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dicad el Evangelio por todo el mundo bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. He aquí que yo estaré con vosotros hasta la consumación de los siglos." Estos y otros mandatos del divino Maestro conjuntamente con sus promesas se hallaban grabadas en su corazón de Toribio, que desde el momento en que tomó posesión de su extensa diócesis, su principal preocupación fue evangelizar y traer al redil de Jesucristo millares de almas que vivían á las sombras de la muerte cargando el yugo infamante de cruel y despótico amo que en copa dorada hace beber el letal veneno que mata el alma.

Bien conocéis, señores, que para afrontar los peligros que en aquellos remotos tiempos surgía con no poca frecuencia en los viajes á pueblos diseminados á grandes distancias, separados por nieves perpetuas, por arenales inmensos y otros accidentes topográficos era necesario revestirse de cierta firmeza de voluntad, que sólo una plena persuasión en las promesas de Jesucristo puede mantenerla inquebrantable.

Pero en Toribio de Mogrovejo fue grande y excepcional la confianza en Dios; y por eso sobreponiéndose á cuanto era adverso á sus visitas pastorales recorrió lleno de complacencia su vasta diócesis en toda su comprensión por dos veces llevando la luz á los espíritus y la confianza á los corazones, con lo cual quedó satisfecha su noble y constante aspiración de instruir, ennoblecer y consolar á sus amadas ovejas......Lo que pasó después en el pueblo de Saña al comenzar la tercera visita, vosotros y yo lo sabemos, y no hay para que levantar el velo que cubre ese cuadro conmovedor y edificante que inspira á la vez respeto y admiración.

Indelebles se mantienen las huellas que hau queda

do en ciertos lugares por los que pasó ejerciendo su ministerio pastoral. Y si no, allí están las aguas amargas convertidas en dulces y potables en el solitario paraje situado á corta distancia de Recuay en el departamento de Ancasch, y las fuentes frescas y cristalinas, que á imitación de Moisés, hizo brotar de una roca de granito en las cercanías de Macate en el mismo departamento.

IV

La caridad. Esta virtud incomparable que se difunde en los corazones por el Espíritu Santo; que vivifica, alumbra y fortalece el alma, que alimenta y sostiene á todas las virtudes y vive por los siglos sin fin en las regiones de lo infinito, era la que predominaba en Tori. bio de Mogrovejo, por eso no se mostró nunca extraño á la oración, en la cual entraba en íntima comunicación con Dios y se inflamaba en santos deseos de servir á los pobres y evangelizar á la grey encomendada á su cargo pastoral.

En su clara visión comprendía que era deber ineludible para él la difusión en la mente de los niños y en la de aquellos adultos que eran ignorantes de la Religión, las grandes, las fecundas ideas del ser de los seres y de sus relaciones con la humanidad, para que el alma inmortal se torne y sienta, más y más, impelida hacia el foco de vida que lo solicita incesantemente en virtud de una ley ontológica traducida en amor y caridad inefable respecto de las criaturas inteligentes y libres.

A esta convicción se subordinaron los catecismos á los indios, las visitas pastorales á su extensa diócesis

la fundación de este importante Seminario, de monas terios para las esposas de Jesucristo, de casas de pie dad y hospitales para amparo y protección de doncellas, de huérfanos y enfermos.

Para realizar estas obras teritorias, fruto exclusivo de su caridad inagotable, sufrió grandes penalidades y constantes sinsabores que amargaron su existencia, más sin apagar el fuego sagrado que inflamó su pecho con tanta más intensidad, cuauto mayores fueron las contrariedades que con frecuencia le asaltaron.

Pastor santo y egregio fundador de este Seminario que crece y fortifica á la sombra benéfica de tu protección. Si mi torpe lengua ha profanado inconscientemente tu excelsa memoria, no apartes de mí esa mirada tierna y bondadosa, reflejo de todo el bien encerrada en tu alma angelical. Derrama, no por vez postrera, bendiciones copiosas sobre tus hijos congregados, con gran júbilo, en este recinto para cantar tus glorias y ensalzar tu nombre ilustre que se repercute, hoy por hoy, de un confín á otro de la América latina, mediante la oportuna iniciativa de tu dignísimo sucesor que, anticipándose como el relámpago al trueno, al acontecimiento memorable del tercer eentenario de tu muerte, ha hecho resurgir aquí, en la metrópoli, en las diócesis sufragáneas y en las vecinas repúblicas, el noble y generoso pensamiento de celebrar con gran pompa y solemnidad tu augusta memoria.

Derrama, Toribio, sobre el Excmo. Mons. Delegado Apostólico y demás Iltmos. Obispos y venerables sacerdotes, los dones y gracias que con tanta prodigalidad derramaste al pasar por este mundo; y no releguéis al olvido ni abandones nunca á nuestro Iltmo.

señor Arzobispo, cuyo gobierno eclesiástico trae el recuerdo de los mejores tiempos del episcopado en el Perú. Bendícelo y consérvalo "ad multos annos", y haz que su celo y caridad y demás virtudes se difundan y crezcan entre sus ovejas para renombre y gloria de esta esclarecida sede metropolitana.

Terminado este discurso comenzó el drama. En los entre actos la orquesta ejecutó las diversas piezas musicales que indicaba el programa; y los alumnos José Coll, Alberto Benites y Torcuato Maza; pronun. ciaron los discursas en latín, francés y quechua, respectivamente, siendo aplaudidos con entusiasmo.

En la ejecución del drama, tanto el protagonista como los demás actores recibieron justos y merecidos aplausos por la corrección y lucidez con que desempeñaron sus papeles.

En resumen, la fiesta quedó expléndida bajo todo concepto; extrañándose sólo la presencia del Iltmo, señor Arzobispo, quien por continuar enfermo, no asistió. Sin esta nota triste todo habría sido halagador y placentero.

Á las siete de la noche acabó el acto literario musical, pasando los asistentes á los salones de la Rectoria, en donde el Rector Dr. Alejandro Aramburú y los profesores se esmeraron en atenderlos con dulces, helados y licores.

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Procesión de la iglesia de las Descalzas á la parroquia de San Marcelo y Triduo en ésta.

Reunidos en la iglesia de las Descalzas, el 23, buen número de fieles, salió la procesión á las 2 y 1⁄2 de la

tarde, con dirección á San Marcelo, haciendo estación en las iglesias de la Concepción, San Pedro y la Merced. En la Concepción, la recibió Mons. Jaime Tovar, Capellán de dicha iglesia; en San Pedro, los Padres de la Compañia de Jesús, y en la Merced, la V. Comunidad Mercedaria. En todas éllas, cantaron el himno de Santo Toribio, y habían sido adornadas con esquisito gusto, sobre todo la primera.

Recibida la procesión en San Marcelo por el párroco de dicha iglesia, Dr. Eloy Chiriboga, fueran colocadas las urnas en el presbiterio.

La iglesia de San Marcelo, erigida en Parroquia por Santo Toribio en el año de 1584, había sido adornada con sumo gusto para celebrar un triduo en este órden:

DIA 23 DE ABRIL

La Archicofradía de Oración y Penitencia estuvo á cargo de este día. A las 7 y media a. m. el Iltmo. señor Obispo Manuel S. Ballón celebró el santo sacrificio de la misa, comulgando en ella todas las socias. Terminada la misa, el Iltmo. señor Obispo dirigió su elocuen. te y autorizada palabra á los fieles, que eran numerosos. Repartiéronse después, á todos los concurrentes, un canto poético dedicado al glorioso Arzobispo.

Por la tarde, hubo Rosario, cánticos, exposición del Santísimo y sermón predicado por el R. P. Francisco Muñoz, S. J.

DIA 24

La misa solemne con el Santísimo expuesto,tuvo lugar á las 8 y media a. m. La celebró el Director de la

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