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para el verano, las unas son ligeras y las otras calientes, y muchas veces acolchadas. En la exposicion de 1819, M. Ternaux presentó unas colchas muy hermosas de lana, ligeras, calientes y elegantes. Se construyen sin tegedura, por operaciones particulares, y por las cuales obtuvo un privilegio de invencion. Son de un precio moderado. En la palabra cuBIERTA, darémos una idea de este trabajo, é indicarémos el medio que emplea M. Pajot-Descharmes para fabricarlas con flores y dibujos.

L.

COLCHAMIENTO. (Tecnológia.) Operacion por medio de la cual se reune un número mas ó ménos grande de hilo carreto del que se hacen cuerdas de diversos gruesos. Esta operacion es el resultado de otras tres, á saber; la urdidura de los hilos, la torcedura de los cordones, y el colchamiento propiamente dicho. Para urdir un cordage, es menester: 1o estender los hilos; 2o darles igual grado de tension; 3° unir juntos una cantidad proporcionada al grueso que debe tener el cordage; 4o darles una longitud relativa á la que debe tener la pieza del cordage; 5° dividir este hilo en muchas haces. Se tuercen estas haces de los dos cabos por medio de manubrios, de los cuales unos están adaptados en un apoyo fijo llamado obrador, y los otros en un apoyo colocado sobre un carro que se llama cuadrado, el que se adelanta progresivamente á proporcion que la torcedura disminuye la longitud de los manojos de hilos.

Cuando los manojos llamados cordones están bastante torcidos, se desatan de los manubrios del cuadrado para atarlos todos en un manubrio mas fuerte; despues se coloca entre ellos un pedazo de madera cónica con gargantas longitudinales, llamado peon entón

ces se ponen de nuevo en movimiento los manubrios; y los cordones se envuelven los unos sobre los otros, en sentido inverso de su primitiva torcedura.

Se llama colchador el artífice que hace el trabajo del cometage.

Se han inventado máquinas muy ingeniosas para colchar las cuerdas y los cables. (V. CORDELERO, CORDAGES.)

L.

COLCHON, COLCHONERO. (Tecnológia.) Se dá el nombre de colchon á un largo y ancho cogin que ocupa toda la extension de la cama, sobre la cual se extienden las sábanas; se forma de un lienzo ó tela de cotí, de cáñamo ó de algodon, comunmente tejido con cuadros azules y blancos; algunas veces se emplea tambien cotonada blanca. Esta tela forma una especie de saco aplanado que se llena de lana cardada. Los colchones llenos de clin se llaman colchones de cerda. Unos y otros se hacen de la misma manera, y por les mismos óperarios.

Algunas personas designan mal á propósito bajo la palabra colchon, á unos sacos semejantes llenos de plumas; se engañan, pues estos se llaman colcedras ó camas de pluma, las que no se construyen de la misma

manera

El colchonero es el operario que construye los colchones. Regularmente las mugeres son las que se ocupan mas de este trabajo; van de casa en casa, ya sea para hacer colchones nuevos, ó para rehacer los que por estar muy usados, han perdido su elasticidad; llevan consigo todos los instrumentos necesarios; solamente se les dá la tela, la lana ó el clin.

ó

Para construir bien un colchon es menester montar la tela sobre un bastidor, y estenderla segun la an

chura y longitud de la cama para la cual está destinado.

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Este bastidor se compone de cuatro listones de roble ó de nogal de seis á ocho líneas (14 á 18 milímetros) de grueso, de los que dos tienen 5 pies (16 decímetros) de largo, anchura de las camas mas grandes, y los otros dos 7 pies (23 decímetros) de largo, longitud tambien de las camas mas grandes. Estos listones tienen dos, en medio de su anchura, una multitud de agujeros practicados á una distancia de cerca dos pulgadas (6 centímetros) el uno del otro. En el medio del grueso de estos listones se clavan unos ganchos pequeños de hierro, capaces de resistir á una tension bastante fuerte con la punta en la misma direccion. Estos ganchos están colocados á tres pulgadas (8 centímetros) el uno del otro. Se vé que por medio de estos cuatro listones y de cuatro chavetas de hierro, se puede fácilmente formar un cuadro del tamaño determinado y de una solidez bastante para sostener la obra que se ha de hacer. Dos banquillos son suficientes para aguantar el bastidor á la altura conveniente. Algunas veces se valen de dos ó cuatro sillas, para suplirlos, pero no equivalen á los banquillos.

Antes de hablar del modo de rehacer el colchon, es indispensable indicar como se prepara la lana y el clin, á fin de que vuelvan á tener la elasticidad que habian perdido.

Los colchoneros inteligentes, que no quieren fatigar la lana, y sobre todo no romperla porque pronto se reduciria á polvo, no se contentan de cardarla; la baten, á fin de separar las hebras que se han reunido por una especie de fieltro. Para lograrlo estienden un cañizo de mimbre sobre los dos banquillos, echan

la lana encima, y con una varilla en cada mano, la baten hasta que esté bien abierta. Este método tiene la doble ventaja de abrir perfectamente la lana desfieltrándola, como acabamos de indicar, y de hacer salir todo el polvo que podia haber reunido, el cual cae debajo del cañizo.

Despues de haber batido la lana con mucho cuidado, se carda, no con cardas pequeñas de mano, porque la rompen, sino con cardas grandes que tienen los dientes largos y gruesos, colocando una sobre el extremo de un banco apoyado contra la pared, y sobre el cual se ahorcaja y tiene la otra caida con las dos manos. Haciendo uso de esta operacion, casi no experimenta menoscabo, y la lana conserva mucho tiempo la elasticidad que se le ha vuelto.

Es particular que en Paris, en donde las Artes se practican generalmente con perfeccion, no se siga la doble operacion que acabamos de iudicar, y que los colchoneros conserven siempre su antigua práctica de las cardas pequeñas destructivas de la lana, y que no adopten el batirla, lo que adelanta mucho la operacion, y hace fácil la cardadura, tal como se practica generalmente en el mediodia de la Francia, mucho mas pronto y de un uso preferible á todos.

En la exposicion de los productos de la industria en el Louvre en 1823, se ha visto una carda para los colchones, inventada por M. Cartier habitante de Paris. Estaba montada sobre dos ruedas, á fin de poderla transportar fácilmente de una casa á otra para cardar en ella la lana de los colchones de los particulares, y en su presencia. Esta carda, construida sobre el sistema de las cardas mecánicas, se pone en movimiento por medio de un manubrio, y llena per

fectamente su objeto. Ignoramos que se hayan construido otras, y de que sirve una sola máquina en una poblacion tan numerosa como Paris?

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Cuando la lana ó el clin están cardados se monta el bastidor; para esto se toma la anchura y la longitud de la cama. Se lleva esta anchura sobre los listones pequeños mediéndola en la línea de los agujeros haciendo otro tanto de la longitud, y se fijan los cuatro listones en estos puntos por medio de las cuatro clavijas redondas de hierro las que entran todas á una vez en los dos agujeros de los dos listones colocados én cruz el uno sobre el otro. Esta medida dá un colchon mas corto de algunas pulgadas en longitud y en anchura que tiene la cama á la que está destinado. Esto es necesario, porque el colchon, al cabo de algunos dias, se baja, lo que le hace aumentar en longitud y en anchura, y queda por esto del grandor necesario; sin esta precaucion poco tiempo despues de rehecho el colchon, sería demasiado largo y demasiado ancho.

La tela se prepara de manera que las dos partes que deben formar la superior é inferior no presenten sino una sola pieza. Se engancha por sus estremos un poco doblados sobre los ganchos, se estiende bien tirándola del costado en donde cuelga lo sobrante de la tela que debe cubrir la lana, se estira tambien la tela por sus dos estremos, enganchándola de la misma manera. Se deja colgar lo restante sobre el costado.

Se estiende la lana ó el clin con igualdad sobre la tela, teniendo cuidado de poner un poco mas en el medio que en los extremos, porque es de alli que se baja mas. Entonces se cubre la lana con la tela, y se

TOMO VIII

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