paces de dexar en el alma hondas impresiones: con agrado las cosas mas triviales, y con interes las ideas mas simples.

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El orador que anela por acelerar ó impedir la decision de todo un pueblo pendiente de su labio; que solicita alterar ó dar nueva forma al gobierno, estender ó romper los vínculos de alianza, anunciar la paz, declarar la guerra... ante todas cosas es menester que esté convencido de lo mismo que propone ; despues que convenza á sus oyentes, y por último que con su nerviosa elocuencia transmita en ellos su fuego y les comunique sus sentimientos. Este es el verdadero camino de atraerlos á su partido, y de que executen sus miras con energía y fidelidad. Pero siempre debe conservar el decoro: el decoro que se debe á sí mismo, á su autoridad y reputacion, á su edad y dignidad, al zelo por la causa pública, á la buena fe y rectitud de su corazon: el decoro que debe á la junta con respeto á su éducacion, carácter, inclinaciones, opiniones: á las circunstancias del lugar, del tiempo, de la importancia del asunto.... Es escusado prevenir al orador, que el calor de la expresion, el estilo, la voz y el tono deben adaptarse al objeto y á las circunstanG

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cias que es ridícula la vehemencia en una materia poco interesante, igualmente que en donde se requiere una discusion tranquila. Digo que es escusado, porque el convencimiento y la pasion le dictarán el lenguage, el estilo y el grado de calor correspondientes.

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Por lo que hace á la elocuencia del foro, la determinan la gravedad é importancia de la causa, la verdad, claridad y método en la exposicion de los hechos, y la ley aplicada al caso. No me detendré en especificar qué conducta, talento y conocimientos de ben asistir á un abogado, ni ménos si su elocuencia es útil ó perjudicial, porque es cosa bien sabida de todos. Aquellos, que sin los requisitos necesarios abrazan una profesion tan honorífica, lean á Januari en la república de los Jurisconsultos, y se verán retratados. en sus hermosos versos, que empiezan:

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Felix ars iuris, felix hac arte peritus, Si foret huic Arti dedita turba minor."

CAPÍTULO X.

De la disposicion y conducta de un

Discurso stromol lege

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...La naturaleza nos enseña, que habiendo de hablar sobre una materia de alguna importancia y. estension, empecemos preparando los ánimos de aquellos a quienes dirigimos la palabra que fixemos el estado de la cuestion ó del asunto, expliquemos los hechos, empleémos las pruebas en abbno de nuestra opinion, destruyamos las que pueden per judicarnos, y finalmente, que cerremos el discurso con alguna conclusion particular.

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Así pues una oracion compone

por lo comun de cinco partes: exordio 6 introduccion division: narracion o explica cion de los hechos pruebas y refutacion: peroracion ó conclusion. He dicho por lo comun, porque no siempre son esenciales estas partes á todo género de oraciones. Por exemplo, las que giran sobre una sola proposicion no tienen necesidad de ser divididas.

EXORDI 0.

El exordio tiene por objeto prevenir favorablemente á los oyentes (1), fixar su atencion , y hacerlos dóciles: reddere auditores benevolos, attentos, dociles. La modestia del orador aficiona á los oyentes, así como la presuncion y altanería, el orgullo y la arrogancia, la satisfaccion y atrevimiento, la ostentacion y el ayre de superioridad los previenen contra él, igualmente que la baxeza y la servil adulacion. Por consiguiente el exôrdio será noble y mo̟desto. Conseguirá tambien la benevolencia, manifestando el sentimiento de dignidad que le inspiran la justicia y la importancia del asunto, como íntimamente enlazado con el interes del auditorio: la situacion de su cliente, la empresa y carácter del antagonista. Por esta razon el exôrdio será sacado de la materia que se trata. Y como rara vez tienen cabida las pasiones en la introduccion, esta deberá ser sosegada, y no admitirá el,

(1) Eloquentiae magister tamquam piscator, nisi eam imposuerit hamis escam, quam scierit appetituros esse pisciculos, sine spe praedae moratur in scopulo. (Petron.)

tono elevado,á ménos que se defienda una causa censurada ó desacreditada porque en este caso antes de pasar adelante, deberá el orador contener la indignacion y des vanecer las preocupacionés, por la presen cia de ánimos y las valentía del exôrdio, que corresponderá al tono y espíritu del to do y se extenderá á proporcion de él. Es monstruoso un discurso de corta estension con un exordio largo, así como lo es un enano con una cabeza de gigante, άal reves. Tanduo estoit ari ob nblo

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Fixará la atencion de los oyentes', dándo les una idea del interes, importancia y no vedad del asunto, en un estilo claro, conciso, correcto y elegante.sh bup nooojen

Hallará en su idocilidad agradable acogi da y ganará su confianza, luego que hud bière disipado sus preocupaciones, y hécholes tomar interes por una causa que miraban con repugnancia: para lo qual contribuye en gran manera la circunspeccion del orador, el espíritu de conciliacion, su buena fe y la delicadeza de sus sentimientos.

Además de este exôrdio, llamado tambien principio, se reconoce otro con el nombre de insinuacion, el qual consiste no en exponer sencillamente como en el primera, el fin que