Imágenes de páginas
PDF
EPUB

.

comprometer la existencia de esta preciosa fábrica, que es para la Francia una conquista nacional.

Un mismo óxido puede combinarse con un mismo ácido en diferentes proporciones, y constituir diversas sales que los químicos distinguen con las denominaciones de sub-sales, sales propiamente dichas, y sobresales. Pocos óxidos son empero, susceptibles de estos tres grados de combinaciones. El protóxido de plomo solo ofrece dos con el ácido acético: á saber, el acetato neutro, ó sal de saturno ordinaria, y el subacetato conocido antiguamente por los farmacéuticos con el nombre de estracto de saturno; y lo que mas notable tiene esta sub-sal, es su estrema solubilidad lo que no sucede comunmente en esta clase de combinaciones pero una propiedad que les es comun y posee igualmente el sub-acetato de plomo, es que las últimas porciones de óxido, las que cambian la sal neutra en sub-sal, son ménos atraidas por el ácido que las otras, y es mucho mas fácil por consiguiente eliminarlas de su combinacion que las primeras; asi es, que un agente que no seria bastante enérgico para arrebatar el óxido de la sal neutra, podria con todo apoderarse muy bien en la segunda dósis, de óxido que constituye la sub-sal y formar una combinacion aparte. Esta propiedad es la que han aprovechado tan felizmente Brechoz y Leseur, y forma la base de su procedimiento, el cual consiste en tomar un sub-acetato de plomo, y hacer pasar en la disolucion una corriente de gas ácido-carbónico, que precipita al estado de sub-carbonato el óxido de plomo añadido al acetato neutro, y que alli se detiene. He aqui como puede ejecutarse esta operacion.

El acetato neutro de plomo, que contiene en 100 partes

26 de ácido,

58 de óxido,

16 de agua,

exije para pasar al estado de sub-acetato, otras dos proporciones de óxido, es decir, que 100 partes de esta sal son susceptibles de disolver 116 partes de óxido de plomo, y no es de ningun modo preciso, para determinar esta combinacion, el recurrir á la accion del calórico, pues se obra perfectamente en frio. Es claro que cuando se trata de fabricar el albayalde, es inútil emplear el acetato de plomo cristalizado; se hace directamente el sub-acetato, tomando litargirio y ácido acético piroleñoso. Esta preparacion se ejecuta con facilidad por la simple trituracion, y en frio en vasos convenientes; pero debe cuidarse de poner un esceso de litargirio para asegurarse de conseguir la sobre saturacion que conviene. De consiguiente, 65 kilógramos de ácido piroleñoso á 40 ácido métricos ó á 8° del areómetro ordinario, exijen para el acetato neutro 58 kilógramos de litargirio. De aqui se sigue, conforme á lo que acabamos de decir, que será menester por lo ménos 174 kilógramos de litargirio para obtener subacetato con esta misma dósis de ácido. Se dilata por lo comun en 15 á 20 partes de agua, que se echa en parte ántes y en parte despues de la disolucion. Se deja reposar, se vuelve á tratar el resíduo por un nuevo ácido á fin de despojarle de toda materia soluble, y queda como de 0,01 á 0,15 que el ácido no ataca y está compuesto de plomo, hierro, cobre, algunas partes terrosas, y plata en proporcion de unos 4 á 6 milésimos.

Cuando se ha aclarado la disolucion, se decanta en grandes tinas cubiertas, muy estensas en superficie y

poco profundas, á las cuales se conduce el ácido carbónico con mucha lentitud y por un gran número de tubos, para multiplicar cuanto sea posible las superficies de contacto. Este ácido puede producirse de varios modos, segun el caso, ó bien por la combustion del carbon, como se hace en Clichy, ó por la descomposicion de un carbonato por medio de un ácido; pero en ambos casos es muy esencial que el gas carbónico no contenga ninguna porcion de hidrógeno sulfurado. Es pues indispensable lavar el gas, y tambien para mayor seguridad añadir en el agua del lavado, un poco de acetato de plomo para estar cierto de que se separan las mas pequeñas partes de hidrógeno sulfurado.

El ácido carbónico, cuyos puntos de contacto deben multiplicarse al infinito para favorecer su accion, determina la precipitacion de toda la segunda porcion de óxido que constituye el sub-carbonato, y aun pasa de este término, porque la disolucion, en lugar de ser neutra se hace ligeramente ácida. Terminada la precipitacion, se pasa el todo á una tina poco profunda y se deja en reposo durante algunas horas, decantando luego el líquido para combinarle de nuevo con el litargirio. El depósito se lava primero con una corta cantidad de agua, que se reune con el primer licor; despues se continuan los lavados hasta que el agua no arrastre nada mas y salga perfectamente sin color: solo entonces es cuando el carbonato de plomo debe ponerse á escurrir para amoldarle despues en las vasijas. Sin embargo, suele suceder algunas veces que no se lleven los lavados hasta este esceso, porque se pida en el comercio para complacer á algunos consumidores, que el albayalde tenga un ligero tinte azulado. El co

[ocr errors]

bre contenido en los litargirios, y que se disuelve en el vinagre al mismo tiempo á ellos, produce este efecto si se cuida de no lavarlo completamente. Rara vez se entrega al comercio el albayalde tal como se obtiene en esta operacion; no es su color lo que mas se bussino que se quiere por lo comun, que tenga un tinte azulado ó gris y no un color de leche bajo. Este segundo color se consigue facilmente añadiendo un poco de negro ordinario, pero la mezcla debe hacerse con mucha exactitud para que el tinte sea bien uniforme. Cuando se han hecho todas estas preparaciones no queda mas que amoldar el albayalde en pequeños panes cónicos, sin otro objeto que el de imitar la forma que los holandeses dan siempre á este producto. Esta operacion consiste en poner el albayalde bien escurrido y porcion por porcion en vasos de tierra sin barniz, apretándola todo lo posible, y luego se trasladan estos vasos asi llenos, á unas estufas donde permanecen hasta que los panes hayan sufrido, por la pérdida de su humedad, una concentracion bastante considerable para desprenderse por si mismos; finalmente, se envuelven en un papel azul bajo, que da al color un reflejo mas agradable, pero ántes deben haberse vaciado en unas tablillas para que esperimenten el último grado de desecacion.

En todo este trabajo nada es mas perjudicial á los operarios que el embase de que acabamos de hablar, sin que hasta ahora hayan sido bastantes todas las precausiones que se han tomado para remediar este grave inconveniente. Ni los baños crasos aconsejados por Dall'armi, ni los guantes que se obligó á tomar á los trabajadores, nada ha servido para preservarles de todos los accidentes que ocasionan las preparaciones de plo

mo, y no se ha hallado otro medio mejor que el renovar los operarios cada quince dias. Que en el principio de esta fabricacion haya sido preciso imitar la forma dada por los holandeses para conseguir mejor el medio de vencer la preocupacion general, esto se concibe; pero ahora que se ha sabido apreciar este nuevo procedimiento, no podria desecarse sencillamenté el albayalde en pequeñas masas, y evitar con esto una manipulacion peligrosa que obliga á manejar cada vasija para apilar el albayalde y hacerle compacto? Podria tal vez lograrse el mismo objeto sirviéndose de pequeños sacos cónicos, que una vez llenos se suspendiesen de unos travesaños; el peso de la materia y la porosidad del tejido contribuirian eficazmente á una pronta desecacion.

Dijimos que el licor donde se habia hecho la precipitacion del sub-carbonato, se trataba despues por una nueva porcion de litargirio para reproducir de nuevo sub-carbonato de plomo, destinado á precipitarse del mismo modo por el ácido carbónico. Debemos añadir que esta manipulacion puede reiterarse indefinidamente, pero que la fuerza disolvente del licor va siempre disminuyendo de tal modo, que sería necesario reducir cada vez la cantidad de litargirio, ó bien, como efectivamente se practica, añadir una dósis de vinagre capaz de restablecer las cosas en el estado primitivo. Lo que da lugar á esta pérdida, que es bastante considerable, es por una parte lo que las últimas aguas de los lavados, que son demasiado débiles para aprovecharse, pueden arrastrar consigo, y despues, un sub-acetato de plomo que contiene aun mas óxido que el de que hemos hecho mencion y que es casi insoluble: asi es, que acompaña el alba

« AnteriorContinuar »