mas dudosos, y en cuya posicion me he encontrado mas incierto al formar mi mapa de la Nueva-España. Se sabe por otra parte, que bastan pocos dias para determinar la latitud y la longitud de cada parage de los que acabamos de nombrar. Las ciudades mas considerables, como Zacatecas, S. Luis de Potosí, Monterey, Durango, Chihuahua, Arispe, y Santa-Fe del Nuevo-Mejico son las únicas qué necesitarian tal vez pasar en ellas algunas semanas. Los medios astronómicos indicados ofrecen fácilmente, aun sin una extraordinaria habilidad del observador, una certidumbre de doce á quince segundos * para la latitud, y de un tercio de minuto en tiempo para la longitud absoluta. * Los límites de los errores se diferencian á proporcion que se observan con instrumentos de reflexion alturas circunmeridianas del sol ó de las estrellas, cuyas imágenes se presentan mal determinadas por estar desfiguradas y debilitadas por los espejos y los horizontes artificiales. En el primer caso se puede conseguir una certidumbre de 6" á 8", y en el segundo, los errores suben muchas veces á 20" y 25" (Véase la introduccion de mi obra intitulada Coleccion de observaciones astronómicas, tom. 1). Pero es menester tener presente que en nuestros mapas mas circunstanciados del Nuevo Continente se puede rara vez distinguir un minuto en arco ó 938 toesas. Un célebre astrónomo ha dicho con mucha razon, que aun en el dia de hoy, despues de la introduccion de los círculos repetidores, no hay tres sitios en la tierra cuya latitud sea conocida con la certidumbre de un segundo. En el año 1770, la latitud de Dresde era falsa en casi tres minutos: hasta el año 1806 era incierta la del observatorio de Berlin en casi veinticinco segundos. En el año 1790, antes de las observaciones de Barry y de Henry, era falsa la posicion del observatorio de Manheim en un minuto y veinte y un segundos de no obstante que el jesuita Cristiano Mayer habia hecho ob latitud, ¡Cuantas ciudades muy considerables hay en España, y en la parte mas oriental y mas setentrional de la Europa, que estan todavía muy lejos de esta exactitud en su determinacion geografica ! La ejecucion de los tres viages que proponemos á un gobierno ilustrado, es fácil de verificarse, y mudaria de aspecto la geografía de la Nueva-España. Las posiciones de Acapulco, de Veracruz y de Méjico han sido verificadas en diferentes épocas, por las operaciones de Galiano, de Espinosa, de Bauzá y de Cevallos, las de Gama y de Ferrer, y las mias. Los oficiales de la marina real que se hallan en el apostadero de San Blas podrian, haciendo solo una excursion, fijar las importantes posiciones de las minas de Bolaños y de la ciudad de Guadalajara. La expedicion astronómica que el gobierno ha encargado á los señores de Cevallos y Herrera para levantar el plano de las costas del golfo de Méjico determinará el embocadero del rio Huasacualco al sudeste de Veracruz. Seria muy fácil á estos hábiles astronómos, que van provistos de excelentes instrumentos ingleses, subir este rio, célebre por el proyecto de un canal de comunicacion que debe reunir el mar de las Antillas con el grande océano equinoccial, y medir fácilmente la anchura de este istmo mejicano fijando la posicion del puerto servaciones en él con un cuarto de círculo de Bird de ocho pies de radio. (Efemérides de Berlin, 1784, pág. 158; y 1795, pág. 96.) Antes de las observaciones de Le Monnier se ignoraba la verdadera latitud de Paris con casi quince segundos de diferencia. de Tehuantepec y la de la barra de San Francisco en el embocadero del rio Chimalapa. Pocos paises hay en el globo que presenten tan ventajosas proporciones para las operaciones trigonómetricas como la Nueva-España. El valle grande de Méjico, y las inmensas llanuras de Zelaya y de Salamanca, niveladas como la superficie de las aguas, de que parece haber, estado cubierta allí la tierra durante muchos siglos, presentan otros tantos llanos elevados desde 1700 á 2000 metros sobre el nivel del océano, y cercados de montañas que se ven á grandes distancias cuyos llanos convidan al astronómo á medir algunos grados de latitud hácia los límites setentrionales de la zona tórrida. En la intendencia de Durango, y en parte de la de San Luis de Potosí, podrian trazarse algunos triángulos de extraordinario tamaño sobre un terreno cubierto de plantas gramíneas y sin bosques; pero al examinar estas ventajas, es preciso hacer distincion entre las necesidades de la cien-. cia y las de la administracion pública. La medida de un arco de meridiano comprendido entre los paralelos de 19o y 24o, unida á observaciones exactas sobre la longitud del péndulo, seria indudablemente de mucho interes para el conocimiento perfecto de la figura de la tierra; mas este interes (y es útil hacerlo presente en este lugar) está subordinado á otro que está mas íntimamente unido con la prosperidad nacional. Para gobernar bien la Nueva-España, para abrir comunicaciones sea por caminos ó por canales, es necesario servirse de medios que sean fáciles y prontos. Querer echar un enrejado de triángulos en un país herizado de montañas y de una extencion de mas de 118,000 leguas cuadradas de 25 al grado; querer extender unas operaciones delicadas á todo un terreno cinco veces tan grande como la Francia, y publicar un mapa de Méjico á la escala de, es empeñar al gobierno en una empresa brillante, pero demasiado vasta para que pueda esperarse verla concluida en el espacio de siglo y medio. En Suecia no se ha llegado á levantar mas que 900 leguas cuadradas por año para el hermoso mapa trigonometrico en que se trabaja actualmente *. Se ha censurado la escrupulosa exac * Para el mapa grande de Francia, en el que se trabaja actualmente, un oficial y su adjunto determinan, de 12 á 16 puntos de primer órden, término medio, en el discurso de una campaña de cinco meses: los otros siete meses del año los emplean en cálculos geodésicos. Cada triángulo de este órden, que tiene cerca de 27 leguas cuadradas de 25 al grado, cuesta 1360 reales vellon, sin contar el sueldo del oficial, gefe de la operacion, y de un adjunto. Un oficial que trabaja solamente en los triángulos de segundo órden, teniendo las bases dadas por el primer órden y formando grandes líneas geodésicas de 200,000 en 200,000 metros, tanto en la direccion del meridiano como en la de las paralelas, puede, pasando ocho meses sobre el terreno y cuatro en trabajos sedentarios, observar y calcular 120 á 150 puntos llenando á 4. un pliego de 8 decímetros sobre 5 decímetros, que equivale á una superficie de 32 leguas y de 25 al grado. Cada punto, sin comprender el sueldo del oficial, cuesta 80 reales; cada hoja ú ochenta milésimas comprende cerca de mil anotaciones ó marcas de altura. Para los triángulos de primer órden se sirven de círculos repetidores de 13 pulgadas; y para los de segundo de círculos ó teodolitos repetidores de 8 pulgadas. Las distancias zenitales de todos los puntos observados se toman en cada estacion. ( 40000 4 TO titud con que han examinado los oficiales de la marina española las vueltas y recovecos mas pequeños de la costa de la América meridional, en las expediciones de los señores Fidalgo y Churruca *. No hay duda que este trabajo ha sido pesado y muy costoso; pero en mi dictámen parece seria injusto el censurar á los que presentaron á la corte de Madrid este hermoso proyecto de una demarcacion hidrográfica. Una carta de marear no peca nunca por estar muy detallada: la seguridad de la navegacion, la facilidad de no perder el tino en la proximidad de la costa, los medios de que puede necesitarse contra un enemigo que amenace un desembarque, todo depende del conocimiento mas puntual de las costas y del fondo del mar. Algunas veces importa poco que la posicion de una ciudad mediterránea sea exacta en latitud con dos minutos mas ó menos; pero en las costas es del mayor interes conocer la posicion de un cabo con toda la precision que pueden proporcionar los medios astronómicos. En una carta hidrográfica, todos los puntos deben estar igualmente bien determinados, porque todos estan en el caso de servir al navegante como punto de partida ó para reconocer donde está. Por el contrario, los mapas que presentan el interior de un pais extenso, son * Rennell, uno de los geógrafos mas sabios de este siglo, observa que los ingleses poseen unos mapas muy exactos de los fondeaderos de las costas de Bengala, al paso que por mucho tiempo no existia ninguna carta medianamente buena del canal que separa la Ingla terra de la Irlanda. (Description de l'Indostan, tom. 1, préface.) |