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Si el cobre contiene otros metales ademas del plomo, del zinc, y del arsénico, es necesario oxidar una parte para purificarlo. Se obtiene fácilmente por medio de un horno de reverbero proveido de un fuelle. (V. mas léjos.)

Se emplean con suceso algunos milésimos de plomo á la purificacion del cobre; se echa este metal en el baño antes que el cobre y se mezcla exactamente. La superficie del baño se cubre inmediatamente de una capa de escorias compuestas del plomo que en su oxidacion ha reducido el óxido de cobre y llevado el hierro, asi como los otros metales mas oxidables que el cobre.

Cuando las primeras escorias se han formado, se mantiene la misma temperatura, para determinar á que se formen todavía nuevas cantidades; se espuma una segunda vez, y asi sucesivamente durante diez ó doce horas.

Se conoce que el cobre está suficientemente depurado, cuando las últimas capas de escorias contienen un poco de 'protóxido de cobre; son muy delgadas, y de un color rojo de ladrillo. Para asegurarse todavia mas en eso, se mete en el baño una barilla cilíndrica corva de hierro bruñido, se retira y en seguida se mete en el agua. Si el cobre está sensiblemente puro, debe despegarse el mismo y salir de la barilla al mas ligero sacudimiento y caer libremente en el agua. Para asegurarse que es bastante dúctil se levanta una hoja de cobre tocando ligeramente el baño con la barilla de hierro; se deja enfriar, despues se prueba doblándola en sentido contrario, metiéndola en la fragua y rompiéndola. Cuando esta hoja se dobla dos veces, bajo el martillo, sin romperse, presentando en su rotura un grano de un color hermoso de cobre, sin que sea demasiado rojo, que la superficie lateral y los bordes de

TOMO VIII

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la rotura son mas pálidos que lo interior, indican todos estos caractéres un cobre suficientemente puro y dúctil, se puede vaciar en masas ó en moldes de diferentes formas para la fragua ó laminarlo.

En el primer caso se pone en comunicacion la pila del horno con las de recepcion que se ban calentado de antemano; y para obtener el cobre roseta se hecha agua con un escoba, sobre la superficie del baño, ántes que sea frio; la capa que se hace sólida al momento, está sembrada de algunos hervideros que han hecho darle el nombre de rosetas á las que se obtienen de este modo: se quitan de la superficie del baño por medio de unas picas de hierro. Se renuevan las aspersiones y el saque de las planchas hasta tanto que de esta manera se haya vaciado enteramente la pila.

En la fundicion de Sevilla, en donde se purifica muy bien el cobre hacen y tratan á la vez 1500 kilógramos en un horno de reverbero ordinario en el cual han adoptado un fuelle. La tobera de este fuelle está afirmada á una altura tal, que se halle á una pulgada encima del baño, estando derritidato da la cantidad de cobre que se tiene que purificar. Cuando la temperatura del baño está suficientemente elevada se le dá el viento de manera, que pegue con fuerza á la superficie del baño. Los metales extraños son oxidados, convertidos en escorias ó volatilizados; y se levanta la capa oxidada que cubre el baño. Esta operacion de purificacion dura cuatro ó cinco horas; está terminada cuando la capa formada á la superficie está ya hecha, óxido de cobre casi puro.

Purificando el cobre de Rio tinto, se halla una merusa de 5 á 6 p. 100.

Cuando las escorias se funden difícilmente, se las ha

ce manar añadiendo arena, que forma silicatos con los óxidos, y despues se limpia la superficie del baño con un rastro de madera. Si las escorias están demasiado líquidas, se vuelve á echar arena para que las enfrie convenientemente, y las haga al mismo tiempo bastante consistentes para levantarlas con la rastra.

El cobre burbujea durante la purificacion hasta tanto que queda puro. Se juzga la marcha de la operacion, por la disminucion del borbujeo, poniendo despues sobre el baño una barrita de hierro que esté fria. Se levanta una hoja, con la cual se prueba su ductilidad doblándola; el grano, la rotura y el color, deben presentar los caractéres indicados mas arriba. Este modo de purificacion sale siempre muy bien.

El cobre que debe ser trabajado inmediatamente y colado en barras que se aplanan en el castillejo, y que se cortan en hojas de un peso poco mas ó ménos igual al de las planchas que se quieren obtener; se reunen estas hojas para recogerlas á la temperatura roja, y laminarlas hasta que bayan tocado á las dimensiones que se quieren.

Los fondos de las calderas se preparan del mismo modo se levantan los bordes ó se comban con el martillo de embutir.

Los cortes ó cápsulas se preparan ensanchando los bordes con el martinete de estirar, y dejando el medio tanto mas fuerte (ó espesos) cuanta mas profundidad deben tener los vasos; se meten diez ó doce juntos segun su grueso, todos de la misma dimension; su diámetro debe ser igual al de los cortes que se han propuesto de obtener; se colocan entre otros dos ó cuatro de un diámetro algo mayor; se vuelven los bordes sobre los otros que deben depasar de unas 4 pulgadas.

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COB

El todo compone lo que se llama un paquete.

Estando los paquetes calentados, se colocan debajo de los martinetes, cuyo grueso es proporcionado á su diámetro, su forma es la de un cono truncado, terminado por un emisferio un poco aplanado. Los martinetes son movidos por una corriente de agua, ó por una máquina de vapor.

El paquete está sostenido por un yunque ó bigornia un poco ahundada é inclinada de un lado; una ranilla (especie de herradura formada de una barra de hierro corba) está fijada en el lado donde la bigornia se inclina; una corradera hace que se aparte mas ó ménos la ranilla de la bigornia, y una polea sirve para levantarla á la altura necesaria por medio de una cuerda; por estos medios el paquete se halla sostenido en todas las posiciones que el operario le quiere hacer tomar. En efecto es que haciéndolo mover continuamente se le llega á dar la forma pedida y la igualdad del grueso necesario. Cuando el trabajo está terminado se recortan los bordes que se han vuelto de los cubiertos y se deshacen las cápsulas una por una.

Las toberas se hacen ensanchando los bordes, dejando su fuerza al medio, y embutiéndolas.

Se confeccionan otras varias obras de cobre por los procedimientos de la calderería.

Las hojuelas de cobre que se separan de la superficie de los objetos calentados y sometidos al martinete, son tratadas al carbon, y dan de 70 á 75 por 100 de cobre; basta solamente quitarles el oxígeno que han obsorvido en el aire.

Se tiran hilos con la hilera para hacer clavos; estos se estampan con el monton para hacer su cabeza. tambien barras ó barillas de cobre lla

Se preparan

malas recatones para hacer hilos dorados y plateados, estirados en el argüe que se llaman en doradura fina y semifina. Es necesario escojer el cobre mejor depurado para esta especie de obras, que exigen la mayor ductilidad posible; pero se prefiere ordinariamente el cobré de Suecia.

Hay algunos años que esta industria no era conocida en Francia. Hoy dia tiran todavía algunos productos de las fábricas alemanas. Pero ya las cantidades pasadas por el Argüe de Lion pasan de 30,000 libras por año, y bien pronto sin duda llegará el caso de que se puedan pasar sin el concurso de los extrangeros para esta fabricacion (*).

M. Davy ha observado que un pedazo de zinc del grandor de un guisante bastaria para garantir de la ac cion corrosiva del mar, á una plancha de cobre de 40 á 50 pulgadas cuadradas: y deduce de esto el medio de conservar los forros de cobre de los buques. Su procedimiento parece haber tenido el objeto que se deseaba (**). He aqui la explicacion que se dá de este interesante fenómeno: la accion química del agua del mar parece depender de los estados eléctricos diferentes entre ella y el cobre que toca; las moléculas de cobre se hallan electro-positivas con motivo de las del agua del mar que son electro-negativas; las moléculas de estos dos

(*) Los derechos á que estaban sometidos los efectos dorados y pla teados, habian trabado la cariera de esta nueva industria; las reclamaciones de los fabricantes, apoyadas por el dictámen de la Sociedad de Fomento, hicieron sup imir este derecho. Esta circunstancia contribuyó mucho á la prosperidad de aquellas fábricas,

(**) Se asegura que en un viage emprendido en un buque cayo forro estaba asi preservado de la oxidacion, los animales y las yerbas se le pegaban en cantidad tan considerable, que su marcha fie retentecid. Este fenómeno se esplecaria, por la ausencia del óxido, que proviene de la adision de estos séres organizados, á los hacian perecer.

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