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mo la titulada Chucho el Roto, estrenada en los primeros días de Febrero: el discreto actor Tomás Baladía era el jefe del cuadro dramático de Arbeu. El Circo Orrin sí había hecho buena temporada con su Delma Jauta, Josefina, la Estudiantina mexicana, Aladino ó La Lámpara maravillosa, Mr. Musistein ó el Hombre Demonio, Bell y Banack. Del teatro Hidalgo, nada particular tengo que decir.

"Para que el público de la Capital no careciese de su espectáculo favorito," apreciación que tomo del prospecto correspondiente, dispuso Isidoro Pastor exhibir durante la Cuaresma y en el Gran Teatro, su Gran compañía de zarzuela y óperas traducidas, con Rosa Palacios y Dolores Rodríguez, primeras tiples; la Vivanco y la Ferrer, segundas; Elisa Areu, caracteristica; José Vigil y Robles, primer tenor serio; José Sapera y Miguel Flores, primeros baritonos; Constantino Cires Sánchez, primer tenor cómico; Alfonso Salazar, segundo; Emilio Carriles, primer bajo; y Luis Arcaraz, maestro director y concertador. Sus precios en las principales localidades por abono de ocho funciones fueron en palcos treinta pesos y en lunetas, cinco. La temporada de Cuaresma empezó el 12 de Marzo, cantándose en ella La Tempestad, Campanone, Crispino, Marta, Los Brigantes, Los mosqueteros, El juramento, La Gran Via y otras novedades por el estilo, con más Los inútiles, estrenados el 23, Los Lobos marinos y Los valientes. El 18 del citado Marzo hubo en el Nacional un lucido concierto por las hermanas Joran, que habíanos traído Luisa Pyk, y días antes, el 9, una muy agradable fiesta á beneficio del Hospital Americano, fiesta organizada por el filarmónico londonense A. Roever Lysle con el concurso de las Sritas. Ernestina Baillet y Joran, y la señora del organizador.

Para el Domingo de Pascua, que en ese año cayó en 21 de Abril, el Nacional y el Principal abrieron sus puertas el primero con la compañía dramática de Leopoldo Burón, y el segundo con la de Giovanni Emanuel.

Hé aquí el elenco de aquella: Primer actor y Director de escena, Leopoldo Burón; Primeras actrices, Antonia Contreras, del Teatro Español de Madrid, Luisa Martínez Casado, del Conservatorio de Madrid; Primer actor y director del género cómico, Antonio Muñoz Esteves; Otro primer actor, Francisco López Alonso; Primera dama joven, Natalia Vilar; Segunda dama, Micaela Gutiérrez; Primera actriz del género cómico, Matilde Navarro de Alonso; Otra primera actriz, Angela Aranaz; Segundo galán joven y otro pruner actor, Francisco Galán Rivas; Primer galán joven, Antonio Sánchez Pozo; Primeros actores de carácter, Juan Torrecilla y Tomás Baladía; Graciosa, Carmen García de Rivas; Caracteristica, Carmen Garcia; Actrices, Josefa Bové, Josefina Martínez; Otro segundo galán, Vicente Torres; Barba, Baudilio Trillas: Otro galán joven, Abelardo Martínez; Apuntadores, Diego

Becerra, Miguel Rodríguez.-Representante, Manuel Bonilla; Contador, Manuel Alfaro.-Precios por abono de doce funciones; plateas y palcos primeros, cincuenta y cuatro pesos; segundos, veintiocho; terceros veinticuatro; de galería, catorce; delanteros, tres pesos; lunetas nueve. Eventuales: palcos, seis; luneta, uno.

La lista de actores de la Compañía Emanuel fué la misma que ya consta en este mismo capítulo, y, como anteriormente, se publicó sin clasificación de categorías, á diferencia de la de Leopoldo Burón. Los precios de abono de veinticuatro funciones, fueron: en plateas y palcos primeros, ciento noventa y dos pesos; en grillés con cuatro entradas, noventa y seis; en palcos segundos, noventa y seis; en lunetas, veinticuatro; en ventilas, cincuenta; en asiento de palcos segundos, doce. Precios eventuales: Plateas y palcos primeros, doce pesos: Grillés, seis; Segundos, seis; luneta, un peso cincuenta centavos; entrada á palcos segundos, setenta y cinco centavos; á galería numerada, cincuenta centavos; á galería general, treinta y siete centavos; ventilas, cuatro pesos.

En precios la ventaja estuvo por el Teatro Nacional, en el que el abono costaba menos de la mitad que en el Principal.

En la proclama con que la empresa del Nacional encabezaba sus prospectos se decía entre otras cosas: "La empresa que hoy se honra anunciando al galante público de esta Capital una temporada dramática, abriga la íntima satisfacción de haber hecho todos cuantos sacrificios imaginables han sido necesarios para lograr reunir una compañía dramática española, la más completa y homogénea que se ha presentado en México desde hace mucho tiempo. El Sr. Burón, agradecido á las innumerables muestras de afecto que la sociedad mexicana le tiene dispensadas, ha procurado, por cuantos medios han estado á su alcance, formar un nuevo cuadro de artistas digno de su cultura y buen gusto, contratando al efecto á la eminente actriz D Antonia Contreras, primera figura de las compañias que en el Teatro Español de Madrid dirigían el malogrado Rafael Calvo y Antonio Vico. Pruebas inequívocas tiene dadas el Sr. Burón de que sus promesas como empresario son realidades positivas, y para ello cuenta con el repertorio que en su lugar anunciamos, y en el que figuran las obras más modernas y aplaudidas en los teatros de España y Francia, y que hoy ofrecemos á esta gran metrópoli de la América Latina. Todos los cuantiosos gastos que ha ocasionado el conseguir sacar de los teatros de España á la mencionada artista, juntos con los demás sacrificios y desembolsos que ocasiona la formación de una compañía tan completa, los sufraga con gusto esta Empresa, que sólo aspira á merecer el favor de los innumerables amigos y protectóres con que en México cuenta el arte dramático Español.-A pesar de los grandes gastos que ha tenido que erogar esta Empresa para reunir la Compañía que presenta al galante público mexicano, y

sobre todo para traer de Españía á la eminente primera actriz Sra. Contreras, ha procurado poner unos precios de abono como nunca se han ofrecido en México al presentarse por primera vez una verdadera notabilidad artística. La Empresa podrá alterar únicamente los precios eventuales, en los días festivos, en los estrenos de grandes obras, y en las representaciones en que tome parte Da Antoñita Contreras."

Los Hermanos Guerra expusieron á su vez en sus prospectos que animados por la general aceptación con que habían sido recibidos los trabajos de la Compañía dramática italiana en México y en Puebla, habían arreglado que Emanuel demorase su regreso á Europa y permaneciese algún tiempo aún en la Capital.

Reservemos para otro capítulo la reseña de los trabajos de una y otra Compañías.

CAPITULO IX

1889.

Antes de entrar de lleno en la reseña de las campañas de Burón y de Giovanni Emanuel, pasemos á estas páginas algunas notas de mis cuadernos de apuntes, dignas de ser conservadas. Sea la primera la referente á uno de tantos grupos de aficionados de mérito que por fortuna no faltan entre nosotros, demostrándose así el buen gusto y el estudio en asuntos de arte. En el Teatro de Hidalgo y en la noche del 19 de Marzo de 1889, el grupo á que aludo, dirigido por D. Eduardo Morales puso en escena, en espectáculo de invitación, se entiende, el gracioso sainete El Chiflado, en que estuvo muy feliz el Sr. Domínguez, y la zarzuela, Marina, cantada y declamada de un modo notable por la Sra. Da Angela C. de Castañiares, el tenor D. Enrique Benéitez, encargado del papel de Jorge, y D. Esteban Castañares en el muy difícil del contramaestre: por último la graciosa y joven Srita. Leonor Acevedo dijo perfectamente el aplaudidísimo monólogo de Juan de Dios Peza, Tırar la llave. En la noche del 17 y en el Teatro Nacional, dieron con el concurso de Gustavo Campa, Julio Ituarte, Ricardo Castro y otros como estos distinguidos profesores, un espléndido concierto las singulares artistas hermanas Joran: uno de los mayores atractivos con que el programa brindaba, fué la presentación de la Srita. Virginia Galván, á quien sus amigos y admiradores de

sus méritos llamaban la pequeña Patti: su pieza de presentación fué el aria del delirio de Lucia; en ella pudo lucir su figura agraciada y simpática, su voz de delicado timbre, su flexibilidad y afinación y su buen método: nutridos y espontáneos aplausos premiaron sus méritos, confirmando la excelente opinión que de sus cualidades artísticas habían formádose los inteligentes, al oírle una aria de Sonámbula y otra de Dinorah. De las hermanas Joran, la que mejor se distinguió en ese concierto fué Paulina, al ejecutar en sólo la cuarta cuerda de su violín una original y difícil composición de Paganini. Las hermanas artistas recibieron en aquel su adiós á México, pruebas bastantes del aprecio y admiración que aquí se conquistaron.

Para dejar el Principal á Emanuel, los hermanos Guerra enviaron al de Arbeu su compañía de zarzuela, reforzada con la tiple española Rosa Ruiz, que cayó bien al público: también fueron contratados Múgica y Alberto Morales; éste se presentó con La Tempestad y agradó mucho por su bella y extensa voz de barítono; importando un buen artista para ese cuadro de que formaban parte Enriqueta Alemany, Caritina Delgado, Ana Gallardo, María Vivanco y Magdalena Padilla.

Según indiqué ya, Giovanni Emanuel dió la primera función de su segunda temporada la noche del Domingo 21 de Abril, con Fedora. Como no falta quien me tache de apasionado y aun parcial del gran artista, cedo aquí la palabra al revistero de un periódico, tal vez demasiado parco en el elogio aun de aquellos que más lo merecen: hé aquí como se expresaba: "No tiene Emanuel de qué quejarse: en esta vez nuestra sociedad sí ha hecho justicia al mérito de la Compañía Italiana: el Teatro Principal está deliciosamente concurrido. Emanuel comenzó sus trabajos con Fedora, drama en que los mayores aplausos fueron para Virginia Reiter. Siguió Maria Antonieta, composición desgarradora, que hace daño, que hiere, que molesta, pero que, no obstante, es un manjar favorito del público mexicano: fué montado el histórico drama con toda la propiedad posible, y los actores causaron impresión en su desempeño. Es preciso dirigir un nuevo elogio al actor Emanuel, jefe de esa compañía; la manera con que prepara y dispone la escena, indica que es artista que comprende que en el teatro todo debe ser bello: iluminado el foro por la luz eléctrica, se ve adornado con buenas alfombras, elegantes muebles, lujosas cortinas, candelabros, estatuas, etc., etc., y todo esto ayuda á la ilusión; las decoraciones son nuevas, y se ha suprimido el horrible y prosaico telón de anuncios. Los pasillos del foro se han cubierto con alfombra para que no se perciba el ruido de los pasos en aquel recinto en que nadie platica á la hora de la representación, en que no hay ni entrantes ni salientes, y en que todo está listo y en su puesto como en un taller en donde cada operario tiene marcada su labor que no se le

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permite descuidar. Virginia Reiter sigue allí brillando como estrella de primera magnitud: cada noche obtiene un nuevo triunfo, en cada papel embelesa más á su público, porque en cada uno deja ver su alma y resplandecer su genio y su talento. En esta semana la hemos visto alegre y pizpireta, en la Susana del Casamiento de Figaro, bailando y cantando con esa voz apasionada y con ese chiste que indican mucha vida dentro de aquel pequeño cuerpo; la hemos contemplado en seguida en Maria Antonieta, primero entre las glorias del poder, abatida después por el infortunio, y arrancando lágrimas con aquel dolor de madre, de reina y de mujer, y, por último, se ha hecho aplaudir pintando en La Muerte Civil la pena letal, infinita, de la esposa abandonada.”

Nunca acabaríamos si hubiésemos de hablar pormenorizadamente de El mundo del fastidio, El cocinero y el secretario, Los Fourchambolt, El Bastardo, El Alcalde bailarin, El maestro de fragua, Odette, Guerra en tiempo de paz, Kean, El Sr. D'Albert, Un puntapié de ignorada procedencia, La Dama de las Camelias, Francillón, Frou-Frou, Préstame tu mujer, Un tigre de Bengala, Atteone el infanticida, Fernanda, Un marido antropófago, Le Demi Monde, El Rey Lear, Otello, y tantas y tantas otras, ya tragedias, ya dramas históricos ó sociales, ya comedias de las escuelas más varias, ya piezas cómicas ó sainetes, que formaron el extensísimo repertorio de tan brillante temporada. El Teatro Principal vió sus localidades ocupadas como en sus mejores tiempos, por una concurrencia extraordinaria en número y de lo más selecto y escogido, "que no cesaba de aplaudir el homogéneo conjunto y lo bien ensayado de los dramas y comedias, y la perfección con que los artistas saben su papel y hacen su deber en la escena."

Pero no es posible pasarnos sin hacer mención de algunas obras: dióse el 28 de Abril El Bastardo en que Emanuel estuvo admirable, y en la misma noche estrenaron la Reiter, Migliore y Valenti la finí. sima é imponderablemente bella comedia El Cantar de los Cantares en que los tres artistas estaban insuperables. En Los Rantzau de Erckmann Chatriann, los héroes fueron Emanuel, Onorato y Carillo para cuyo elogio no nos bastarían dos docenas de páginas: la horrible lucha entre los dos hermanos rivales por cuestión de intereses, la carifiosa intervención del viejo amigo de la familia, dieron lugar á esos artistas á escenas de un supremo valor, lo mismo habladas que mudas: el cuadro en que uno de ellos por amor á la hija moribunda va á humillarse ante la puerta del impío hermano, permanecerá siempre imborrable en el recuerdo de cuantos la vieron á la compañía Emanuel. ¡Qué detalles y qué propiedad aun en los más mínimos incidentes, obra, más que del autor, de tan inspiradísimos artistas! ¡Qué cuadro aquél el de la reconciliación, obtenida en el momento en que la catástrofe parece irremediable! "Los Rantzau, dice el citado cro

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