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san las aguas del refrigerante, para enfriar la parte interna del condensador.

G, tubo que recibe el pico del capitel, y por el cual pasan los vapores del alambique al condensador. I,I, pies del condensador: tiene 3.

K,K,K,K, grande cuba ó refrigerante lleno de agua fria, para efectuar la condensacion.

Poco despues se ideó una especie de condensador tan cómodo y mucho menos dispendioso que el de M. Gedda. Consiste en tres tubos, AB, CD, EF (fig. 6) cilíndricos, de un metro de largo cada uno soldados entre sí como indica la figura, y comunicándose sin interrupcion del modo que vamos á esplicar. El tubo AB tiene un diámetro por lo ménos igual al del pico del capitel, cónico en el estremo A, para recibir el pico con el cual se une con lúten. Por el otro estremo B, está soldado con la estremidad D del tubo CD en forma de punta de flauta. Estas dos partes reunidas se soldan á un estremo del tubo cilíndrico de cobre G que tiene una rosca esterior. Este tubo está cerrado por una caja ó tapadera H, que tiene en su interior otra rosca que se ajusta exactamente con la de aquel. Entre esta caja y el asiento del tubo G, se coloca un cuero á fin de cerrar herméticamente los dos. Los CD y EF se ajustan del mismo modo. Todo el aparato está soldado á los puntos A,G,I,F, de la tina LM, que se llena de agua fria, la cual debe renovarse durante la destilacion, como lo hemos dicho mas arriba.

El mecanismo de este aparato es fácil de concebir: los vapores entran en el gran tubo AB, donde se condensan; el licor corre lentamente por el tubo CD que está algo inclinado, y de alli al tubo EF, y como está continuamente en contacto con agua fria, no tarda

en igualarse con la temperatura de la atmósfera, y caer en el recipiente por el tubo F. Si se creyese que un paso de dos metros no fuese distancia bastante larga para enfriar enteramente el licor, se podrian añadir uno ó dos tubos mas, empleando obturadores semejantes á los que hemos descrito.

La tina LM no tiene necesidad de una grande ancharia: suponiendo tres pulgadas de diámetro al gran tubo AB, son suficientes de siete á ocho pulgadas porque el agua se renueva continuamente, Esta tina es de carbon ó de zinc, lo mismo que los tubos adaptados á ella. La disposicion de estos tubos da facilidad para limpiarlos como se quiere, cuando se han destilado sustancias aromáticas, Se rascan los obturadores Hé I, y con auxilio de un cepillo de cerda, y con agua, se frota lo interior de los tubos, hasta que se haya disipado todo el olor. En la parte inferior de la tina y en parage conveniente, se coloca una espita, para hacer evacuar toda el agua, concluida la destilacion.

El baño-maría. Sucede con frecuencia que se han de destilar sustancias muy volátiles, ó que no pueden someterse sino á un grado de calor inferior al del agua hirviendo; entonces se añade al alambique que acabamos de describir una cuarta pieza que tiene el nombre de baño-maría. Es un vaso cilíndrico A (fig. 7), de estaño, que entra justamente en el orificio C,C, de la caldera (fig. 1) y descansa en el cuello N,N, de modo que su suelo no llega al de la caldera. Las asas 0,0, sirven para meterle y sacarle. El cuello a,a, del capitel, entra justo en el baño-maría como tambien en la caldera, de modo que se puede destilar indistintamente con el baño-maría ó sin él.

Cuando se destila con el baño-maría, se ponen en

este vaso las sustancias que se han de destilar , y despues de haber introducido esta pieza en la caldera, se cubre con el capitel y por el cañon D (fig. 1) se echa agua en la caldera. Ya hemos notado que la parte superior del capitel es hueca esteriormente; se llena este espacio de carbon molido poco conductor del calórico, para impedir que los vapores se condensen en esta parte y vuelvan á caer en la cucurbita.

La forma del alambique que acabamos de describir es la mas perfecta que se conoce; difiere bajo muchos puntos de vista de los alambiques antiguos, de los que no hablarémos, pues que hace mucho tiempo se abandonó su uso, y los hemos descrito ya en el primer tomo del arte del destilador de aguardientes y espiritus.

En 1801, Eduardo Adam concibió en Nimes la feliz idea de aplicar en grande á la destilacion de los vinos, el aparato químico conocido con el nombre de Woulf, y cambió totalmente los procedimientos del arte usados hasta entónces. A los frascos de cristal de que se forma este aparato (v. APARATO de Woulf), sustituyó una série de vasos de cobre de figura de huevos que llenó de vino hasta cerca de la mitad de su altura. La caldera llena de vino en sus tres cuartas pártes, se espone solo en un hornillo á la accion directa del calórico; los vapores se dirijen al primer huevo, digámoslo asi, por un tubo de sumersion que termina en cabeza de regadera en que hay una infinidad de agujeros. Los vapores hervientes establecen en breve la ebullicion en la masa de vino que contiene el primer huevo, por la cual se producen en este vaso nuevos vapores que pasan al segundo por otro tubo de sumersion, semejante al primero, y de alli al tercero, etc.

Saliendo los vapores del último huevo, se conducen por un tubo al primer serpentin sumergido en el vino, y de este á otro serpentin inferior sumergido en agua. Asi se llega á obtener por una sola hornada alcohol á á 36 grados del areómetro de Beaumé.

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y

La grande ventaja de este aparato consiste: 19 en calentar con el vapor una masa muy grande de vino contenida en los vasos contiguos á la caldera, que solo está espuesta á la accion directa del calor; 2o en aprovechar todo el calórico haciéndole calentar el vino contenido en la cuba que encierra el primer serpentin, despues de haber calentado todo el que hay en los huevos. Por este medio condensa los vapores por medio del vino, en vez del agua que se empleaba ántes; y este vino caliente, sirve para llenar la caldera en una hornada subsiguiente, despues de haber quitado los resíduos lo que economiza tiempo y combustible.

Este aparato fué desde el principio adoptado por todos los destiladores del medio dia de la Francia, mas no tardaron en conocer sus defectos, y fué abandonado por todos los que supieron apreciarlos. Advirtieron que la enorme presion que ejercian los vapores en las paredes de la caldera, tanto mayor cuanto mayor era el número de huevos, obligaba á emplear en su construccion cobre muy grueso, y que á pesar de esta precaucion, se veia hacia el fin del procedimiento conmoverse el aparato, abrirse las soldaduras, y que estaban amenazados por un funesto accidente (*).

De cualquier modo, no es ménos cierto que á Eduardo Adam debemos la feliz revolucion que se ha verifi

de

(*) Estas son las espresiones que usa M. C. Berard, químico distinguido de Montpellier en su relacion, como esperto, en el famoso proceso los hermanos Adam, pág. 18.

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cado en el arte de destilador, y que ha hecho un servicio interesante al de fabricar económica y aceleradamente los aguardientes, por la aplicacion de un aparato inventado por J. Rodulfo Glaubert (*), la cual se apropió Woulf. Ciertamente Adam no habia leido la obra del químico aleman; pero conocia el aparato ingles y no puede disputársele el mérito de haber hecho de él una aplicacion feliz.

Poco tiempo despues fué disputada la gloria á Adam de este invento por Lorenzo Solimani profesor de Fisica y de Química en la escuela central del departamento de Gard, que pretendió ser él quien habia dado la idea á Adam, No entrarémos en esta discusion agena de nuestro objeto, y nos limitarémos á hablar del ingenioso aparato ideado por Solimani, que se hizo agraciar con privilegio de invencion, al cual considerarémos como el tipo de todos los aparatos que fundados sobre distintos principios que los de Adam, han sido inventados para obtener en una sola hornada el alcohol á los grados de espirituosidad que se desea.

El célebre Lavoisier habia probado que el alcohol entra en ebullicion á una temperatura de 60° Reaumur proximamente, segun su mayor ó menor pureza, cuando el agua solo llega á 80° de la misma escala. Solimani fué el primero que concibió que si al salir del pico del alambique, podia obligar á los vapores del vino en ebullicion, á recorrer lentamente y elevándose un espacio tortuoso metido en una atmósfera de 60 á 70° de temperatura, segun el grado de espirituosidad que se quisiera obtener, en este largo camino los vapores, que son una mezcla de agua y de alcohol,

(*) Descriptio Artes destillatoriæ nova. Edicion de Amsterdam, por Juan Jausen, 1651.

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