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cuanto sea posible en un lugar fresco, y suspender de cuando en cuando el fuego de la bomba, que por necesidad calienta un poco el agua. Se aprovechan estos intérvalos para remover el agua y determinar la absorcion de una nueva cantidad de ácido carbónico.

En cuanto al modo de obtener el ácido carbónico, es el mismo que en todos los demas aparatos.

Terminarémos este artículo con algunas observaciones generales, diciendo en primer lugar que debe atenderse á la eleccion de los materiales destinados á la produccion del gas ácido carbónico. Todos los carbonatos calcáreos que se emplean para este objeto no son igualmente aptos, mereciendo bajo todos aspectos la preferencia el mármol blanco. Las gredas mas puras y mejor lavadas contienen siempre materias estrañas que comunican un mal sabor al gas ácido carbónico. Cuando se emplea el ácido sulfúrico para desprender el gas de los carbonatos, no debe emplearse mas que la greda, y recurrir á los agitadores para renovar las superficies de otro modo la porcion de sulfato de cal que se deposita en razon de su insolubilidad, envuelve muy pronto el carbonato aun no atacado, é impide que el ácido sulfúrico pueda penetrar mas adelante, En el dia se prefiere el ácido muriático, que está esento de este inconveniente, porque la sal calcárea que produce, en razon á ser muy soluble, deja siempre á descubierto el carbonato restante y se puede entónces echar mano del mármol mas compacto. El uso de este ácido exije algunas precauciones, pues que siendo por una parte muy espansible, el gas carbónico se lleva tras si un poco de él, y por otra parte contiene muy comunmente ácido sulfuroso que se desprende al mismo tiempo. Importa pues para purificar el ácido carbónico,

lavarle en una solucion alcalina de subcarbonato de sosa ó de potasa, ántes de ponerle en contacto con el agua. En el establecimiento de Gros-Caillou (en Paris), se lleva la precaucion hasta multiplicar los frascos de los lavados y hacer correr el gas de los tubos de vidrio muchos metros de longitud, que de distancia en distancia desembocan en balones, donde van á condensarse los vapores arrastrados. El ácido carbónico no llega al gasómetro hasta despues de haberse despojado en el camino, de cuanto podia contener que le fuese estraño.

Muchos piensan que las aguas naturalmente cargadas de ácido carbónico le retienen con mas fuerza qué las preparadas artificialmente, y se pretende, con razon sin duda, que esto depende de un grado de combinacion mas íntimo. No sé sin embargo, que esta opinion haya sido confirmada por la esperiencia; pero si en realidad fuese fundada, seria evidentemente posible obviar á este inconveniente, dejando mucho mas tiempo el agua sometida al contacto del gas comprimido y puesto en movimiento; por lo ménos esta es la opinion de M. Henry, y de algunos otros hábiles. prácticos, que bajo este aspecto han observado diferencias notables entre las aguas gaseosas preparadas en tal ó tal establecimiento. Por lo demas, pudiera ser que esta mayor tenacidad del ácido carbónico se debiese á la accion de las sustancias que le acompañan en la misma disolucion, mas bien que á la afinidad particular del agua.

Cuando las aguas minerales que se quieren componer han de contener ademas del ácido carbónico, algunas otras materias y particularmente sales, se disuelven primero en conveniente proporcion en el agua des

tinada á esta preparacion, añadiendo despues el gas del modo ordinario; pero para las sustancias un poco activas, es bueno hacer la solucion aparte y echar separadamente en cada botella la cantidad necesaria. Esta operacion se efectua con mucha exactitud por medio de un tubo graduado; siguiendo otro método nunca hay seguridad de haber empleado una dósis regular. El profesor Henry hace seguir este procedimiento en la Farmacia central, y le recomienda como el mas ventajoso que puede adoptarse. Sin embargo, hay ciertos cuerpos poco solubles que necesitan para entrar en combinacion con el agua acidulada, someterse á la influencia de la compresion y de una agitacion sostenida de este número son los carbonatos de bases terrosas ó metálicas. En este caso, vale mas desleirlos en 'el agua ántes de acidularla. Tambien debemos advertir respecto á estas últimas sales, que su solucion se hace con mucha mayor rapidez cuando se ha tenido el cuidado de tomarlas en el estado de hidratos. Por este medio M. Henry ha llegado á disolver muy pronto cantidades bastante grandes de carbonato de magnesia, con solo añadir á una solucion muy dilatada de sulfatos de magnesia puro, una cantidad conveniente de disolucion de carbonato de potasa, igualmente muy dilatada. La precipitacion se debe hacer en caliente, dejándose depositar, decantar y lavar tantas veces como sea necesario, y despues se pone á escurrir el depósito de magnesia en una tela, tomando en seguida una parte que se hace secar en un crisol, para conocer el peso efectivo de magnesia que contiene este hidrato: finalmente, se introduce una cantidad determinada en un tonel de capacidad conocida y lleno de agua pura, y se satura de ácido carbónico, cuidando de hacer lle

á

gar poco a poco el gas y de agitarlo con frecuencia. Preparada asi el agua, contiene cerca de 4 gramos de bicarbonato de magnesia.

El mismo método pudiera seguirse con las aguas ferruginosas, pero seria preciso tener cuidado de mantener el hierro en el estado de protóxido, sin lo que dejaria de ser soluble. Seria pues necesario que la preparacion de este carbonato hidratado, se hiciese al abrigo del contacto del aire, lo que no dejaria de ofrecer algunas dificultades; por esto muchos fabricantes prefieren poner el agua gaseosa en contacto con limaduras de hierro, porque asi obtienen por la agitacion y una permanencia prolongada, una solucion cuya composicion determinan de un modo exacto; luego echan en cada botella igual medida de esta solucion filtrada, y las acaban de llenar con el agua salina gaseosa apropiada á la especie de agua que se proponen imitar. R.

AGUADA. Dibujo á la aguada, en el cual se emplean diferentes colores, lo que forma una especie de pintura sin empaste, muy semejante al iluminado. Es preciso que los colores sean transparentes y no espesos, y en su consecuencia, se eligen para esta clase de pintura, los que tienen ménos cuerpo ó bien se le quita á los que lo tienen, desleyéndolos en una cantidad proporcionada de agua clara; se vierte con cuidado muchas veces esta agua del lavado, por cuyo medio se desprende de las partículas mas gruesas de los colores, reteniendo solamente las partes mas finas ó las mas propias para la aguada. Los tintes sacados de las flores no tienen cuerpo, y son muy á propósito para la aguada. Los pétalos, ú hojas azules de lirio cárdeno, proporcionan una fécula ú poso verde, pero no tan bueno como el color verde que se saca de las frutas sa

zonadas del espino cerval, y al que se da el nombre de verde de vejiga. El fruto del yezgo da un color violeta que se convierte en azul añadiéndole alumbre. Hay ademas otras muchas frutas de donde tambien se sacan jugos para colores, como son las grosellas, las guindas, las sanguesas, ó frambuesas, la simiente de la rubia, las moras, y las bayas del sauco, empleándose tambien el cocimiento del palo de Fernambuco, y de Campeche. El pintor de aguada hace el color amarillo con la guta-gamba y agua; prepara el carmesí con carmin molido en una ligera disolucion de goma arábiga; el color de agua por el cardenillo combinado con el crémor de tártaro; azul con el añïil, y el alumbre, ó con el azul de Prusia; el leonado con el cocimiento de raices de tormentila; y el negro, uniendo á éstas el sulfato de hierro, ó desleyendo tinta china. Todos los jugos con color de que hemos hablado, pueden reducirse á pastillas; para ello basta mezclarles cuando hierven, un poco de cola de pescado, dejándolos secar en seguida en moldes de naipes, untados de antemano con manteca ó grasa; se les dará por medio de la conglutinacion de la cola, la consistencia de la TINTA de china, y se podrán emplear de la misma manera. L

AGUADA (PINTURA Á LA) (Tecnológia ). Especie de pintura originaria de Italia, donde se llama guazzo, y en la cual se emplean los colores liquidados con agua y goma.

La aguada es uno de los mas antiguos modos de pintar que se conocen. El agua sería sin duda el medio mas sencillo y natural de dar á las sustancias con color, reducidas á polvo impalpable, la fluidez necesaria para poderse estender en las superficies y quedar adheridas á ellas; pero como el uso ha enseñado

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