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mente dispuesto á unirse con todos los demas, por esto lo compararon á una prostituta.

Es conocido de toda la antigüedad (*) que el cobre es uno de los metales mas útiles; sus usos se han multiplicado extremamente: una infinidad de utensilios empleados en las fábricas, en los laboratorios, y en la economía doméstica, se hacen de cobre. De él se hacen conductos, calderas, cazuelas, baños, bacias, etc. Tirado en planchas sirve para forrar los buques, para cubrir algunas construcciones, y aun edificios; cortado en bandas, forma cercos para diferentes objetos de la tonelería; puesto debajo del volante, es uno de nuestros signos representativos monetarios mas comunes; se acuñían con él medallas; entra en pequeña cantidad en la composicion de monedas de oro y plata; hace parte de diferentes vasos y otros objetos de lujo, hechos con estos preciosos metales que él hace mas sólidos; unido con 20 ó 40 centésimos de su peso de zinc, constituye el laton ó cobre amarillo. Se emplea aun bajo esta forma, para fabricar calderas, varios utensilios de cocina, de laboratorio, y una infinidad de otras cosas; mezclado en diferentes proporciones con el estaño, se hace mas duro, mas sonoro, y forma el bronce para cañones, campanas, adornos dorados y algunos instrumentos de música: los címbalos; los tam-tams (**), morteros,

(*) Parece que se servian del cobre y de sus mezclas mucho tiempo ántes de conocer el hierro.

(**) La fabricacion é importantes mejoras de estos últimos objetos, están fundadas en singular propiedad del BRONCE ( V. esta palabra) en oposicion con la del acero, de ablandarse en el temple. Este descubrimiento debido á M. D'Arcet, está muy lejos de haber 1ecibido todas las aplicaciones de que es suceptible en las Artes. Este sabio ha sacado un buen partido de ello para perfeccionar diferentes utensilios de bronce, ablandando

majaderos, batraquites, etc. Su óxido combinado con el ácido sulfúrico en las operaciones de refinadura, en algunas fabricaciones directas compone el sulfato de cobre: unido con el ácido acético, en diferentes proporciones constituye los acetatos de cobre (verdete y cardenillo), sales que se venden en grande cantidad en el comercio.

Las alteraciones bastante fáciles que el contacto del aire y de la humedad hacen experimentar al cobre, y las propiedades venenosas de sus óxidos y de las sales que forman, presentan grandes peligros en el uso que de él se hace para la preparacion de diferentes substancias alimentarias, las cuales exijen ciertas precauciones. Se cortan sin embargo los accidentes sensibles, cubriendo el interior de los vasos de una capa de estaño,

V. ESTAÑADURA) y sobre todo evitando el que se dejen algun tiempo frias, ó al contacto del aire, algunas de las preparaciones de cocina que se han calentado con el cobre sin estañar ó descubiertamente.

En fin, en muchas fábricas, se ven obligados á renunciar el uso del cobre, en razon que seria demasiado pronto atacado por los ácidos, aunque fuesen dilatados con agua, el cloro, los vapores amoniacales, etc.

Sea como quiera la utilidad incontestable del cobre en las operaciones muy variadas, nos imponen la obligacion de manifestar aqui, con alguna extension, los procedimientos seguidos por el tratamiento de las substancias que le contienen; harémos conocer desde luego las propiedades características que le distinguen de los demas metales.

las partes que no exijian una grande dureza haciéndolos asi ménos quebradizos ; lo que permite desde luego emplear una composicion de bronce mas dura.

El color del cobre es uno de los caractéres físicos por los cuales se puede reconocer este metal. Sin embargo, esta apariencia puede ser engañadora: á veces se ha creido encontrar cobre, descubriendo las partes rojoamarillentas, brillantes, de diferentes substancias de persúlfuro de hierro, y se imita muy bien el color del oro con las mezclas del cobre.

El peso especifico del cobre segun Lewis, es de 883, y despues las experiencias de M. Hatchett, este metal derritido pesa 995, pesando el agua 100. Es bastante difícil obtenerle bien cristalizado.

El olor del cobre es muy notable; se hace sensible frotándolo entre los dedos, los ennegrece dividiéndose sobre la superficie de la cutícula, y manifiesta con bastante fortaleza este olor desagradable que cada uno conoce. El sabor ligero de este metal es tambien desagradable y nauseoso.

El cobre es muy dúctil y maleable, se puede estirar en hilos de una grande tencidad, tirarlo ó aplanarlo con el martillo en hojas extremamente delgadas. Su tenacidad ménos fuerte que la del hierro, es superior á la de la platina, de la plata, del oro, etc. Segun Sikengen, un hilo de cobre de dos milímetros puede suportar un peso de 137, 399 kilógramos. El cobre entra en fusion á los 27° del pirómetro de Wedgwood poco mas ó ménos; á este grado y un poco mas alto exhala de su superficie vapores que, condensados, presentan el cobre metálico al estado de una grande division. Este metal por un enfriamiento bien dirigido, es suceptible de cristalizarse bajo la forma de pirámides cuadrangulares; pero es necesario para obtener estos cristales ponerlos á descubierto ántes que toda la masa sea sólida. El procedimiento por el cual se puede lle

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á ello, está indicado en el artículo CRISTALIZacion. El cobre en contacto con el aire húmedo se empaña muy pronto en su superficie, y se cubre poco á poco de eflorescencia verde, conocida bajo el nombre de cardenillo. Esta alteracion que caracteriza sobre todo el cobre, es el resultado de su combinacion con el oxígeno del aire, una cierta cantidad de agua, y de ácido carbónico. (La capa que se forma de un verde bastante hermoso sobre algunos objetos de bronce, fué llamado pasta antiqua por los anticuarios; la cual puede ser considerada como un sub-carbonato hidratado).

Es muy útil en las Artes y en la economía doméstica, el conocer la presencia del cobre. La Química nos ofrece varios medios para ello. El amoníaco, por ejemplo, disuelve completamente el óxido del cobre manifestando un hermoso color azul de una grande intensidad, de suerte que es sensible en el mismo acto aunque el óxido esté en una proporcion extremadamente débil. Si se vierte el amoniaco en un licor que contenga óxido de cobre en solucion, el líquido desde luego se enturbia, pero un exceso de amoníaco disuelve el precipitado y produce el hermoso color azul. Se demuestra todavía de otra manera la presencia del cobre oxidado en una substancia insoluble ó en un licor claro. En el primer caso, haciendo disolver por el ácido hidroclórico, sulfúrico ó nitrico, dilatados con agua, y metiendo en la solucion una hoja de hierro bien límpia; el ácido atacando el hierro abandona el cobre, y forma sobre la hoja una capa, cuyo color es muy sensible. No es necesario que haya una cantidad demasiado grande de ácido en el licor, porque podria muy bien disolver el hierro sin que el cobre fuése precipitado. En fin se conocen hasta las menores proporciones

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de cobre disuelto en un líquido, (despues de estar seguro que no contiene mas hierro, ó de haber separado este de antemano por medio del amoníaco) hechando algunas gotas de hidrocianato ferurado de potasa. Si el licor contiene cobre, se enturbia al instante, ofrece un color de solera de vino, debido á la precipitacion del hidrocianato triple de cobre, que acaba para deponerse al fondo del líquido.

Un gran número de propiedades características pertenecen todavía al cobre, y deberiamos exponerlas aquí, para hacer la historia completa de este metal, pero no es este el fin que nos hémos propuesto; no podémos incluir en los límites de nuestra obra mas que lo que presenta aplicaciones útiles en las artes industriales. Creémos pues no deben insistir mas sobre los hechos químicos que no interesan sino á la teoría, y pasarémos inmediatamente á la descripcion de estas substancias, y de los trabajos docimasios que tiene por objeto su extraccion al estado de pureza.

En mineralogía, el género cobre encierra lo menos doce especies diferentes, y cada una de estas especies un gran número de variedades; todas estas substancias, no tienen de comun entre ellas, mas que la preferencia del cobre, y en general no ofrece ningun carácter exterior que pueda hacerlas conocer; es pues los agentes químicos quienes deben manifestarnos la presencia de este metal. El amoníaco líquido, como ya lo hémos dicho, produce este efecto; para tomar un hermoso color azúl intenso, disuelve bastante cobre, cuando una de estas substancias ha sido llevada á un estado de oxidacion conveniente por un ácido, por medio de los fuegos ántes de fundir el metal, ó por la calcinacion con el nitro.

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