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por cerca de los pueblos Ishuatan y Muluapan. Por último tres leguas mas abajo, y como á una de su embocadura desagua el Coazacualco por la orilla izquierda el rio navegable de las calzadas, que corriendo del ueste, -forma una isla, comunicando con el mar en el sitio nombrado la Barrilla. Un brazo de este rio se acerca mucho á Acayucan, cabeza de aquel departamento.

Las orillas del hermoso Coazacoalco son bajas é inundadas en el tiempo de las lluvías, en gran parte de su curso. Estan pobladas de corpulentos árboles de las mas preciosas maderas de las regiones equinocciales, tan fáciles de trasportar, como inútiles en el dia, y sin valor alguno por la falta absoluta de poblacion que imposibilita su corte y extraccion, Las altas palmas descuellan sobre los árboles ; espesos arbustos y yerbas innumerables cubren el suelo y ocultan los troncos de los árboles, presentando deliciosamente á la vista un impenetrable bosque que, á modo de un verde dique, parece oponerse al conato del rio en abreviar su curso á cada vuelta que le alarga, disminuyendo la velocidad de su corriente.

De trecho en trecho sobresalen colinas, que haciéndose mas frecuentes y elevadas, desde la reunion del rio de los Mijes en adelante, llegan á confundirsé con la falda setentrional de la cordillera ó Sierra Madre, que empieza propiamente en el paso del Sarabia. Desde aqui el rio corre ya encajonado entre monta- ñas de pizarra.

En el estado actual del rio, y una vez vencida la

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dificultad de la barra, se puede navegar, por su cance anchuroso y limpio, con buques de cualquiera porte hasta el estero de Tlajocalpan, á siete ú ocho leguas de su embocadura. Desde allí el fondo empieza á disminuir en algunos parages, aunque todavía conserva mas de 15 pies de agua, cuando menos, y de consiguiente es navegable para buques menores hasta el sitio llamado Mistan grande. Allí empiezan los bajos, formados probablemente por bancos de arcilla fuerte, que el rio no ha podido escabar; y con esto en sus crecientes ha atacado allí las orillas, ensanchando su cauce y menguando su rapidez, y ha formado depósitos de cascajo y arena, que hácia el fin de la estacion seca dejan el agua menos de un pie de profundidad.

Tales tropiezos raros al principio se podrian evitar, ⚫ó angostando el cauce ó escabándole y reuniendo las aguas. Bien que ya desde allí siempre la navegacion deberia hacerse en barcos largos y chatos propios para los rios. Pasados los tres primeros bajos y desde el sitio nombrado la Piedra, Blanca, se multiplican tanto aquellos, que hasta el confluente del Sarabia, por el mes de mayo, contamos mas de veintiuno, to dos con tan poca agua, que las canoas en que íbamos, de un solo pie de calado, bararon siempre y hubieron de ser arrastradas sobre el cascajo para sacarlas á flote.

Estos multiplicados estorbos y los de las correntales ó raudales en que por una causa analoga á la que

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produjo los bajos forma el rio un escalon que a veces llega á una vara de diferencia de nivel en tres á cuatro solo de distancia, formando una especie de cascada, hacen indispensable en todo el espacio que media desde la Piedra Blanca hasta la parte mas alta del rio, el sacar un canal por una de sus orillas probablemente la oriental ó derecha, que reunirá la ventaja de hacer mas recto su curso, acortando de muchas leguas la navegacion.

Tal vez los mas de estos estorbos desaparecerian con solo ahondar el cauce, lo que no juzgo difícil por ser al parecer, y segun indican las márgenes, de solo arcilla los bancos que se atraviesan, y los mas considerables que dificultasen esta operacion se vencerian con esclusas. Entre ellos exigirian estas principalmente los dos mas fuertes y formados que se hallan, uno, á corto trecho mas abajo de la union del Sarábia, y otro, entre esta y la del Alaman.

De cualquiera suerte, hasta la confluencia de este último, en mi sentir, es fácil y ventajoso el hacer navegable el Coazacoalco.

Todo el terreno que se halla desde la confluencia del Sarabia hasta el mar es de acarreo arcilloso y en par-: tes arenisco, como prevenido de la descomposicion de los montes de pizarra y de granito de donde vienen las vertientes que le formaron. Desde el Sarabia hasta cerca de santa María Chimalapa presenta la falda de la Sierra Madre una formacion de pizarra, que pasa por casi todas las variedades comunes á esta roca ;

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formarcion que he visto extendida, desde Guichicovi hasta San Miguel Chimalapa, y desde el Sarabia al mar del Sur, en un espacio de veinte leguas de oriente á poniente y de treinta de norte á sur. De cuando en cuando es recubierta de otra formacion de caliza secundaria. En las inmediaciones de Santa María Chimalapa se advierte ya á descubierto el granito que probablemente estaba debajo de la pizarra, y aquella roca continúa sola hácia el oriente. Solo he visto un porfido duro, de base aluminoso azulado con bellos cristales de feldespato y de hornblenda en el portillo de Ladevi al sur de la Sierra Madre por la parte de Petapa, y ningun producto volcánico absolutamente. La Sierra Madre que viniendo desde los confines de los estados de Puebla y Veracruz atraviesa el de Oajaca de NO. á SE., al llegar al istmo se inclina al E. acercándose mucho al mar del Sur. Por entré las haciendas de la Chibela y de la venta de Chiapa se dirige hacia el NE., inclinándose luego otra vez al E. hácia santa María Chimalapa para encaminarse á formar los límites de esta República con la de centro de América.

Al entrar en el istmo se deprime ó rebaja tan considerablemente su cima ó cresta, que ya por el sur de Petapa ofrece un paso de cosa de seiscientas y cincuenta varas de altura absoluta, en el portillo de Guievichia; en el otro portillo de junto, á la Chivela, al sur, no tiene mas que trecientas varas de altura, y cuatrocientas sesenta el que se halla al norte de san Miguel de

Chimalapa, desde donde signe elevándose hasta la montaña llamada la Gineta entre los Estados de Chiapa y Goatemala. Aquel es uno de los montes mas altos de las cordilleras por aquellos parages.

Si la falda setentrional de la cordillera se extiende en el istmo como unas quince leguas y, prescindiendo de los valles y multiplicadas eminencias que la surcan, presenta una pendiente poco considerable, no asi la falda meridional, que con un descenso rápido de doscientas varas en tres leguas, conduce á la dilatada llanura que, al oriente de Tehuantepec, separa la cordillera de las lagunas que comunican á modo de una dilatada bahía, con el grande océano equinoccial.

Este llano es una formacion de acarreo, producto del detritus de la pizarra de que se componen los cerros inmediatos, cuya roca vuelve á parecer, aun de tiempo en tiempo, en medio de él, llega hasta las lagunas y aun á la misma costa, en cuyos parages forma islas, cabos y ensenadas.

Desde la cordillera á las lagunas ocupa la llanura un espacio de cosa de seis leguas. La mas interior de ellas tendrá de ancho como cuatro leguas, y de su boca llamada Barra de santa Teresa, hasta el desagüe de ambas en el Océano, que es lo que llaman allí bocabarra, habrá como tres leguas. Esta segunda bahía ó laguna exterior se extiende por la parte del poniente, en forma de estero, á unas nueve leguas con el nombre de Tilema, y por el oriente hasta la barra de Tonala, cosa de veinte leguas.

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