una influencia tan imperiosa en los ánimos como en España, Portugal é Italia. Desde la expulsion de los jesuitas, pocas tierras pertenecen al clero mejicano: su verdadera riqueza, como lo acabamos de indicar, está en los diezmos y en los capitales hipotecados, en las haciendas de los labradores. Estos capitales se hallan invertidos útilmente y aumentan la potencia productiva del trabajo nacional. Ademas no deja de sorprender el ver que el gran número de conventos que desde el siglo décimo sexto se han fundado en todos los puntos de la América española, todos han sido amontonados en el centro de las poblaciones. Diseminados en los campos, edificados en la loma de las Cordilleras, habrian podido ejercer sobre la agricultura aquella influencia benéfica, cuyos efectos se hacen sentir en el norte de la Europa, en las márgenes del Rin y en la Cordillera de los Alpes. Los que han estudiado la historia saben que los frailes del tiempo de Felipe 11, en nada se parecian á los del siglo nono. El lujo de las ciudades, y el clima de las Indias se oponen á la austeridad de costumbres y al espíritu de órden que caracterizaron las primeras instituciones monásticas; y cuando se atraviesan los desiertos montuosos del reino de Méjico, se echa de menos el no encontrar allí como en Europa y Asia, aquellos asilos solitarios en los cuales la hospitalidad religiosa tiende una mano benéfica y consoladora á los viageros. FIN DEL TOMO SEGUNDO, XII. Intendencia de la Sonora. 88 96 100 119 139 177 LIBRO IV.- Estado de la agricultura de la Nueva-España. - - CAPÍTULO IX. Producciones vegetales del territorio mejicano.— que para las manufacturas y el comercio. - Cria de ganados. — - 218 ib. 344 i FIN DE LA TABLA. |