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nas materias para la fabricacion de la cola á la inglesa ó á la Givet. No producen mas de 0,15 á 0,18 de cola fabricada.

Picles de guantes. Se recoge y se conserva los guantes viejos sin otra preparacion para hacer una cola trémula de la que hablarémos mas abajo (Cola á la cubeta).

Pieles de conejos. Estas pieles, sin pelos, están igualmente reservadas para hacer cola trémula.

Pies de buey. Con las materias que se reciben frescas de las carnicerias, de las que se han separado los grandes nervios (TENDONES), se hace COLA DE PARIS Y ACEITE DE PIES DE BUEY. (V. esta palabra).

Recortaduras de los pergamineros ó de picles de burro. Se dá este nombre á las mermas de pergamino. Esta materia es muy buena para la fabricacion de la cola; produce hasta á 0, 62 de su peso de cola seca: basta pasarlas una sola vez por la cal.

Recortaduras. Bajo estas denominaciones se comprende todos los pedazos que los curtidores separan de las pieles antes de elaborarlas; se encuentra entre ellos orejas de carneros y de terneros, huesos pequeños, espolones, y pedazos arrancados de las diversas partes de la piel; algunas veces se encuentran huesos de craneo aplanados que cubiertos de cal, parecen bastante á los mermas de las pieles. Esto es una especie de fraude que el fabricante de cola tiene interés de reconocer ántes de comprar estas colas-materias. Las buenas recortaduras producen de 0, 38 á 0,42 de buena cola fuerte. Algunas veces se separan las orejas porque producen mas; pero entónces las recortaduras son ménos apreciadas.

Zurrones de añil. Este es el nombre de los restos del embalage de los añiles. Estos zurrones hechos de pie

les espesas, para ser derretidas exigen mucho tiempo, aun despues de haber sido pasadas por cal, y bien remojadas; pero producen mucho. Se obtienen comunmente de 0,50 á 0,55 de cola fabricada.

Cabezas de terneros. Estas son las pieles de las cabezas de terneros que los zurradores están obligados á cortar ántes de trabajarlas. Estas materias, bastante raras, son muy buenas y fáciles de derretir; producen de 0,44 á 0, 48 de cola, la que se aclara con facilidad.

Fabricacion de la cola fuerte.

Sea que el fabricante de cola haya comprado las diversas materias arriba descritas, preparadas todas (pasadas por la cal y secas), ó que las haya puesto él mismo en este estado á fin de conservarlas para su uso, es necesario cuando quiere emplearlas, que ataque con una leche flaca de cal las materias animales insolubles en el agua, que se opondrian á la solución de la gelatina; tambien es necesario que las colas-materias sean bien remojadas, de modo que el agua haya penetrado en todas sus partes, lo que enseña la práctica. En seguida se enjuaga estas materias lo mejor posible para quitar el exceso de cal que las perjudicaria mucho. Los remojos y los lavados se efectuan en cubetas, gamellas ó calderas, y algunas veces cuando las localidades lo permiten, se expone, para lavarlas, las materias pasadas por cal dentro de cestas en agua corriente de un rio ó de un arroyo.

Cuando los lavados están concluidos se estienden las colas-materias á fuera sobre un empedrado ó embaldosado, volviéndolas muchas veces por dia, á fin de renovar su superficie espuesta á la accion del aire, y que el áci

do carbónico llegue à unirse en una parte del exceso de cal que alteraria la gelatina á la temperatura del agua hirviendo. No debe aguardarse que la desecacion de las materias esté muy adelantada para llevarlas á la caldera, pues deben ser todavía suaves é hinchadas por el agua que conservan.

La caldera es de cobre, un poco menos profunda que ancha, de media línea á una línea de grueso, segun su dimension: el fondo es á lo ménos de un espesor doble; debe estar enteramente expuesto á la llama del fogon, á fin de que se caliente con igualdad; se apoya sobre el fondo de la caldera por medio de tres ó cuatro pies altos de cerca de tres pulgadas, un fondo falso de plancha de hierro ó de cobre, atravesado de agujeros como una espumadera; la utilidad de este fondo falso es la de impedir que las materias mas ó ménos voluminosas no se agarren al primer fondo. La caldera se llena de agua casi á los dos tercios de su altura. Las aguas de rios ó de lluvia son preferibles, porque contienen ménos sales selenitosas, las que retardan la solucion de la substancia propia para formar la gelatina. Sin embargo, á falta de otra puede emplearse el agua de pozo sin grande inconveniente.

Se meten los materiales en la caldera los que ocupan un volúmen mayor que su capacidad, de manera que sobresalen de sus bordes (aunque apretados lijeramente) poco` mas ó ménos como cuando se llena una medida de carbon de tierra. Se calienta gradualmente hasta la ebullicion; las materias se bajan por grados, el líquido aumenta, y al cabo de algunas horas las sumerge enteramente; se continua el fuego de manera á que la ebullicion sin ser viva no cese; de tiempo en tiempo se mete hasta el hoado de la caldera una fuerte espátula de madera, le

vantando con ella un poco las materias blandas y en parte derretidas, á fin de que la solucion caliente las penetre con igualdad. Con la espumadera se quita una materia crasa que parece espuma. Para que la solucion sea homogénea en todas sus partes, es muy útil trasegar por medio de la espita algunos cubos de líquido del fondo de la caldera, y de esparcirlos por la superficie. Sea cual fuere la especie de cola fuerte que se quiere alcanzar, no hay hasta aquí un solo método que seguir; lo demas de la operacion varia segun el producto que se quiera obtener: describirémos sucesivamente estas diferentes fabricaciones, empezando por la que dá los mejores resultados, bien que su forma no gusta al comercio, y se está obligado generalmente á sacrificar la calidad por la apariencia.

Este modo de operar consiste en dividir los productos, y está fundado sobre el principio reconocido por la experiencia, que la gelatina se altera sobre el fuego luego que se ha concluido su solucion; es necesario pues sustraer la gelatina disuelta de la accion del calor, y como no puede quitarse sino á proporcion que se forma, se debe á lo menos separar la solucion gelatinosa desde el momento que adquiere bastante fortaleza para cuajarse por enfriamiento, y ser cortada á tajadas y estendida sobre las redes. Este grado al cual ordinariamente la solucion gelatinosa llega cuando las colas-materias no tienen consistencia alguna, se conoce llenando de esta solucion la mitad de una cáscara de huevo, y exponiéndola al aire para que se enfrie. Al cabo de algunos minutos la jalea formada debe ser muy consistente; si no tiene bastante consistencia, es necesario continuar el cocimiento hasta tanto que llegue al punto deseado.

Estando la decoccion suficientemente adelantada, segun la prueba, se cubre el fuego, se deja depositar sin hervir durante un cuarto de hora, al cabo de este tiempo se trasiega abriendo la espita por mitad para no enturbiar el líquido con un movimiento rápido; se deja correr toda la solucion gelatinosa, recibiéndola en una caldera profunda, calentada primeramente con agua hirviendo, y rodeada de cuerpos no conductores á fin de que la temperatura se conserve bastante elevada durante el tiempo necesario para la formacion del depósito; al cabo de 4 á 5 horas, se trasiega la cola clara para meterla en las cajas, como lo verémos mas abajo.

El resíduo que queda en la caldera se sumerge de nuevo en agua hirviendo, que la chimenea de la caldera conserva constantemente caliente para los usos de la fábrica. Se reanima el fuego y se continua la coccion del resíduo hasta tanto que la solucion gelatinosa haya vuelto por segunda vez bastante fuerte para cuajarse cortarse y extenderse sobre las redes: este punto se reconoce del mismo modo que la primera vez; se saca con las mismas precauciones, se la deja depositar, y despues se cuela dentro las cajas.

En fin, se repite todavía esta operacion para extraer del resíduo una última porcion de gelatina; se alcanza trasegando el líquido de la caldera y sujetando el resíduo á la accion de una fuerte prensa durante el calor de aquel. Estas soluciones gelatinosas son ordinariamente demasiado flacas para colarlas inmediatamente en las cajas; se refuerzan añadiendo las recortaduras y los depósitos de las colas de la segunda coccion, coladas anteriormente en las cajas ó concentrándolas vivamente en la caldera inferior (V. la fig. 12 lám. 67). De cual

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