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olvidó de todo, hasta de la diversión de las Posadas, para ir á contemplar sobre la escena al elegante torero, por ver si con tanta maestría da un volapié como pisa el foro. Como en sus mejores noches estaba el jueves el gran teatro; no obstante que los precios de entrada no eran muy moderados, había, repito, lo que se llama un lleno. Los espectadores estaban impacientes porque terminara el drama, ya demasiado conocido y que no podía ser desempeñado acertadamente con los escasos elementos de que disponía la compañía Solórzano: se distinguió no obstante la joven actriz Srita. Carreras, enteramente desconocida, humilde y modesta, pero de excelentes aptitudes.

"Pero lo principal, á lo que la gente iba, era á ver á Mazzantini sobre la escena; así, pues, no sin bastante sensación se vió alzarse el telón para la pieza final. Después de dos ó tres escenas apareció, al fin, el héroe de la función: Mazzantini representaba el papel de un vecino medio alegre que equivoca la puerta de su cuarto y se cuela en la habitación de una dama, á mayor abundamiento casada. Desde luego se ve que el torero-actor viste con elegancia, y que tan bien sabe llevar la casaca como la chaqueta. Un aplauso unánime, ruidoso, prolongado, le saludó al presentarse: todo el teatro tenía en él fija la mirada, y se oían con religioso silencio sus palabras. Mazzantini no es un gran actor ni de ello presume, pero estuvo bien en el gracioso papel; acciona con naturalidad, pisa las tablas con desembarazo, y declama sin afectación. El respetable público estaba contentísimo, y apenas podía convencerse de que aquel actor fuese el mismo que en el redondel desafía la cólera del toro y le obsequia con un pinchazo por todo lo alto; de ahí que á cada momento se oían los más atronadores aplausos; no puede quejarse el diestro; al contrario, puede decirse que cada una de sus palabras fué aplaudida. La cara rasurada y su peinado á la torera hacían contraste con su elegante traje de etiqueta, que, como he dicho, lleva con donaire. Sabía perfectamente su papel, y esto le ayudaba mucho para decirlo bien. Parece ser que Mazzantini se aviene mejor en la escena al género gracioso, que es seguramente el que ha cultivado en sus aficiones. Tampoco era la primera vez que salía á las tablas: en la Habana y en España ya había recibido ruidosos aplausos, trabajando como actor. México no olvidará que su primera salida en nuestro teatro fué en beneficio de un artista mexicano."

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CAPITULO V

1887-1888.

Antes de pasar á hacer la reseña de nuestros espectáculos en 1888, debemos, como un eco de su predecesor el de 1887, referirnos á la brillante función que en la noche del 23 de Diciembre dieron en su Circo los filántropos Hermanos Orrin á beneficio de la institución llamada Casa amiga de la Obrera. Ese humanitario asilo tenía por objeto recoger, alimentar é impartir la instrucción primaria á los hijos de las obreras, mientras ellas atienden á los trabajos de su oficio, y fué fundado en principios de dicho Diciembre por la admirable dama y singular dechado de perfecciones y virtudes Sra. Da Carmen Romero Rubio de Díaz. No es su elevada posición social la que este elogio me dicta. Antes, mucho antes de que la Providencia, tan pródiga con ella en beneficios, la pusiese á la altura en que se encuentra, la conocíamos y la adorábamos en esta mi familia que siempre ha tenido en la suya una de las más firmes y buenas amistades, y una inagotable fuente de protección. No; no es la esposa del Presidente de la República la que nos dicta nuestras humildes frases de elogio: nunca la hemos visto ni visitado con tanta frecuencia como antes de que lo fuese y pudiera sospecharse que el ángel que aleteaba en aquel ambiente de santidad que rodea á su ejemplar madre Da Agustina Castelló de Romero Rubio, tendería sus alas de oro sobre la persona de uno de sus más ilustres gobernantes que ostentar puedan las más felices naciones del Universo. Todo el país respeta y venera como nosotros, á esa dama joven y bella, honor del bello sexo mexicano, bello sexo que no tiene superior en el mundo, porque quien dice mujer mexicana, dice prototipo y conjunto de todos los méritos y virtudes femeniles.

Los Hermanos Orrin que siempre han llevado su óbolo bienhechor á toda obra caritativa, quisieron contribuir á facilitar la instalación de la Casa amiga de la Obrera, y le dedicaron en esa noche los productos de una de sus más escogidas funciones. Con razón la Providencia ha protegido siempre á esos artistas empresarios, que habiendo comenzado con humildísima tienda de lona en la plazuela del Seminario, tienen hoy en la de Villamil un casi suntuoso edificio de hierro y de cristales, para sus siempre bien aceptados espectáculos.

Pero acabemos con nuestras citas referentes al animado año de 1887, haciendo constar que como si no hubiesen sido bastante para México cuatro plazas de toros, aparte de las de el Huisachal, Tlalnepantla, Cuautitlán y Texcoco, tan próximas á la Capital que podían considerarse como dentro de su Distrito, el domingo 18 se inauguró la que tituló del Coliseo su empresario, y quedaba frente casi á la llamada del Paseo: su inauguración la verificó la cuadrilla mixta de Diego Prieto, alias Cuatro Dedos.

Dentro todavía de 1887, en la noche del 28 de Diciembre, inauguró sus trabajos la "Nueva Compañía de Opera Francesa de Mauricio Grau" bajo la dirección de A. Durand. Su elenco fué el que sigue: "Julia Bennati, del Teatro Bouffes Parisiens y Renaisance, de Paris; Mary Pirard, del Nouveautés y Menus Plaisirs; Nordal; Stani; Caroli; Aguillon; Delorme; Tournyaire; Vandamme; Gatineau; Guillaume; Brassine; Uzzini; Loeb; Dass y Wounters. - Sres. Tony, Maris, Mezières, Gernoy, Duclos, Stephen, Vinchon, Sablon, Blatche, Schulte, Brassine, Touchand, Toudic, Daruelle, Delafosse, Lemay y Duchateau.-Director de orquesta, Mr. Martin; de escena, Merle; violin concertino, Mr. Wouters." Los precios de abono por veinte funciones, fueron: en palcos, doscientos cuarenta pesos; en luneta, treinta. Eventuales: palcos, diez y seis pesos; lunetas, dos pesos.

Como indiqué, esa Compañía principió su temporada la noche del 28 de Diciembre con El Gran Mogol, el 29 y 31 dió Mademoiselle Nitouche y La Mascota, repitió en 1o de Enero de 1888 Mademoiselle Nitouche, y siguió después con Les petits Mousquetaires, Le Petit Duc, Gran Mogol, Les Cloches de Corneville, Bocaccio, Le Jour et la Nuit, Le Serment d'Amour, estrenado el 15 de Enero, y Los Mosqueteros en el Convento, con los cuales terminó el 20 el primer abono. Principió el segundo, que fué de seis funciones, el 29 con Fatimitza; siguiéronse varias repeticiones, cantóse Madame Angot, y se despidió la Compafiía el 9 de Febrero con Doña Juanita.

El conjunto que presentó ese cuadro fué bastante bueno: la Bennati era una mujer elegante, no fea, muy expresiva y picaresca, con voz agradable y bastante bien manejada. María Pirard, semejante en figura y en escuela á la Theo, era esbelta, viva, graciosísima, con pequefla voz muy simpática, dulce y afinada. La Nordall, agradable como siempre, fué muy bien recibida. Rivalizando en chiste con Mezières vino Tony, que desde la primera noche conquistó á su público. El tenor Gernoy era como voz poquísima cosa, pero muy bueno como

actor.

Agradó mucho El Gran Mogol, por su bonita música, cómico argumento, y fausto y lujo con que se presentó la obra. La Mascota no valió precisamente un triunfo á la Bennati, pero sí lo alcanzó y muy cumplido, en el Artagnan de Les petits Mousquetaires. María Pi

rard fué extraordinariamente aplaudida en Le petit Duc, no enos que la Bennati en el walse de L' Amour mouillé, introducido en el segundo acto de Les Cloches. La Pirard volvió á encantar en Le Sermet d' Amour, de Audran, opereta que pareció bien á nuestro público, que en ella aplaudió con entusiasmo al barítono Maris. Doña Juanita muy superiormente puesta en escena, estuvo cantada casi á la perfección, mereciendo los primeros honores la Stani, la Nordall y la Bennati. A pesar del buen conjunto de la Compañía y los aceptables méritos de algunas de sus primeras partes, el público concurrente al Gran Teatro no pasó de muy escaso, y la empresa hizo, en lo material, una mala temporada. Ni aun en los beneficios se sacaban buenas entradas: los de la Nordall y de Maris casi fueron un vacío: estuvieron más pasables el de la Pirard que cantó de un modo perfecto la graciosa Bras dessus, bras dessous, y el de la Bennati que obsequió á sus oyentes con la danza habanera Maria de la O, recibida con nutridos aplausos, por lo correctamente que la cantó y su gracioso modo de pronunciar el castellano. "La ópera francesa se fué, decía el Monitor, y debe haberse marchado enojada por la indiferencia de nuestro público, que ni en las últimas funciones quiso ir á aplaudir á las graciosas artistas."

Menos esquivo anduvo, por fortuna para los pobres, en la función que á beneficio de la Casa Amiga de la Obrera, dieron en la noche del 7 de Enero la Compañía Dramática del Principal, y los arrendatarios y empresarios del Gran Teatro, I. Pastor y A. Durand: en esa función que produjo un beneficio líquido de mil quinientos pesos, se puso en escena la comedia El noveno Mandamiento, desempeñando uno de sus papeles el duestro Luis Mazzantini, quien se prestó gustoso á salir en México por segunda vez á las tablas en obsequio del fin filantrópico de la fiesta, y en respetuosa demostración de afecto á la ilustre fundadora del Asilo, la Sra. Da Carmen Romero Rubio de Díaz, que con su esposo el Gral. Presidente de la República concurrió al espectáculo. En honor de la egregia dama, nuestro querido poeta Juan de Dios Peza improvisó las siguientes décimas que leídas en un entreacto fueron entusiastamente celebradas:

A LA SRA. Da CARMEN ROMERO RUBIO DE DIAZ.

"Una egregia y noble dama
cuyo nombre brilla al par
en el templo del hogar
y en el templo de la fama,
para su pueblo reclama

caridad, celo y amor,

B. H. T.-T. IV.-7

y en testimonio mejor de sus afanes prolijos,

abre un hogar á los hijos del pueblo trabajador.

"Quiere que mientras el duro trabajo y la suerte fiera aprisionan á la obrera en taller triste y oscuro, el hijo, el arcángel puro que abandonado se siente, tenga pan que lo alimente, hogar que amante lo abriga, y mano que lo bendiga, y corazón que lo aliente.

"Y que en la tarde, al volver

la madre de su tarea,

su más noble empeño sea

y su más santo placer,

ir contenta á recoger

al hijo que la consuela,

y pensar, mientras lo vela

y el niño duerme soñando, que aquel niño está logrando su porvenir en la escuela.

"Misión noble y santa fué la de la dama hechicera que en la "Casa de la Obrera" ha puesto toda su fe.

¡Oh Numen! ¿qué le diré?

Más que el nutrido rumor del aplauso atronador

que sin que á ninguno asombre

le da las gracias, en nombre

del pueblo trabajador.

"Más que el canto del poeta y el cariño que conquista,

y que la copie el artista

en su mágica paleta,
vale la pasión secreta
que la obrera le da ufana.
¡Honor á la que engalana
esta tierra con su historia!
¡Honor á la mejor gloria
de la mujer mexicana!"

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