Droapiana de año 1869: Octava carta sobre Cervantes y el Quijote, dirigida al doctor E. W. Thebussem

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M. Rivadeneyra, 1869 - 127 páginas
 

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Página 55 - Allí se embarcaron en cuatro galeras de Nápoles, y allí notó también Tomás Rodaja la extraña vida de aquellas marítimas casas, adonde lo más del tiempo maltratan las chinches, roban los forzados, enfadan los marineros, destruyen los ratones y fatigan las maretas.
Página 86 - ... no ha sido otro mi deseo que poner en aborrecimiento de los hombres las fingidas y disparatadas historias de los libros de caballerías, que por las de mi verdadero don Quijote van ya tropezando, y han de caer del todo, sin duda alguna.
Página 51 - Voto a Dios que me espanta esta grandeza y que diera un doblón por describilla; porque ¿a quién no sorprende y maravilla esta máquina insigne, esta riqueza? Por Jesucristo vivo, cada pieza vale más de un millón, y que es mancilla que esto no dure un siglo, ¡oh gran Sevilla! Roma triunfante en ánimo y nobleza. Apostaré que el ánima del muerto por gozar este sitio hoy ha dejado la gloria donde vive eternamente.» Esto oyó un valentón, y dijo: «Es cierto cuanto dice voacé, señor soldado....
Página 51 - Esto oyó un valentón, y dijo: Es cierto cuanto dice voacé, seor soldado, y el que dijere lo contrario, miente! Y luego, incontinente, caló el chapeo, requirió la espada, miró al soslayo, fuése, y no hubo nada.
Página 72 - ... que por las espaldas le pasaba de la cintura: el color salía de castaño y tocaba en rubio; pero al parecer tan limpio, tan igual y tan peinado, que ninguno, aunque fuera de hebras de oro, se le pudiera comparar: pendíanle de las orejas dos calabacillas de vidrio que parecían perlas; los mismos cabellos le servían de garbín y de tocas.
Página 110 - Habitan los quejosos por los boscajes y espesuras, y entre sus cuadrillas hay uno que gobierna, a quien obedecen los demás. Ya de este pernicioso mando han salido para mejores empleos Roque Guinart, Pedraza y algunos famosos capitanes de bandoleros, y últimamente D.
Página 110 - ... años tras la venganza de la injusta muerte de un hermano. Ocúpase estos tiempos don Pedro sirviendo al Rey Católico en honrados puestos de la guerra, en que ahora le da al mundo satisfación del escándalo pasado.
Página 51 - ... tengan sentimientos delicados, guardan su entusiasmo para las gallardas columnas, para las esbeltas bóvedas, para las admirables labores de esa Catedral, émula, si no superior, a las de Estrasburgo y Colonia.
Página 62 - Pero él iba tan puesto en que eran gigantes, que ni oía las voces de su escudero Sancho, ni echaba de ver, aunque estaba ya bien cerca, lo que eran, antes iba diciendo en voces altas: Non fuyades cobardes y viles criaturas, que un solo caballero es el que os acomete.
Página 64 - Su vestido era una saya y corpinos de paño verde, con unos ribetes del mismo paño. Los corpinos eran bajos, pero la camisa alta, plegado el cuello, con un cabezón labrado de seda negra, puesta una gargantilla de estrellas de azabache sobre un pedazo de una columna de alabastro, que no era menos blanca su garganta; ceñida con un cordón de san Francisco, y de una cinta pendiente...

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