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cas caladas como la regla F, fig. 8, y se pone encima la regla de hierro calada F vista de frente en la fig. 8 con escala mayor: debe cuidarse que los dos anillos correspondan á los intervalos de la regla, y haciendo ir y venir cinco ó seis veces esta regla que apoya fuertemente sobre el rollo, lo que le obliga á girar sobre si mismo, todos los hilos quedan perfectamente enderezados casi en un momento. La construccion de la máquina representada en la fig. 9 es fácil de concebir.

Consiste en una armazon en forma de mesa cuya parte superior es LM; en ella está incustrada la lámina ó plancha de fundicion DE, y sujeta con solidez. Sobre esta mesa, cuyo plano representa la fig. 7, se elevan dos montantes CH que soportan el travesaño AA 50stenido por dos hendiduras practicadas en lo alto de cada uno de estos montantes CH. Este travesaño AA entra justo en una mortaja abierta en la palanca N, fijándose en el punto N por una gruesa clavija, de modo que el movimiento horizontal dado al travesaño AA arrastre al mismo tiempo á la palanca N, en cuyo estremo inferior está fija, del modo que la figura indica, la regla calada F vista en escala mayor en la fig. 8.

Cuando el trabajador quiere introducir el rollo B que se vé en grande en la fig. 6, levanta con el auxilio de dos cadenas I, K, fig. 9 y del contra peso G, O, la palanca y el travesaño, para lo cual no hay que hacer mas que tirar de arriba abajo la cadena I; y cuando se ha puesto el rollo convenientemente de modo que los dos anillos entren en los encajes de la plancha ED, se deja caer la palanca de manera que los mismos anillos entren en las hendiduras de la regla calada F; en-tónces toma uno de los brazos salientes del travesaño A y lo tira y mueve en sentido horizontal para operar,

como lo hemos dicho, el enderezamiento de los hilos. Enderezados ya estos, se llevan á la aguzería, que ordinariamente consta de unas treinta muelas distribuidas en los dos pisos de un molino de agua, y movidas por una misma rueda hidráulica. Las muelas tienen cinco decímetros de diámetro, y doce ó trece centímetros de grueso: son de piedra cuarzosa, de un color gris tirante á blanco, de un grano brillante y de una dureza media. Como estas muelas giran con bastante velocidad y están espuestas á romperse, con el objeto de preservar al trabajador de los accidentes que podrian ocurrirle, se cubren en su parte anterior con una fuerte plancha de hierro batido, en cuyo centro se haya practicado una abertura de dos decímetros de largo, y de una latitud algo mayor que el espesor de las muelas.

Sentado el trabajador delante de su respectiva muela, toma entre el pulgar y el índice de la mano derecha cincuenta ó sesenta hilos, y los presenta á la muela por un estremo. Con el auxilio de un dedal de cuero fuerte que cubre su pulgar, cuyo perfil está representado por A en la fig. 10 y el plano en B, el trabajador lo apoya sobre estos hilos, los estiende á lo largo de su índice, imprimiéndoles un movimiento de rotacion sobre si mismos, indispensable para formar las puntas cónicas. Esta operacion se llama adelga

zamiento.

El trabajo que hemos descrito debe hacerlo en seco, porque si para él se sirviese de agua, las puntas de las agujas se oxidarian muy pronto. Mucho tiempo hace que se conoció que el polvo que ocasionaba la operacion de apuntar las agujas en muelas de asperon, fatiga mucho la vista de los artífices, y perjudica nota

blemente á su salud, por lo que siempre se procuró con interes, buscar los medios de remediar tan graves inconvenientes. En 1809, M. Georges Prior presentó á la Sociedad de Fomento de Londres, un aparato muy sencillo que producia una corriente de aire bastante fuerte para lanzar el polvo fuera del taller y renovar la ventilacion. Recibió veinte y cinco guineas de recompensa por este ingenioso aparato, que vamos á describir con presencia de las memorias de esta sabia Sociedad, tomo 31, pág. 206, el cual desde entónces se adoptó en todas las fábricas de agujas.

Esta máquina se compone de una caja piramidal de madera, en la cual entra la muela hasta la mitad de su diámetro proximamente, y que está destinada á recibir el polvo que se forme al apuntar las agujas, y conducirle fuera del taller, por el efecto que produce un fuelle de doble viento, susceptible de servir á un tiempo mismo para muchas muelas.

AA, fig. 11 es la rueda de un torno ordinario sobre la cual pasa una cuerda indefinida BB que abraza la polea C montada sobre el eje de la muela de asperon D. Esta rueda, que transmite el movimiento á la muela, descansa en una fuerte armazon EE y se hace girar con un manubrio como cualquiera otro torno.

En las fábricas de agujas, las aguzerías son generalmente muy vastas y contienen muchas muelas enfiladas sobre un eje horizontal muy dilatado, establecido bajo el suelo del taller y que gira por la accion de una grande rueda hidráulica. Esta disposicion permite aplicar á ellas el mecanismo de que vamos á hablar.

Uno de los estremos del eje del torno A, tiene un manubrio angular F que por medio de la vigueta ó tirante GG da accion á un fuelle de dos vientos HI,

construido y obrando del mismo modo que un fuelle de órgano, esto es, dando un viento regular y continuo. Este fuelle consta de dos partes distintas, de las cuales la inferior H se llama fuelle alimentador, y la superior I regulador: la primera se compone de dos lados, uno aa fijo y unido al suelo del taller, y el otro ee movible por una charnela, reunidos ambos por un cuero fuerte, clavado en sus bordes; esta última tiene una cola g, cuya estremidad en forma de horquilla recibe el cabo de la vigueta G; en su centro tiene una abertura cuadrada cubierta con una válvula (llamada comunmente el alma del fuelle), la cual se abre de afuera á dentro, á fin de permitir la entrada del aire y oponerse á su salida.

El lado aa está tambien abierto por un punto que da paso al aire al regulador I, compuesto tambien de dos lados unidos del mismo modo que los precedentes. Al salir el aire de este regulador, penetra en un canal horizontal K, que puede prolongarse segun se quiera, pero que conviene establecer bajo el suelo del taller. Este canal K echa este viento regular y no interrumpido sobre la muela, por medios de los tubos de hoja de lata NOO, que le abrazan y estan abiertos con unas hendiduras longitudinales. En la fig. 12 se ven separadamente, indicándose el modo como estos tu-, bos estan ajustados entre sí y con el canal K. Un mango de cobre M que se supone fijo en el suelo, comunica con el canal K por medio de un pequeño tubo tambien de cobre, en que se ajusta una de las estremidades del tubo N, sosteniéndose la otra por la punta de un espigon Q, sobre el cual se mueve, como sobre un eje, que permite poner con facilidad á igual distancia de la muela D los dos brazos verticales 00,

soldados

con el tubo horizontal N por el tubo P.

y

reunidos en sus estremos

El viento que sale por las hendiduras de estos tubos, sopla sobre la muela y arrebata el polvo echándole en el canal R, fig. 11, que puede prolongarse en S al traves de la pared del edificio, ó angularse en forma de escuadra como en T, para recibir los canales de las demas muelas colocadas en el taller. Esta disposicion es preferible, porque arrojándose á un canal comun todo el volúmen de aire, tendrá mas fuerza para arrastrar el polvo.

Una válvula de seguridad J, colocada sobre una abertura practicada en el lado del regulador I, se mantiene cerrada con un resorte de alambre grueso. Se abre para dejar salir el aire supérfluo, cuando por la elevacion del fuelle, la cola L viene á apoyarse en una pequeña pieza de madera: con esto no es de temer que se rompa el fuelle, pues la válvula se abre siempre que el regulador se llena.

Se vuelven al primer taller los hilos apuntados por los dos estremos, y alli se cortan en dos para hacer de cada uno dos agujas, á fin de que en una misma calidad sean todas de igual longitud; para cada especie sirve el instrumento construido segun manifiesta la fig. 13. Consiste en una plancha de cobre casi cuadrada, de la cual solo dos lados tienen un borde levantado destinado en el uno á recibir todas las puntas, y en el otro á resistir al esfuerzo de la zizalla. Se ponen en este instrumento cierto número de hilos, de modo que todas las puntas toquen el borde, cortándose todas á la vez por el ras de la plancha con la zizalla (fig. 4) que se hace mover con la rodilla. Se vuelve á poner despues en la misma plancha de cobre la parte

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