali, y mover vivamente el licor á cada añadidura. Sin estas precauciones se precipitaria todo en un mismo tiempo. Cuando el licor no contiene sino el arseniato de cobalto, se vierte un exceso de polasa cáustica, y se hace hervir

durante algunos minutos. El arsénico sobrante se combina con el alcalino, y el óxido de cobalto se precipita, se filtra y se lava con agua hirviendo, y despues se le deja secar. Purificado de esta suerte este óxido se derrite en seguida con feldespato y un poco de potasa, para ha+ cer los fondos azules sobre porcelana dura.

Muchos prácticos prefieren tostar el mineral antes de proceder con el ácido nítrico; se le reduce á polvo y se le mezcla con 2 6 3 partes de porcelana pulverizada groseramente; se pone todo dentro de un crisol, y se hace calentar bastante. Estos fragmentos impiden que el mineral se derrita y facilitan la calcinacion. En seguida se trata el resíduo con 3.6.4 partes de ácido nítrico dilatado con su peso de agua: se vierte la solucion y se hace evaporar lentamente; casi todo el arsénico se precipita en estado de óxido. Cuando la evaporacion llega casi á una consistencia melosa, se dilata de nuevo con una cierta cantidad de agua; se deja depositar, despues se vierte, y se precipita como anteriormente, fraccionando la cantidad de alcalino.

Por la misma operacion se purifican tambien las disoluciones de cobalto destinadas para la preparacion del azul de Thenard (V. T. V, pág. 1). Pero todos los medios que hémos indicado no serian suficientes, si se quisiese obtener el cobalto enteramente separado de todas las materias extrañas; conserva aun una notable cantidad de arsénico de hierro, y muy amenudo de niquel. Haciendo pasar una corriente de hidrógeno sulfurado en la disolucion, se logra separar completamente el arsénico; y para contener la eliminacion del hierro y del niquel, no hay ningun otro método mas exacto que aquel recomendado por M. Langier; que consiste en convertir en carbonatos todos los metales contenidos en el

licor, vertiendo en él una solucion de sub-carbonato de sosa. La materia disuelta resultante es de color de rosa apagado; se la trata, cuando ha sido bien lavada, por el ácido oxálico en exceso ligero; este ácido se substituye al ácido carbónico, y del que se obtiene tres oxalatos; pero el del hierro, siendo soluble, se separa de los otros dos; estos, despues de haber sido bien lavados, deben ser recuperados por amoníaco dilatado de 2 partes de agua: se disuelve todo, y la solucion alcalina abandonada á una evaporacion espontánea. El niquel es el ménos soluble de los dos, y se deposita á medida que adelanta la evaporacion; se le reconoce por su color verde: está en forma de película que entapiza las paredes de los vasos. Cuando se ha casi enteramente disipado el olor amoniacal del licor, se vierte, se lava el depósito con un poco de agua, y se exponen los líquidoa reunidos á la accion del calor; se adelanta tambien Is evaporacion casi á la sequedad á fin de separar la totalidad del amoníaco. De este modo se obtiene oxalato puro de cobalto, que por la simple calcinacion en vasija tapada dá el cobalto muy puro, pero dividido en polvo. Es menester añadir en seguida disolventes, y adelantarlo con un calor vivo en un crisol mezclado de arcilla para obtener el cobalto en resíduo. Este metal brilla poco, es de un color pardo de plomo; es quebradizo y su textura es granada; su pesadez, segun Tassaërt, es de 8,5384, y su propiedad la mas notable es de ser casi tan magnético como el hierro. Por lo demas, en la época en que le han sido atribuidas estas propiedades, no se conocia el método de la purificacion ejecutado por M. Langier, y salvo el último que ha sido de nuevo confirmado, es probable que recibirán los otros algunas modificaciones.

Nos quedaria hacer mencion del empleo conocido desde mucho tiempo de las disoluciones de cobalto para hacer TINTAS SIMPÁTICAS; pero nos remitirémos á esta palabra para indicar la manera de prepararlas. R. COBERTIZO. (Arquitectura.) Construccion formada de vigas de pié, que sostienen en lo alto plataformas y un caballete cubierto con tejas, pizarra ó rastrojos, para preservar de la lluvia los efectos y géneros que se colocan debajo de este cubierto. Por lo general los cobertizos están destinados para servir de leñera, de cochera, de almacen ó de granja; entónces por lo regular no se compone mas que de medio caballete, hecho con un solo albañal, arrimado á una pared. Para la conservacion del edificio es útil reemplazar los postes ó vigas verticales de sostén con pilares de piedra ó á lo menos no clavar la parte inferior de estos postes en el suelo, sino elevarlos como cosa de 2 ó 3 decímetros, apoyándolos sobre dados de piedra.

Cuando se quiere convertir un cobertizo en taller, arsenal ó almacen cerrado, solo falta cerrar con tablas el espacio que hay entre los postes de sostén, dejando en ellas aberturas para la luz, y puertas para entrar. FR.

COBIJA. Especie de GUARDILLA (V. esta palabra). Se dá tambien el nombre de cobija á las tejas encorvadas con que se cubren los caballetes de las guardillas: se sujetan con yeso en forma de cresta de gallo. FR.

COBRE. Su nombre parece derivado de cyprus Chy pre, porque los griegos, que fueron quienes lo descubrieron, empezaron á trabajarlo en esta Isla. En los primeros tiempos de la Química le dieron el nombre de Vénus á causa del planeta de este nombre, ó tal vez, como pretende Macquer, que como este metal está tal