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diese barcos y ayuda para la desembarcacion, y que enviasen á Brujas las cartas que á V. S. tenia escriptas y aviso á los cónsules de Búrgos de mi llegada para que acudie sen á poner recaudo en su hacienda, los cuales me dijeron que estos cosarios que están en Frejelingas habian salido y puéstose en la boca deste puerto, engrandesciendo mucho el número dellos, los cuales me mostraron; mas viendo yo que no era para poder pelear con nra. armada y que podia suceder algun inconviniente á las dhas. azabras y á la plata del rey que allá llevábamos, guié la vuelta de Blancaverga y los dhos. cónsules me guiaron mas abajo á donde era menester pasarla á un bote y dél desembarcarla en tierra y meterla en carros, en que se tardaba mucho tiempo y se ponia en aventura, y así dí la vuelta hácia la armada, y visto que la capitana habia dado fondo algo mas lejos de lo que yo quisiera, y que la mayor cuantidad della no dejaba por eso de caminar derecha al puerto, dije á los que pude que la aguardasen, los cuales no lo hicieron ó no lo pudieron hacer por la marea, ó porque quedaba bien lejos de la dha. capitana, con la cual solamente quedaron diez naves las mas principales, y entrellas las seis de la armada, á la cual yo procuré de ir para hacerla pasar mas adelante todo lo que se pudiese, y la marca no me dejó llegar á ella. Visto esto seguí las demás, que como he dicho venian á este puerto, y ví que encallaron hasta cuatro ó cinco naves de las pequeñas, porque demás de ser los bajíos tan grandes, como V. S. sabe, los cosarios habian quitado las boyas ó señales que estaban puestas á la entrada deste puerto. En las tres dellas habia soldados, en las dos españolas á ocho ó nueve por cada una, los cuales se salvaron con los marineros, y en una de Frejelingas, cuyo patron era Uribauri Evoycon, que habia cargado de lanas en La

redo, por parescerme que por ser de allí se podia tener alguna sospecha dél, habia yo puesto al sargento Contreras, que creo que V. S. conoscerá, que era casado en estos estados, y como las dhas. naos encalladas se quedaron. solas por haberse subido á este puerto las que he dho., y quedádose las de la armada tan lejos que no la podian ayudar baja la marea, se les arrimaron los navios pequeños de estos cosarios, y segun paresce la del Bahuri se les dió luego, porque los marineros que venian dentro se dieron tal maña, que no bastó la resistencia del Contreras y de los soldados para estorbárselo, y esta mañana se la llevaron; las otras que traian los pocos soldados que digo, despues de haber peleado, segun dicen, visto que les habian pegado fuego, se salieron en sus bateles, y se vinieron á tierra; otra, en la cual entiendo no habia soldados, la tomaron entera, habiéndose salvado los marineros, y se la llevaron asimismo sin poderse remediar por ninguna via, porque como V. S. sabe no habia forma ninguna en la armada de navíos tan pequeños y descargados que pudiesen con tan baja mar acudir á esto. Hoy he entendido toda la mañana en lo de la ida á Holanda, y despues en tratar con pilotos, y especialmente con el que V. S. tiene aquí para sondar este puerto, y con la gente del regimiento deste lugar y los burgaleses. En la entrada aquí del armada, como V. S. lo quiere, y despues de haberse dificultado mucho por los pilotos, he tomado resolucion de enviarios allá por tierra, porque por el Canal no se puede ir, que lo ticnen tomado los enemigos con sus naves pequeñas para que con los pilotos de la armada se resuelvan en meterla aquí pudiendo ser, y para facilitarlo he dado órden que en caso que no puedan acercarla mas de lo que está, desembarquen en la Brie, que és algo mas cerca de aquí que BlanTOMO XXXVI

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caverga, y en par de donde están las naos toda la gente impedida y pasajeros, y las lanas y otros impedimentos, de manera que puedan mas fácilmente entrar, y para esto se ha avisado á los lugares de la costa que ayuden con sus barcos y gente; y de lo que mañana se resolviere y se fuere haciendo, avisaré á V. S. Y porque yo me recelo mucho que esta armada no ha de poder entrar aquí, especialmente las naos grandes y otras cinco ó seis, es menester tomar breve resolucion de lo que se ha de hacer, porque demás que están en una playa tan mala, como V. S. sabe, dando tiempo á esta gente enemiga podria ser que juntasen tantos navíos que no les pudiesen resistir los nros. y se perdiese todo, y la esperanza que en esta armada ha tenido la gente que la descaba por acá, y tambien porque las vituallas vienen muy escasas, porque aunque yo hice razonable provision, como en la navegacion hemos tardado 29 dias, y la salida que hicimos de Laredo hasta volver á Santander y lo que estuvimos allí duró cuatorce, y diez y seis que comenzó á comer la infantería y marineros della estando embarcados en Laredo, que por todos son cincuenta y nueve dias, habiéndose hecho la vitualla para dos meses; aunque yo hice hacer alguna cantidad mas de pan y la refresqué algo en Santander y Conquete, todavía puede V. S. juzgar la poca que ternán, especialmente no desembarcándose los soldados.

Tambien es bien que V. S. entienda que los dichos soldados son bisoños y vienen tan mal en órden y tan desnudos como á V. S. tengo escripto, y V. S. sabe que no suelen venir bien armados, porque los arcabuces que traen son de la municion de Vizcaya, y no buena, y no hay un coselete, ni un morrion en todos ellos, de manera que si no se visten y reparan del trabajo grande que han pasado en

la mar, ellos serán de poco ó ningun provecho, y la reputacion que han traido, si los ven de la manera que vienen, se perderá en todo provea V. S. como mejor le parezca.

Yo entiendo en lo que toca al entrar aquí la armada; aguardaré á ver si pudiere entrar mas para todas estas dificultades, y lo que habrá de hacer en caso que no puedan entrar, y que la gente desta comarca ayuden y acudan con vituallas, y lo que mas fuere menester; y para que entrando o no, se dé forma como estos soldados sean de provecho y se remedien, de manera que no acaben de adolescer todos y puedan vivir, será necesario que V. S. envíe aquí persona ó personas bien instruidas y con el recaudo necesario para que atiendan á esto, de manera que yo pueda pasar adelante, pues podré mejor servir á Su Maj. y á V. S. que no aquí; y tambien será menester que V. S. me avise á donde se llevará esta plata, que como V. S. sabe no viene cuñada, la cual tengo en este castillo, que no está el mejor proveido del mundo, así de gente como de lo demás. Yo hice meter en las azabras y pinaza hasta sesenta soldados, así para la guarda dellas como de la dicha plata, y los tengo todavía en ellas, porque no anden por el lugar: paresceme que serán á propósito para ir con la plata donde hubiere de ir, pues ya están con ella. V. S. mandará en esto lo que fuere servido, avisándole que hay hay poca poca forma para entretenerlos, demás de la poca ó ninguna provision que he hallado en este lugar, y padescen no saliendo en tierra. La que va con esta escribí á S. Maj. poniendo el pié en tierra, como me lo tiene mandado, y así es breve: suplico á V. S. que con el correo que despachare se le envie. N.ro S., etc. De la Esclusa á 12 de junio 1572.

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Posdata.-Beso las manos á V. S. por la norabuena de mi llegada.

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Posdata. Héme informado del lugarteniente de alcalde deste castillo de la gente que tiene para socorro dél, y paréceme que son hasta cincuenta ó sesenta hombres, que esto si fuese menester traerlo se han de pagar primero, y que la paga no está aun cobrada de los villajes á quien toca darla.

Tambien me dice que en toda esta marina no hay socorro de caballería ni gentiles hombres que la tengan para poder acudir á ella, ni gente de å pié, si no es hasta sesenta de Brujas, que no sé que tales son. Todo esto que falta seria menester para esta desembarcacion y poner en tierra á la marina de Brie, ó donde se hiciere, alguna pieza gruesa par limpiar de navíos pequeños la mar que hay entre las naos y el desembarcadero, porque el artillería dellas podria hacer lo mismo hasta á donde no pudiere la de tierra.

Tambien si hubiese gente para todo seria á propósito poner otras dos piezas en la primera tierra por donde suben los navíos á este lugar, porque quedan lejos dél, y de noche podria ser que se subiesen los cosarios con navíos pequeños á quemarlos á lo menos á los primeros. V. S. proveerá lo que le parezca, que cierto á mí me paresce que todo lo que entrare en este rio estará en peligro, si no se hace alguna diligencia extraordinaria, estando estos enemigos tan cerca y con todo el aparejo que aquí falta.

Tambien me he informado deste teniente de la vitualla que tiene, y parésceme que metiéndole gente de socorro, que no tiene mas de para ocho dias, de manera que estando tan sin esperanza dél, puede V. S. juzgar si se emprendiese lo que podria subceder, y como tomándose este castillo, todas las naves que están dentro quedaban per

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