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direccion. Varias razones particulares me han impedido indicar estos fenómenos. Yo poseo en mis itinerarios todos los materiales geológicos para formar lo que se suele comunmente llamar mapas mineralógicos; he publicado muchos de estos materiales en mi obra sobre la nivelacion de la Cordillière des Andes, y en el Essai géognostique sur le gisement des Roches dans les deux hémisphères; mas despues de un maduro exámen me he determinado á separar enteramente los perfiles geológicos que dan á conocer la superposicion de las rocas, de las descripciones físicas que indican las desigualdades del terreno. Es muy difícil, y aun estoy por decir casi imposible, el hacer un corte geológico de un territorio de mucha extension, si este corte ha de estar sujeto á una escala de altura. Una capa de yeso de un metro de espesor llama muchas veces la atencion del geólogo tanto como una masa enorme de gneis, de micapizarra ó de pórfido; porque la existencia de estas capas muy delgadas y el modo con que estan colocadas, da mucha luz sobre la antigüedad relativa de las formaciones del terreno. Ahora bien, ¿como puede trazarse el perfil de provincias enteras, si la magnitud de la escala ha de ser tal que se puedan distinguir unas masas de tan poco bulto? ¿ Como es posible indicar en un valle estrecho, por ejemplo en el del Papagayo (lám. xIII), en el ancho de uno o dos milímetros, que es lo que el valle .ocupà en el dibujo, las diferentes formas del terreno que se hallan unas sobre otras? Los que han refle

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xionado sobre los métodos gráficos y han hecho ensayos para perfeccionarlos, conocerán como yo, que estos métodos no pueden presentar á un mismo tiempo todas las ventajas. Un mapa cargado de muchos signos, resulta confuso, y pierde , y pierde su principal utilidad, que es la de presentar á la vista á un mismo tiempo,, un gran número de relaciones. La naturaleza de las rocas y el modo con que estan colocadas unas sobre otras, llaman mucho mas la atencion del geólogo que la altura absoluta de las formas del terreno, y el espesor de sus capas. Basta que un perfil geológico exprese el aspecto general de un territorio; y solo desembarazándole de las escalas de altura y de distancia, es como podran indicar con claridad los fenómenos de* la colocacion de sus lechos ó capas, o sea de estratificacion que importa dar á conocer. Podria darse una distincion entre cortes geográficos, y cortes geológi cos, tomando la palabra geografía en el sentido riguroso que se la ha dado antiguamente, y en el cual no se refiere mas que á la extension y á la configuracion. Los cortes geológicos expresan las relaciones de composicion, y la serie de las rocas segun estan puestas unas sobre otras.

La descripcion fisica del declive oriental de la Nueva España es una manifestacion de tres perfiles parciales; pues indica á la vez la posicion astronómica de los puntos de interseccion, su distancia respectiva, y el ángulo que forma cada plano secante parcial con los meridianos. Los tres cortes de que se compone se

distinguen por medio de colores diferentes. La ciudad de Méjico, la de la Puebla de los Angeles y el lugarejo de Cruz Blanca, situado entre Perote y las Vigas, son los puntos en donde se hace la interseccion de los tres planos secantes. Se ha añadido la longitud y la latitud de estos puntos conforme á mis propias observaciones, la direccion media de cada corte, y su largo expresado en leguas de Francia, que son leguas comunes de veinticinco al grado. La escala de las distancias de este perfil (lám. XII.) es idéntica con la que ha servido para formar el mapa geográfico (lám. 1x). La proyeccion vertical ocupa mas extension que la horizontal, porque se han conservado en la primera las distancias itinerarias de un lugar á otro. La distancia absoluta de Méjico á la Puebla, por ejemplo, no es mas que de veintisiete leguas, mientras que parece dos leguas mayor en el dibujo del perfil que manifiesta, por decirlo asi, todos los recovecos del camino; pues indica las leguas que hay que andar yendo de Méjico á la Puebla por la Venta de Chalco, por Rio Frio y Ocotlan.

Los dos grandes volcanes que se encuentran al E. del valle de Tenotchtitlan, el Pico de Orizaba y el cofre de Perote, han sido colocados en el perfil conformé á sus verdaderas longitudes. Se han descripto tales como se ven en una clara, cuando cubierta su base por una niebla espesa, aparece su cumbre por encima de las nubes. A pesar de la enorme anchura de estas montañas colosales, no me he atrevido á

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sentar sus contornos enteros á causa de la grande desigualdad de las escalas de altura y de distancia. Ligando con el llano estos volcanes, habrian desfigurado la vista del mapa, porque se presentarian como unas columnas levantadas sobre el llano. He procurado con todo cuidado hacer visible la extraña forma, ó por decirlo asi, la fisionomía particular de las cuatro montañas grandes de la Cordillera de Anahuac; y me lisonjeo que las personas á quienes ha llamado la atencion el imponente aspecto de estas cumbres majestuosas, en el viage de Veracruz á Méjico, confesarán que los contornos estan trazados con precision en esta lámina y en las de los números XVI y xvII.

Para fijar en el ánimo de los lectores algunos hechos. importantes de la geografía física, se ha señalado á los dos lados de los mapas, cerca de las escalas de altura, la elevacion del Chimborazo, y de muchas montañas de los Alpes y de los Pireneos; la del límite de las nieves perpetuas, bajo el ecuador, bajo el ralelo de Quito y á los 45° de latitud *; la temperatura

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Segun las investigaciones mas recientes del señor de Humboldt (Mémoires sur les neiges de Himalaya, en los Annales de chimie et de physique, tom. xiv. v.), el límite de las nieves perpétuas, se halla en los Andes de Quito (latitud 1o-1o 30') á la altura de 2460 toesas; en Méjico (lat. 19° 19° 12′) á 2350 toesas; en la Himalaya (lat. 30° 40' 31°4') á la falda meridional, á 1950 toesas; en la falda setentrional, probablemente á 2605 toesas; en el Caucaso (latitud 42°-43o) á 1650 toesas; en los Pirineos (lat. 42o,—43°) á 1400 toesas; en los Alpes de la Suiza (lat. 45°3 —46°1) á 1370 toesas;

media del aire al pie y en la falda de las Cordilleras, y últimamente las alturas á que ciertas plantas mejicanas empiezan á dejarse ver, ó cesan de vegetar en la parte montuosa del territorio. La indicacion de algunos de estos fenómenos se hallará repetida en muchos de mis mapas; repeticion que es análoga á la que antes de ahora presentaban las escalas de los termómetros indicando, aunque con poca exactitud, el.. máximum y el mínimum de temperatura observado bajo tal ó tal zona. He pensado que los perfiles del atlas mejicano que tienen alguna analogía con el gran mapa de mi geografía de las plantas, podrian contribuir á difundir el estudio de la naturaleza considerada en sus relaciones de influjo mutuo entre los climas y la altura.

XIII.

MAPA FÍSICO DE LA FALDA OCCIDENTAL DEL LLANO DE NUEVA ESPAÑA.

Este mapa, el de la parte central, y el corte del valle de Tenotchtitlan (lám. xvi) estan hechos con arreglo á los principios que acabamos de exponer cuando hemos hablado del perfil de la falda oriental de la Cordillera. La extension de territorio cuya proyeccion

en los Carpathas (lat. 49°10′) á 1330 toesas; en Noruega (latitud ́ 61o—62o) á 850 toesas; (lat. 67o), á 600 toesas; (lat. 70o), á 550 toesas; (y á la lat. 70o,) bajo la influencia de los estíos nebulosos de las costas á 366 toesas.

(E.-R.)

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