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imposible al agua penetrar ni lavar, y si el amoníaco se pusiera en demasiado poca cantidad, se formaria un sub-sulfato de alumina insoluble que se depositaria con la alumina. Pero suponiendo que se haya trabajado como conviene, queda todo en reposo hasta que la deposicion del precipitado no haga mas progreso. Entónces se decanta por medio de un sifon todo el líquido que sobrenada, remplazándole con igual cantidad de agua pura; asi se reiteran los lavados hasta que el agua no lleve nada, ó por lo menos hasta que la disolucion nítrica de algunas porciones de esta alumina quede perfectamente limpia, despues de haber echado en ella un poco de nitrato de barita. Es preciso tener entendido que el ácido nítrico de que se ha de hacer uso para este ensayo debe ser perfectamente puro: debe tambien observarse que cuando se trabaja en una cantidad bastante pequeña para que los lavados puedan hacerse en caliente, se procede con mucha mayor velocidad, y en tal caso se sirven para ello de una fuente de plata. A cada nuevo lavado se le deja dar un hervor, reposándole en la misma vasija, etc. Luego que la alumina está perfectamente lavada, se dispone una tela muy limpia sobre una manga de colar, y se filtra del modo ordinario; cuando el depósito no gotea ya mas, á pesar de los repetidos sacudimientos que se hacen dar á la manga, entonces la alumina que queda se llama alumina clarificada, y se conserva para el uso; y de este modo es como se prepara para hacer el azul de Thenard. Si por el contrario se quiere obtener en estado de sequedad, se espone al calor del baño-maría, y acontece que unas veces se endurece mucho y conserva siempre al secarse una transparencia algo amarillenta, y otras veces se vuelve blanca, esponjosa, pulverulenta, suave

al tacto, y que se pega fuertemente á la lengua, lo que no sucede con la otra. Klaproth pretende que esta diferencia depende de que la alumina en el ca so primero ha sido precipitada en una disolucion muy dilatada, pareciendo combinarse entónces mas intimamente con el agua. Pero yo creí haber observado al contrario, que esto procedia del estado mas ó ménos cáustico del alcali que sirve para la precipitacion, y me daba razon de este fenómeno admitiendo que en caso de una cantidad mas grande, el álcali obraba con bastante poder sobre la alumina para separar escesivamente sus moléculas y casi disolverlas, haciéndose entónces mas susceptible de contraer una union íntima con el agua. Tal vez ha÷ bré incurrido en error, pero tambien es posible que estas dos causas diferentes produzcan el mismo efecto, y lo cierto es que esta alumina endurecida y de fractura casi vidriosa y aconchada, puesta en igual circunstancia que la alumina esponjosa, pierde mucha ménos agua aunque contenga la misma cantidad. Asi es que, espuestas ambas á un mismo 'color rojo, una pierde 0,58, y la otra 0,43. M. Gay-Lussac ha propuesto un procedimiento mucho mas espedito para preparar la alumina seca; el cual consiste en descomponer completamente por el calor el alumbre con base de amonía co. Esto sale en efecto muy bien, pero es sumamente raro hallar en el comercio alumbre que tenga por entero esta base. Los de Lieja y otros contienen al mismo tiempo sulfato de potasa y sulfato de amoníaco; de modo que es menester fabricarlo espresamente para obtenerlo puro.

La alumina es la que dá á diferentes fósiles que la contienen la propiedad tan frecuentemente consultada por los mineralogistas, de absorver la humedad con

tanta prontitud que atacan y secan la lengua aplicadas á su estremidad; y tambien pertenece á la alumina el olor terroso que exalan las arcillas cuando se las impregna de aliento.

Es bastante notable la accion del calor sobre este óxido terroso para que nos detengamos algo en este punto, de que deriva en gran parte su utilidad en las

Artes.

Espuesta la alumina á la accion del calor va adquiriendo una concentracion cada vez mas considerable, y proximamente proporcional al aumento de temperatura, de modo que ella misma ha podido servia de instrumento propio para medirla: véase la descripcion del pirómetro de Wedgewood. Primero se supuso que esta contraccion sucesiva dependia de una pérdida progresiva de humedad; pero como al llegar á cierto grado de la calcinacion no variaba ya de peso, fué menester atribuir este cambio á una disposicion diferente de las moléculas. La alumina puede adquirir por el calor tal dureza que sea capaz de producir chispas en su choque con el eslabon: de todas las sustancias terrosas es la mas refractaria, y no se consigue fundirla sino con la llama de un soplete alimentada por el gas oxígeno, pero los álcalis la hacen entrar en fusion con bastante prontitud. Por esto las arcillas son tanto mas propias para la construccion de hornillos, crisoles y vidriados como que contienen ménos' cal y mas alumina.

Esta en su estado ordinario es susceptible de desleirse en el agua, hacer cuerpo con ella, y dulcificar las masas terrosas que la contienen; pero una vez calcinada pierde enteramente estos caractéres distintos, y esto es especialmente lo que la constituye tan propia pa

ra formar la base de los vidriados. En la calcinacion cambia su naturaleza de tal modo, que para restituirle sus propiedades primitivas, es preciso tratarla por los mas poderosos agentes, para conseguir disolverla y precipitarla de nuevo.

tierras. Aun en alumina cuando

Los álcalis fijos cáusticos se combinan facilmente con la alumina, y asi es que se usa con frecuencia su intermedio para separarla de las demas frio, las lejías alcalinas disuelven la todavia está embebida de toda su agua de precipitacion: estas disoluciones pueden descomponerse por los ácidos; mas como por este medio se arriesgaria el retener un poco de alumina á favor de algun ácido, es preferible precipitar estas disoluciones alcalinas con auxilio de una sal amoniacal, que cediendo su ácido al álcali mas poderoso, deje completamente depositarse la alumina.

A causa de la afinidad que tiene la alumina con los cuerpos crasos, se emplean con tantas ventajas las diversas especies de arcillas en el arte del batanero y del quita manchas.

En fin, la alumina tiene tal tendencia á combinarse con las materias colorantes, que las diversas sales que forma con los ácidos son los mordientes empleados con mas frecuencia en los teñidos, siendo la base de casi todas las lacas finas. De estos objetos se tratará principalmente en sus artículos respectivos. V. las palabras BATANERO, QUITA MANCHAS, LACAS, MORDIENTES, TINTORERO, etc.

R.

ALUVION (Agricultura). Se dá este nombre á un acrecentamiento de terreno que se hace á orillas de los rios, del mar, ó de los arroyos por las tierras que el agua va depositando en ellas poco á poco. Como estos

acrecentamientos pertenecen á los propietarios ribereños, está en su interes hacerles fructificar y aumentar su estension. La práctica que debe seguirse en este particular, consiste en plantar en estas tierras, mimbres, cañas, iris ó lirios cárdenos, ó cualesquiera otras plantas acuáticas de que pueda sacarse alguna utilidad, y que retengan los depósitos de las crecientes sucesivas, levantando el suelo. Desde el primer año que se forma un aluvion, en el tiempo en que las aguas estan bajas, se rodea el acrecentamiento con estacas, y en estas circunstancias es muy recomendado el uso de los alisos, porque su madera resiste mucho á la accion del aire y del agua, y se pudre con mucha dificultad. Estas estacas de un metro de largo, hundidas hasta la mitad en el fango, ligadas entre sí para darlas mas consistencia, y fortificadas con un dique de cesped y de plantas acuáticas, forman una especie de recinto que llenarán las aguas de las crecientes venideras con los depósitos sucesivos que hacen, al mismo tiempo que estas plantas contribuyen á levantar y fecundizar el suelo. Los desagües bien dirijidos pueden dar á un terreno una estension incesantemente creciente, siendo pues del interes del cultivador el favorecer su progreso y el hacer productivos los resultados.

FR.

ALZA (Artillería). Se dá este nombre á una especie de pestillo móvil que se ajusta en la culata de las piezas de fuego, y moviéndose por una corredera se fija donde se quiere por medio de un tornillo de presion. Sobre la superficie de la alza, á la vista del artillero apuntador, estan señaladas ciertas divisiones, y tienen ademas un pequeño boton que sirve para subirla y bajarla, y una muesca en el estremo superior en sentido de la longitud del cañon que le sirve de mira.

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