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metro de espíritus. El amoníaco ordinario tiene de 20 á 22°, y puede subir hasta 24 y 25; pero sobre todo en verano es sumamente difícil conservarle en este punto de concentracion. En los esperimentos que exijan una exactitud mas escrupulosa, es menester determinar rigorosamente la gravedad específica. M. Humphry Davy ha calculado las siguientes tablas, en las que determina las relaciones entre el agua, la cantidad de gas disuelto y la gravedad específica de la disolucion.

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El uso del amoníaco como reactivo, exije que sea de una gran pureza; mas el que circula en el comercio y que se prepara en las fábricas está muy distante de tener las cualidades que se requieren, á lo cual se oponen muchos motivos, siendo el mayor el no servirse nunca de agua destilada para este fin, y ademas,

el no poner frasco de lavado para evitar una presion demasiado fuerte, y tambien sucede con frecuencia que los materiales que se emplean no son de la primera calidad. En efecto, para esta fabricacion se aprovechan los resíduos y despojos de los panes de sal amoníaco etc.; de modo que el amoníaco del comercio contiene siempre una sal amoniacal y algunas otras sales particulares al agua que ha servido para la operacion, y tambien cierta cantidad de aceite empireumático. Se puede hacer sensible la presencia de estos cuerpos por medio de los reactivos que se conocen, como la sal de barita para los sulfatos, el nitrato de platą para los muriatos, pero en este último caso es necesario, ántes de echar el nitrato de plata, tener la precaucion de saturar el amoníaco con el ácido nítrico puro, pues de lo contrario no habria precipitado, aun cuando el amoníaco contuviese mucho ácido hidro-clórico, porque aquel tiene la propiedad de disolver el clóruro de plata. En cuanto al aceite empireumático, si solo se quiere recurrir al olfato para juzgar de él, se deberá dilatar el álcali en agua, á fin de atenuar el olor que le es propio y poder distinguir mejor el otro. Tambien puede seguirse el método indicado para el alcohol, y que consiste en añadir, en volúmen igual, ácido sulfúrico concentrado; el aceite se quema entonces y la mezcla se ennegrece.

El amoníaco líquido ó gaseoso, goza de muchas propiedades de que no harémos mencion, porque no tienen relacion directa con nuestro objeto, pero no terminarémos este artículo sin indicar los medios de asegurarse de la composicion de este álcali, Schéele fué el primero que conoció que contenia azoe; despues Priestley descubrió en él hidrógeno, sometiéndole á la

accion de la electricidad, y en 1785, Berthollet llegó á determinar de una manera rigorosa las proporciones relativas de los dos elementos que le constituyen. Si se hace pasar por un eudiómetro de mercurio un volúmen cualquiera de gas amoníaco y otro igual de hidrógeno, una chispa determinará la combustion del hidrógeno, al paso que el azoe mezclado con el esceso de oxígeno formará el resíduo. Tomando los dos tercios de la absorcion debida á la formacion de agua, ó la cantidad de hidrógeno, el tercio restante dá el oxígeno combinado; este mismo tercio restado del semi-volúmen empleado, dá precisamente el oxígeno que hace parte del resíduo, y quitada á su vez esta nueva cantidad del resíduo total, produce el azoe. Asi es como se halla que 100 partes de amoníaco en volúmen se forman de 150 de hidrógeno y 50 de azoe, ó respeto á las gravedades específicas de estos dos elementos, de 21,15 del primero y de 100 del segundo.

Por esta composicion, bien conocida del amoníaco, se concibe como puede quitarse el oxígeno á ciertos óxidos muy reducibles, y porque obra tambien sobre ciertos cuerpos sedientos de hidrógeno, como el cloro, el iode, etc.

R.

AMPOLLAS (Tecnológia). En el arte del fabricante de papel, se llaman ampollas ó vejigas, las burbujas mas ó ménos grandes ocasionadas por el aire comprimido entre la hoja y el filtro, cuando la hoja no está perfectamente adherida al fieltro en todas sus partes. Esta falta puede provenir ó del que tiende la hoja que ha puesto poco cuidado al verificarlo ó no ha puesto bastantes sayales debajo de la primera hoja para formar un colchon bastante grueso, á fin de que el molde pueda apoyarse por todos lados con igualdad. Esta última cir

cunstancia principalmente, permite que el aire se establezca entre la hoja y el sayal, y como el aire no tiene salida, se opone á que la hoja toque la bayeta, y forma una ampolla en aquel sitio. La presion que se ejerce despues con la fuerte accion de la prensa, comprime este aire encerrado, el cual, obrando para salir, tiende á dilatar el tejido del papel y algunas veces lo rompe. Estos vacíos se dilatan siempre en la direccion en la cual el operario ha aplicado la hoja sobre el sayal, esto es, desde su derecha á su izquierda.

Las primeras hojas de una resma son siempre las que estan mas espuestas á ampollarse por las razones indicadas. Estas ampollas pueden provenir de la inadvertencia del mismo operario, el cual no reparando que el sayal se ha vuelto, pone la hoja sobre el costado en que está el pelo del tejido; pues entonces el pelo tendria la hoja en el aire, no se aplicaría bien sobre el tejido, y formaria una especie de ampolla, que se diferencia bien de la primera, en cuya superficie se ven las señales de las hebras, al paso que ninguna se percibe en la última.

Las ampollas se forman tambien algunas veces, porque el operario ha tenido poca actividad, y ha dejado el molde demasiado tiempo sobre la mesilla ántes de tenderlo. La hoja se ha desprendido de una cantidad de agua demasiado grande, y no ha retenido la suficiente para empapar lo bastante el sayal y hacerle adherir. Las ampollas provienen tambien de haberse pringado el sayal, término de fabricante de papel, para decir que necesita ser lejiado. Para evitar que se formen las ampollas ocasionadas por estas circunstancias diversas, son precisas mucha exactitud y limpieza. (v. Papel, FABRICACION Del ),

L.

AMPOLLETA (Artes físicas). Especie de clepsidra en que el agua está remplazada con arena. El tiempo se mide por la cantidad de arena que pasa de un vaso á otro por un agujerillo abierto en su parte inferior. Espliquemos la forma y construccion de estos aparatos. Cuando no han de señalar mas duracion que la de algunos minutos, se toma un tubo grueso de vidrio, que se ablanda, se estira y se sopla en la lámpara de esmaltar, de manera que forme dos botellitas separadas una de otra por un cuello muy estrecho, proximamente como se vé en la fig. 6, lám. xvI. En una de las dos bases de estas ampollas se deja un agujerillo para introducir la arena, el cual se tapa despues con un disco de piel cuando la ampolleta está arreglada. En las ampolletas destinadas á medir media hora, una hora ó mas tiempo, como las botellas deben tener mas capacidad, se forma el instrumento con dos piezas, cuyos orificios estan separados por un disco de oropel aguje¬ reado.

Nada es mas fácil que determinar la cantidad de la arena, para lo cual sirve un reloj de segundos, añadiendo ó quitando arena hasta que la duracion de la caida sea la que se pide. Tambien pueden graduarse con líneas horizontales las fracciones de esta duracion, indi→ cando la altura á que la arena ha ido bajando en cada uno de estos tiempos parciales. El total se contiene en una armazon formada de dos discos iguales y paralelos, sostenidos á cierta distancia uno de otro por tres ó cuatro columnitas. De este modo nos vienen estos instrumentos de Alemania por el comercio de juguetes de

niños.

- Conviene que la arena sea muy fina, muy seca y que el agujero no sea demasiado estrecho, porque aquella

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