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COLUMNATA, COLUMNA: En la palabra ARQUITECTURA hémos manifestado las reglas de proporcion, de distancia y de forma que se ha acordado observar en la construccion de las columnas, y en su consecuencia remitímos al lector á dicha palabra. FR.

COLUMPIO. Palanca provista de una cadena de hierro rematada por una empuñadura, que sirve para poner en movimiento el fuelle de una fragua. P.

COMBA. )Tecnológia.) En el arte del tonelero es la parte mas abultada de la pipa, la que está situada á la mitad de su longitud, y la que tiene el diámetro mas grande.

Es tambien una especie de cincelito del cual se sirve el cincelador para cincelar .sobre las partes pequeñas de un pedazo de metal.

L.

COMBUSTIBLE. En el artículo CALOR hémos visto de que manera obra el calórico desarrollado cuando está en contacto con diferentes cuerpos; como los penetra mas ó ménos pronto segun la naturaleza; que es el efecto producido, en igual superficie, por los diferentes metales que rodean los gases ó los líquidos que se quiere calentar, etc. Mas adelante manifestarémos algunos datos sobre los fenómenos de la COMBUSTION (V. esta palabra), sus causas, sus circunstancias y sus resultados. En este artículo no nos ocuparémos sino de las materias combustibles que puedan procurar el calor; tampoco hablarémos de ellas sino en general, remitiendo para todos los pormenores particulares de cada uno de ellos, á las palabras LEÑA PARA CALENTARSE, CARBONES ACEITE, 9 TURBA, etc., y á las diferentes artes que las emplean segun las localidades y usos apropiados.

En el establecimiento de una fábrica, una de las co

sas que mas deben considerarse, es el precio y la cantidad de combustible que se pueda procurar en el puesto escogido; si el combustible está muy léjcs, es menester calcular los gastos de los transportes en las diferentes estaciones; en fin, no se puede guiar en la eleccion entre muchos combustibles sino por la relacion entre su precio y su poder calorifico.

En las fábricas es menester valerse de métodos simples para todas las pruebas, y es las mas de las veces en las grandes operaciones mismas que se tasa el valor de diferentes materias por la obra hecha. Los combustibles, por ejemplo, que se quieren probar comparativainente entre ellos, son apropiados en las mismas circunstancias para producir efectos semejantes; si es agua la que se evapora, ó un líquido que se concentra, se tomará una nota del tiempo, del peso ó de la medida de cada uno de los combustibles empleados, y de la cantidad de líquido vaporizado; será muy fácil reducir el valor real de cada uno de los combustibles, y de conocer el que se debe preferir relativamente á su precio; si se trataba de calentar una estufa, un horno de reverbero, de operar en caliente una descomposicion entre dos materias que se emplean diariamente, etc., será siempre fácil de comparar las cantidades de combustibles invertidos en el mismo tiempo para facilitar las substancias sobre las cuales se opera á la temperatura necesaria para las operaciones que se propone.

Es menester tambien examinar si se debe para ciertas operaciones, preferir los combustibles que arden en grande llama, tales como las leñas blancas, las leñas en general, los carbones de tierra flameantes, etc., ó á los combustibles, cuyo calor se extiende ménos, tales como el coke, ciertos carbones de tierra, de fresno

TOMO VIII

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por ejemplo de leña, de turba, la turba misma, etc.

Puede ser muy útil procurarse otras nociones mas exactas que las que resultan de los experimentos arriba indicados; las que se pueden obtener por medio de los calorímetros de agua y de hielo. En el artículo CALOR hémos descrito estos ingeniosos aparatos; añadirémos en este algunas particularidades relativas á los combustibles, y para mayores pormenores, remitirémos á las Memorias de MM. Petit y Dulong, Delaroche У Berard, etc.; Anales de Química, T. LXXXV, pág. 12 y 224, y Anales de Química y de Física, T. X, pág. 395.

Si la substancia, cuyo poder calorífico se prueba, puede ser quemada por medio de una mecha como la cera, el sebo, el aceite, etc., se le introduce bajo el embudo del calorímetro de agua, y se opera del modo que que la esplicado; pero á fin de perder ménos calórico radiante, se puede dar á la parte del calorímetro que representa el embudo vuelto, una forma particular, indicada en la fig. 7 lám. 52. El cuerpo para quemar está sostenido por una pieza de cobre pulido, análoga á un candelero de cañon ancho, que cierra exactamente la entrada del calorimetro; algunos agujeros pequeños, hechos en el plato inferior, y en el espacio de la cápsula superior, sirven para alimentar de aire la combustion de los carbones de leña, añadiendo sobre la cápsula (fig. 7) una plancha de hierro batido con algunos agujeros practicados en el fondo. La apreciacion aproximativa del poder calorífico del carbon de tierra es mas difícil porque su combustion no se efectua sino cuando la masa está en una temperatura muy elevada; esta dificultad se disminuye mezclando al carbon de tierra la mitad de su peso de carbon de leña li

gera, cuyo poder calorífico se sabe de antemano; y prolongando los cañones que conducen los productos de la combustion dentro el calorímetro, los que se hacen salir á la temperatura del aire ambiente.

Por medio de esta última disposicion se puede tam bien calcular el calor específico de los gases de la com bustion, observando su temperatura y la cantidad que pasa en las chimeneas, y por consiguiente determinar la cantidad de calor llevado por la extraccion. Para esto es menester que estos gases entren en el calorímetro en una temperatura constante de 100 grados, por medio de un tubo de doble cubierta constantemente lleno de vapor libre; por medio de una segunda doble cubierta á la salida del gas, dentro del cual se hace pasar una pequeña corriente de agua á una temperatura constante, se puede conocer la elevacion de temperatura de una masa de agua producida por una cantidad de gas; esta se determina por medio de un gasómetro ; fuera de esto se toman las precauciones y se hacen los cálculos y reducciones indicadas en el artículo CALOR.

El calorímetro de hielo tambien puede servir para determinar el poder calorífico de los combustibles; para este efecto se introduce en la capacidad interior A (fig. 3, lám. 52) del calorímetro, un hornillo pequeño, en la parte superior del cual se adapta un tubo b, que atraviesa el cubierto del calorímetro, y por fuera está cubierto de hielo por un tubo esterior cc; el aire llega por esta doble cubierta por medio de un gasómetro á 0; sopla al combustible encerrado en el pequeño hornillo, sale por la parte inferior, pasa dentro los intersticios de los pedazos de hielo, en donde se enfria á 0o derretiendo hielo, y sale en este grado por el tubo d. Fuera de esto es menester tomar todas las

precauciones que hemos indicado arriba, y calcular la cantidad de calor por la cantidad de hielo derretido, por medio de las fórmulas indicadas en el artículo CA

LOR.

Los combustibles de los cuales se prueba el poder calorífico deben primeramente ser desecados en vacío, por medio de substancias muy higrométricas, tales como el cloruro de calcium.

Tambien se puede determinar con facilidad la capacidad de los flúidos elásticos, y de los productos gaseosos de la combustion, por medio de las disposiciones siguientes acomodadas en el calorímetro de hielo. A (lám. 52, fig. 2) es la capacidad interior de un calorímetro; un tubo bb ajustado en una cubierta y rodeado de un manguito cc, dentro del cual se hace pasar una corriente de vapor de agua, á fin de conservar una constante temperatura de 100° dentro del tubo bb, por el cual se introduce lentamente el gas: llega al medio de los pedazos de hielo, atraviesa los intersticos, y sale en 0° por el segundo tubo dd, acomodado en la tapa; todo este calor desde 100o de temperatura hasta 0° está empleado para derretir el hielo; su volúmen se determina por el gasómetro que lo subministra y lo es igualmente su peso segun su densidad bajo una presion conocida. Esta operacion, aunque no ofrezca una exactitud rigurosa, puede ser útil para conocer la cantidad de calor llevado por el aire al salir del hornillo, cantidad que depende de la masa de este aire, y de su capacidad para el calor.

Rumfort, M. de Laplace y MM. Clement y Desormes, por medio de su calorímetro de agua, con el calorímetro de hielo, han determinado el poder calorífico de diversas substancias combustibles. La tabla si

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