bum, vestitumque ferre. Patres hi, quos videtis, iacebant in limine, matresque miserae pernoctabant ad ostium carceris, ab extremo complexu liberûm exclusae: quae nihil aliud or abant, nisi ut filiorum extremum spiritum ore excipere sibi liceret. Aderat Ianitor carceris, carnifex praetoris, mors terrorque sociorum et civium, lictor Sestius: cui ex omni gemitu, doloreque certa merces comparabatur. Ut adeas, tantum dabis: ut cibum tibi intrò ferre liceat, tantum. Nemo recusabat. Quid? Ut uno ictu securis afferam mortem filio tuo, quid dabis? ne diu crucietur? ne saepius feriatur? ne cum sensu doloris aliquo aut cruciatu spiritus auferatur? Etiam ob hanc causam pecunia lictori dabatur. ¿Quién al oir esta narracion y sus circunstâncias, no se deshará en lágrimas, no compadecerá la suerte de los padres, no temerá por sus propios hijos, no exêcrará ef nombre de Verres, la bárbara insensibilidad del lictor Sestio, su bárbaro interes sus infames y bárbaros proyectos? ¡Qué tumulto de afectos tan vehementes no levanta el horrendo suplicio, con que este monstruoso Pretor quitó la vida en la plaza de Mesina al inocente y desgraciado Ga vio; + Gatio que en medio de los mas ra biosos tormentos solamente clamaba en alta voz: Soy ciudadano romano! ་་ * Ten katast Caedebatur virgis in medio foro Messa nae civis Romanus, Judices cum interea nullus gemitus, nulla vox alia istius miseri, inter dolorem, crepitumque plagarum audiebatur, nisi haec, Civis romanus sum. Hac se commemoratione civitatis omnia ver bera depulsárum, cruciatumqué corpore deiecturum arbitrabatur. Is non modo hoc non perfecit, ut virgarum vim deprecaretur: sed cum imploraret saepiùs, usurparetque no men civitatis; crux, crux, inquam, infelici et aerumnoso, qui nunquam istam potestatem viderat, comparabatur. ¿Y qué lugar eligió para quitarle la vida?... ¿Y por qué causa? Horroriza leerfo. Quid enim attinuit, cum Mamertini, more atque instituto suo, crucem fixissent post urbem, in via pompeia te iubere in ea par"te figere, quae ad fretum spectaret et hoc addere quod negare nullo modo potes quod, omnibus audientibus, dixisti palam, te idcirco illum locum deligere, ut ille, qut se civem romanum esse diceret, ex cruce Ita” liam cernere, ac domum suam prospicere posset? Itaque illa crux sola, judices, post H conditam Messanam in illo loco fixa est, Italiae conspectus ad eam rem ab isto de lectus est, ut ille in dolore, cruciatuque moriens, perangusto fretu divisa servitutis, ac libertatis iura cognosceret; Italia autem alumnum suum servitutis extremo summo que supplicio affixum videret. (Cic. in Ver. Act, 2. lib. 5.) CAPÍTULO XII. De las disposiciones y calidades Calidades morales. PROBIDAD. Las disposiciones que deben adornar al orador, unas son morales, otras intelectuales, y otras son exteriores. que Ninguna cosa perjudica mas á un orador la desconfianza con que se escuchan sus palabras. Quando la corrupcion y la mentira. mueven sus labios, en vano intenta persuadir. Convencidos los oyentes de que sus expresiones estan en contradicion con sus obras 6 sentimientos, ni le prestan la aten cion debida, ni la docilidad necesaria. En todos reyna el disgusto, y si frios entráron, frios é incomodados salen. Pero quando le acompaña una alta reputacion de probidad, todo cambia de aspecto. La virtud bien sentida comunicasal discurso una fuerza y energía irresistibles; la virtud dispone á los oyen-tes en favor de su doctrina; la virtud causa clasmas vivas y agradables impresiones. que O tú, orador público! si deseas hacer rápidos progresas en la carrera honorífica de la elocuencia, cultiva en primer lugar la virtud, y perfecciona tu sensibilidad. Que el amor á la justicia, al órden y á la patria; la humanidad. y todos los sentimientos generosos; que el zelo ardiente por todas las virtudes des utilidad pública muevan tus labios, é inflamen tu alma. Concibe un odio implacable contra la opresion y la insolencia contra la mala fe, la baxeza y la corrupcion: tiemblen los vicios de tu justo enojo, y las virtudes hallen dulce acogida en tus palabras, en tu corazon y en el de tus oyentes. Calidades intelectuales. CIENCIA. En segundo lugar adquiere un profundo conocimiento de la materia que tratas. Si te consagras al foro, sean tu antorcha la justi cia y la razon, las leyes civiles y criminales bien meditadas. Si al ministerio del púlpito, en la religion y sus dogmas, en el culto y en la pura moral exênta de metafisicas, tienes un tesoro inagotable de doctrina, yben el corazon humano virtudes que loar, vicios que reprender, delitos que combatir. Si á las asambleas ó juntas, estudia la organizacion de las sociedades, la política de los gobiernos, los intereses de los pueblos, y las causas que producen así la pública prosperidad', como la pública destruccion. Ni te sean extrañas las ciencias para hermosear y amenizari.con ellas tu asunto. |