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Por grande que sea el poder iluminante del gazlight, es muy difícil reducir bastante su volúmen para que su receptáculo no esceda de las dimensiones de nuestras lámparas ordinarias: en efecto, un mechero

de gas, tal como los han adoptado las compañías de alumbrado (equivalente á un gran quinqué ó mechero de Argand, cuya mecha está recientemente cortada ), consume cada hora un pié cúbico de gas de aceite, y en una noche de invierno cerca de 8 piés cúbicos, suponiendo que la compresion en el receptáculo de una lámpara sea igual á diez y seis veces la de una atmósfera, lo que es bastante conveniente para este alumbrado; las dimensiones de este receptáculo, que debería contener medio pié cúbico, serían por ejemplo las de un paralelepípedo de seis pulgadas cuadradas en su base y dos piés de altura. Si el gas se comprimiese á 32 atmósferas, lo que sería mucho, el receptáculo de la lámpara debería contener de pié cúbico: tal sería v. g. un vaso teniendo una base de 6 pulgadas de lado y un pié de altura; y su espesor debería ser de una línea, á fin de poder sostener una presion doble de la que se quiere dar al gas, siendo evidente que tendría un peso demasiado grande para que se asemejase realmente á las lámparas portátiles ordinarias.

Si el gaz-light no parece que se haga tan portátil que pueda encerrarse cómodamente en los receptáculos de las lámparas comunes, presenta al contrario `ventajas reales cuando se propone el transportarle á las casas en recipientes capaces de alimentar un cierto número de mecheros fijos. Esta clase de alumbrado conviene especialmente á localidades poco distantes de los tubos de distribucion, por los cuales el gaz-light ordinario se dirige al punto de consumo, y ofrece la ventaja de

permitir al consumidor encender á discrecion uno ó mayor número de mecheros, y pagar solamente el gas empleado.

En su origen esta clase de alumbrado estuvo sugeta á algunos inconvenientes bastante graves; la dificultad de construir los recipientes con suficiente solidez y que no permitiesen evasion alguna, detuvo algun tiem po á los primeros fabricantes; se consiguió por fin hacer reservatorios sólidos de cobre batido, con fuerte soldadura y estañado en los puntos de union. El gas, una vez fuertemente comprimido, se escapaba por la salida que le estaba destinada con una fuerza decrecente, segun la cantidad contenida en el recipiente, y la luz disminuia por grados; este efecto era aun mas sensible cuando se habia consumido mas de la mitad del gas comprimido á 15 atmósferas, siendo entónces indispensable acudir con frecuencia á abrir mas la llave, y aun con este cuidado no se conseguia tener una luz perfectamente igual; hubiera sido imposible alumbran de este modo las calles y las plazas públicas, que exigen un alumbrado de 14 horas en invierno.

Este obstáculo en el uso del gas portátil se ha destruido en Francia por M. Jalabert, quién ha imaginado arreglar la salida del gas, de manera que fuese siempre igual cuando la presion disminuyese, y los dos medios que ha empleado para conseguirlo son muy ingeniosos. El uno consiste en adaptar á la llave que debe determinar el paso del gas, un cuarto de círculo dentado, dirijido por un piñon que se mueve por un movimiento de relojería; empezado el movimiento, basta apretar un fiador para que siga: una parte del curso del cuarto de círculo se verifica sin necesidad de abrir la llave, porque durante una parte del tiempo de la

detencion del gas su paso es bastante uniforme, pero luego que parece disminuir sensiblemente, otro fiador, cuya distancia debe calcularse anticipadamente, hace obrar al cuarto de círculo, y la llave se va abriendo cada vez mas, pero con mucha lentitud.

Cuando se trata de aumentar ó disminuir el gasto del gas, segun que el recipiente alimenta un número mayor ó menor de mecheros, basta cambiar el piñon y substituirle otro cuyo número de dientes sea mas ó ménos considerable.

El otro medio ideado por Jalabert arregla la corriente del gas por la presion que ejerce este mismo gas. En seguida de la llave que cierra el recipiente hay un tubo cilíndrico con un émbolo prolongado que puede moverse; termina en una caña envuelta con un resorte de alambre que aprieta el émbolo en sentido contrario del gas, cediendo aquel tanto mas, cuanto con mayor fuerza esté comprimido el gas, y reciprocamente; una muesca cónica hecha sobre el cilindro abre un paso al gas, tanto mas ancho en cuanto la presion del gas es menor; pero la cantidad de gas que ha pasado es ménos fuerte en la misma proporcion; luego hay compensacion entre la disminucion de presion que tiende á hacer correr ménos gas, y el acrecentamiento del paso, que en igualdad de presion dejaría pasar mas cantidad.

Estos dos medios consiguen el objeto que con ellos se propuso su autor, y son el complemento indispensable del alumbrado portátil, que ha motivado un privilegio de invencion. Parece que en Inglaterra se tubo conocimiento de esta importante mejora, y se ha introducido en aquel pais.

Los receptáculos ó recipientes del gas portátil de

ben ensayarse bajo una presion doble de la que sostienen en su servicio habitual: para esto se llenan de agua, y se rechaza el mismo líquido por medio de una bomba, que lleva una válvula sostenida con una palanca angular A (fig. 4, lám. xv) movible sobre un eje B; sube á la presion que se quiere determinar, y basta aumentar ó disminuir su resistencia con alejar ó aproximar un peso C sobre el brazo largo de la palanca, segun las divisiones marcadas.

Se concibe que siendo el agua estremamente poco compresible, bastan algunos empujes del émbolo para llenar completamente la capacidad, dilatar las partes del recipiente que no estan bien redondeadas y hacer subir la válvula bajo la presion que se quiere. Este método tiene ademas la ventaja de no ofrecer riesgo alguno cuando un recipiente no resista á la presion; pues en este caso la elasticidad del cobre hace derramar tan solo un poco de agua. Si se ensayasen los recipientes con aire comprimido, si cediesen á la presion, podria una esplosion bastante fuerte causar algunos accidentes.

Los recipientes tienen un diámetro de 15 pulgadas y 4 pies de longitud; son de cobre de 1 línea, ó á lo mas de 1 línea; sostienen en el ensayo una presion de 60 atmósferas; su forma es la de un cilindro terminado por dos casquetes hemisféricos, como se vé en la fig. 5. Estan reunidos en cuatro pedazos, dos semicilíndricos y dos hemisféricos; las soldaduras fuertes que mantienen estas uniones cruzadas, deben hacerse con el mayor cuidado; las tres primeras estan sostenidas por un claveteado muy unido, y en fin todas estas uniones estan estañadas por lo esterior para tapar los mas pequeños intersticios que pudiera haber en 4

TOMO III.

ellas. Un regulador para el gasto del gas está adaptado á ellos, asi como una válvula de seguridad. En un grande establecimiento de gas portátil, es necesario un motor bastante poderoso, una máquina de vapor por ejemplo, para dar movimiento á las bombas que toman el gas del gasómetro y le conducen al recipiente, donde ellas le comprimen. La fig. 6 indica este aparato.

El alumbrado de los reverberos de las calles puede obtenerse por medio de un receptáculo de forma elíptica de hierro batido de & de línea, bien soldado, y á lo mas de un pié cúbico de capacidad, en el que el gas está comprimido bajo una presion de 15 atmósferas; lo que representa un alumbrado de 15 horas, con una luz igual á un mechero de Argand bien mantenido. Jalabert dispone el receptáculo A (fig. 7) en la misma linterna; un tubo B, indicado por la línea imaginaria ó de puntos, dá paso á los productos de la combustion; el tubo C provisto de una llave de regulador, conduce el gas al mechero D, y un reflector E superpuesto, arroja la luz en dos sentidos opuestos, ó de cuatro lados, segun ilumine el reverbero una calle recta, ó cruzero de cuatro calles ó mas. En el primer caso, un mechero plano equivalente á medio mechero de Argand es lo suficiente, y debe estar sobrepuesto de dos reflectores; en el segundo caso un mechero circular equivalente á un mechero de Argand, debe tener un reflector de cuatro ó mas caras (fig. 7).

El alumbrado portátil exije en cuanto á las disposiciones de los mecheros de los conductos, etc. las mismas precauciones que los demas alumbrados de gaz-light.

Hemos dicho que el gas hidrógeno mas ó ménos cargado de carbono variaba en su poder luminoso; por lo tanto se ha procurado apreciar aproximadamente lá

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