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volvió á reaparecer en ella el domingo 8 de Abril, en el drama La Comedianta, y con el juguete La primera y la última, contratada por el empresario del Teatro de Hidalgo. Excusado es decir que la distinguida actriz fué obsequiada en su reaparición en la escena con los mismos nutridos y entusiastas aplausos á que tan acostumbrada la tenían los más selectos públicos.

El 15 de Abril dió su primera función la "Sociedad Filantrópica Mexicana," fundada para moralizar al pueblo y apartarle del espectáculo de las corridas de toros tan en boga, ofreciéndole gratuitamente escogidas representaciones dramáticas; la primera dióse, como dije, el 15 de Abril en el Teatro Principal, á las cuatro de la tarde, con el concurso de la sociedad "Carlos Escudero;" pusiéronse en escena Parientes y trastos viejos, de Miguel Echegaray, y el juguete cómico Maruja; las Sritas Rosario y Altagracia Mendoza y Josefa García, fueron muy aplaudidas, portándose las dos primeras ni más ni menos que cual verdaderas actrices, rebosantes de gracia, talento é inspiración artística: tanto una como otra fueron en su época gala y ornato de la Sociedad "Carlos Escudero," y más que modestas aficionadas eran actrices que hubiesen podido honrar el mejor cuadro dramático.

Debo también hacer especial recuerdo de la lucidísima exposición de plantas y flores, celebrada en Mayo, en una rotonda en la glorieta central de la Alameda, El esplendidisimo jurado calificador, estuvo compuesto de las Sras. D Elena Mariscal de Limantour, María Luisa Romero Rubio de Teresa, Amada Díaz de De la Torre, Catalina Cuevas de Escandón, Guadalupe Cuevas de Mier y Dolores Corona del Camacho; á las ocho y media de la noche del domingo 13, hizo la distribución de premios á los expositores, la Sra. Da Carmen Romero Rubio de Díaz.

En el mismo mes una buena parte de la sociedad de México, faltó de la Capital para asistir en la Sultana de Occidente, Guadalajara la bella, á las solemnes fiestas con que se celebró el fausto suceso de haber quedado unida á la ciudad federal por medio de un camino de hierro, mejora importantísima debida en gran parte al siempre ilustre Gral. D. Ramón Corona, Gobernador que era del Estado de Jalisco. En los primeros días de Junio, dió en el Principal varias funciones muy concurridas, el domador Felipe Salvini, con su compañía de monos, perros, chivos, caballitos y demás animales sabios.

Pero detengámonos aquí sin proseguir con nuevas citas que no debemos hacer antes de haber hablado de la temporada dramática de Leopoldo Burón en el Teatro Arbeu.

CAPITULO VI

1888.

La Compañía con que Leopoldo Burón hizo su temporada en 1888 en el Teatro Arbeu, fué la siguiente: "Primer actor y director, Leopoldo Burón; Primera actriz, Luisa Martínez Casado; Segunda dama, Dolores Rodríguez; Primera dama joven, Josefina Duclós; Primera actriz cómica, Socorro Martínez Casado; Caracteristica, Carmen García; Segunda dama joven, Guadalupe Martínez Casado; Actrices, Elvira Pérez, Josefina Martínez; Segundo galán y otro primer actor, Ernesto Figuerola; Primer galán joven, Antonio Sánchez Pozo; Primer actor de carácter, Juan Torrecillas; Otro segundo galán, Vicente Torres; Segundo galán joven, Abelardo Martínez; Barba, Baudilio Trillas; Actor genérico, Elías Ríos; Actores, Antonio López, Serafín Busquet; Apuntadores, N. Bienvenido, José Jiménez; Representante, Manuel Bonilla." Los precios por abono de doce funciones fueron, en palcos, setenta y seis pesos; en lunetas, seis. pesos.

La Compañía Burón dió principio á sus trabajos el 8 de Mayo con Lo Positivo; siguieron El tanto por ciento, El octavo no mentir, El maestro de fraguas, El pañuelo blanco, De mala raza, La Pasionaria, Los grandes titulos, Un novio á pedir de boca, y terminó el 30 el primer abono. Empezó el segundo el 31, dándose en él, sin citar las repeticiones, Un drama nuevo, Inocencia, La muerte civil, Enseñar al que no sabe, El padrón municipal, Bodas trágicas, Los Martes de las Gómez, La dama de las camelias, El Capitán Marin y El Gran Filón. El 23 de Junio principió el tercer abono con Don Ramón, Elodia y En la cara está la edad, siguiéndose Divorciémonos, El Pilluelo de Paris, Hamlet, Otelo, La escuela de las coquetas, Un marido como hay muchos, El guardián de la casa, Si familia, y El baile de la Condesa. El 19 de Julio dióse la primera función del cuarto abono con El Anzuelo, y sucedieronle Consuelo, Francillón, Lo que vale el talento, Cariños que matan, Kean, La vida es sueño, Marcela, La casa de campo, y La Princesa George. El 19 de Agosto comenzó el quinto abono, que sólo constó de ocho funciones, dando entre otras obras Cuestión de forma, La rosa amarilla, Contra viento y marea, y El amor de los amores, para la octava y última; la noche del 2 de Setiembre se despidió de México la Compañía.

R. H. T.-T. IV.-8

Reducidísimas fueron las obras nuevas en esos cinco abonos que retuvieron á Leopoldo Burón en México casi cuatro meses, y no obstante, puede contarse aquella como una de sus mejores temporadas en cuanto á productos materiales: noche á noche se vió el Teatro Arbeu perfectamente concurrido por un público selecto y entusiasta. Todo lo debió á su feliz elección de primera actriz. Luisa Martínez Casado fué quien verdaderamente hizo y sostuvo el éxito del teatro de la calle de San Felipe Neri. Belleza y juventud, voz de timbre simpático y agradable á la vez que robusta y llena, sentimiento, inspiración, facilidad en el decir, todas las cualidades, en fin, necesarias para brillar en escena, se reunían en armonioso conjunto en la simpática primera actriz.

Luisa Martínez Casado había nacido en Cienfuegos de la Isla de Cuba, el 28 de Agosto de 1860; contaba, pues, tan sólo veintiocho primaveras al visitar los teatros de México. La mayoría de los artistas ocultan la fecha de sus respectivos nacimientos, y más de uno nos ha suplicado que si por acaso teníamos ese dato relativo á ellos, les dispensáramos el favor de no asentarlo en nuestro libro. Pequeñez y vanidad es sin duda la del artista que oculta esa fecha, que en la mayoría de los casos á nadie importa y nadie se tomará la pena de esclarecer. En el artista de verdadero mérito, de real y positivo valer, la fecha de su nacimiento es de importancia suma, porque ella aquilata un talento que puede y sabe triunfar de los años. El eminente entre los eminentes D. José Valero, nunca negaba á nadie la fecha de su nacimiento, y murió llenando la escena de España y de la América española con las creaciones de su talento inagotable, que aun de la edad supo triunfar.

D. Luis Martínez Casado, padre de Luisa, era, al nacer ésta, propietario del Teatro Avellaneda, único que entonces contaba la Perla del Sur de la Isla; por lo tanto la pequeña Luisa casi dió en una escena de teatro sus primeros pasos y casi aprendió á hablar escuchando á los distinguidos artistas que después de presentarse en la Habana, no dejaban de hacerse aplaudir en el Avellaneda de la rica y floreciente Cienfuegos. La gracia y la perfección con que imitando á diversas actrices declamaba aquella niña largos parlamentos de distintas obras, hicieron que en 1868 se escribiese, para ella expresamente, una piececita titulada El Gorrión, que en el mismo año estrenó en Albisu de la Habana, y repitió muchas veces entre entusiastas aplausos, renovados y reproducidos ante los públicos del Gran Teatro de Tacón, de Matanzas, Cárdenas, Colón y otros de la Isla, en varias piezas escritas para ella, y después, y pasados algunos años, en El Olmo y la Vid, El pilluelo de Paris, La Paloma Azul, Como el Pez en el agua, Por seguir á una mujer, El arte y el oro, Marinos en tierra, O locura ó santidad, y varias más de Echegaray y diferentes autores.

Su nombradía era ya tanta que la solicitaban para dar atractivo á sus beneficios Elisa Zamacóis, Maniní, Guerra y la Pezzana.

En 1878 se embarcó Luisa para España, y en 7 de Octubre del mismo, ingresó en el Real Conservatorio de Madrid: allí fué discípula de Concepción San Pelayo, Florencio Romea y la inmensamente gran artista, gloria de la escena española, Matilde Díez. Como la alumna era ya una artista, se le permitió hacer en un solo año los cuatro de estudio, y en los exámenes del 30 de Mayo de 1879 alcanzó la nota de sobresaliente, y en los ejercicios de oposición obtuvo por unanimidad el primer premio, y fué calificada "no como una esperanza para la escena española, sino como una brillante realidad." Conocedor de los relevantes méritos de la actriz, el insigne D. José Echegaray presentó en la casa de aquella á los primeros actores Calvo y Vico y al Empresario del "Español" Felipe Ducazcal, y Luisa quedó desde luego contratada, conviniéndose en que se presentaría con un papel expresamente escrito para ella por Echegaray en su nueva producción Mar sin orillas. "Con ese drama, decía el crítico del Imparcial, aparecerá en la escena una actriz desconocida hoy, pero que ha de ser pronto célebre. Echegaray la ha descubierto, y bajo su amparo se presenta á recibir el bautismo teatral. Actores ilustres, críticos, sabios y dramaturgos hartos de popularidad, han oído recitar á la actriz y la han admirado. Echegaray ha encontrado al fin lo que no había; una actriz para sus dramas: esta señorita puede estar orgullosa del genio ilustre que la apadrina.”

De su estreno en el Teatro Español el 28 de Diciembre de 1879, se ocupó la prensa con elogio unánime, y desde entonces todo fué ya fácil para Luisa, y pudo figurar como primera actriz con Manuel Catalina, Victorino Tamayo, Antonio Vico y el gran D. José Valero.

Como dama joven, como segunda dama y como primera actriz, trabajó en Madrid durante cinco años, recibiendo aplausos en el "Espafiol," la "Comedia," "Jovellanos," "Apolo," y "Alhambra," en todos los teatros de la capital en que se presentó y para los cuales fué con empeño solicitada. Bajo la dirección de Vico, expedicionó después en los de Valencia, Barcelona, Albacete, Murcia, Almería y Cádiz, y con él estrenó obras de Echegaray, Cano, Sellés, Gaspar y los más distinguidos autores.

A esa altura en su brillantísima carrera, el justo deseo de Luisa de volver á visitar la isla de su nacimiento en la que había aprendido á amar el arte y dado sus primeros pasos en la escena, le hizo aceptar el contrato que le propuso Leopoldo Burón para la Habana y México. De su recepción en Cuba, y de sus triunfos en ella, no debo tratar, porque no me bastarían muchas páginas de mi libro, pero sí hablaré de los que alcanzó en nuestra Capital y en el teatro Arbeu. Uno de los más pesimistas críticos mexicanos, tan implacable para

la censura como parco para el elogio, ha dicho de Luisa Martínez Casado lo que sigue, y copio porque con su juicio voy conforme: "Luisa Martínez Casado es artista, y una grande artista, hasta la última fibra de su ser. Desde que aparece en escena se transforma por completo. Para ella no existen los espectadores; poco le importa hallarse en presencia de diez ó de ciento; no ve, no mira lo que pasa fuera de la escena, una corriente galvánica ha puesto en conmoción toda su naturaleza; sus nervios se agitan, se estremecen, vibran al soplo vigoroso de su inspiración, y esa corriente galvánica se esparce como por ensalmo entre los espectadores. Mientras que ella está en escena, el drama tiene vida, interesa, conmueve y apasiona; el público la ve, la escucha desde luego con atención, después con interés, y por último, con admiración. Después de toda escena culminante, es forzoso, resuenan los aplausos sinceros, espontáneos, compactos, y no ha habido una sola noche que la inspirada artista no haya alcanzado estas justas y lisonjeras ovaciones. Merced á su inspiración, que los franceses dicen talento, la joven artista española recorre con suma facilidad todos los registros del arte; desde el tipo grotesco del sainete, hasta el de la tragedia de alto coturno.... Hoy puede decirse que está en el apogeo de sus facultades.... Aquella frente tan limpia y tan pura, iluminada por la luz de la inspiración; aquellos ojos tan hermosos, tan fulgurantes como la pasión y tan profundos como el pensamiento; aquel cuerpo esbelto, flexible y de actitudes siempre nobles y plásticas; todo, todo en ella revela una privilegiada naturaleza de verdadera, de grande artista..... En Italia hubiera sido tal vez una Ristori y en Francia una Rachel ó una Bernhardt."

En México hizo su presentación el 8 de Mayo de 1888, con Lo Positivo, que se prestaba á su juventud, á su esbeltez, á todo el juego de su fisonomía expresiva y simpática, iluminada por espléndidos ojos en donde se ve brillar la llama de la pasión y el fuego sagrado de la inteligencia. Bordó su papel con detalles exclusivamente suyos, tan propios y nuevos que provocaron tempestades de aplausos, que se reprodujeron, eco de la misma admiración, en El octavo no mentir, El maestro de fraguas, El tanto por ciento, El sombrero de copa, El drama nuevo, De mala raza, Los grandes titulos y en todas cuantas obras tomó parte. En 23 de Junio, Luisa salvó con su talento un drama en dos actos, Elodia, débil composición de Gonzalo Larrañaga. Su interpretación de la Desdemona del Otelo; su delicadísima filigrana de gracia y talento en La escuela de las coquetas; su arrebatadora inspiración en La dama de las camelias, importaron para ella ovaciones con pocos precedentes. Su beneficio en la noche del 8 de Agosto, llamó á Arbeu un lleno colosal. Su presentación en esa noche fué acogida con las demostraciones del más delirante entusiasmo, y con una lluvia tal

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