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yalde en su precipitacion y no puede sustraérsele sino por lavados reiterados.

Despues de haber dado á conocer los diferentes procedimientos usados en la fabricacion del albayalde, nos quedan que hacer algunas observaciones sobre las ca lidades comparativas de estos productos. Mucho tiempo se ha objetado, y se objeta todavia al albayalde de Clichy el no cubrir tanto como el que está fabricado por el método holandes. Se pretende que las molécu las de este último son mas unidas, y que el color que dan tiene mucho mas mate, mientras que el obtenido por precipitacion está en partículas mas flexibles, mas ligeras y casi trasparentes, de modo que es menester un número mayor de capas para que produzca el mismo efecto. Estas objecciones son en algun modo fundadas, pero puede decirse en verdad, que diariamente va desapareciendo esta desigualdad, y que todo induce á creer que de aqui á poco tiempo no se notará diferencia alguna. Por desgracia hay mas de una dificultad que vencer para llegar á este fin, porque estan interesados una porcion de hombres en exagerar los defectos del albayalde de Clichy, para sacar de él mayor beneficio hablamos de ciertos mercadercs poco delicados, que aseguran diariamente á los consumidores, que este albayalde es de mala calidad y dista mucho del mérito que tiene el de Holanda, con la culpable intencion de vender el albayalde de Clichy á un precio mas subido, haciéndole pasar por albayalde holandes.

Para comparar dos calidades de albayalde es menester atender á una condicion que los pintores descuidan algunas veces en sus pruebas; estos preparan dos cantidades de color y le estienden sobre superficies iguales para juzgar del que las cubre mejor; pero es menester

que comparen tambien el peso del albayalde empleado porque si uno es mas ligero que otro, y estan en relacion con el volúmen, incurrirán en error; se trata de ver si en igualdad de peso obtendrán resultados semejantes.

Generalmente se cree que las diferencias que se observan entre el albayalde de Clichy y los demas, dependen solo de las circunstancias en que este producto se forma. No hay duda que influyen en ello singularmente, y que esta mayor agregacion depende en parte del tiempo mas largo que la combinacion emplea en efectuarse (*); pero juzgamos ademas, que no estan reunidos los elementos en igual proporcion. Hemos ensayado comparativamente el blanco de Krems y el subcarbonato por precipitacion, y este último ha dado una cantidad de ácido carbónico mucho mas considerable que el otro. R.

ALBAYALDE calcinado (Artes químicas). Protóxido de plomo amarillo, formado de 100 partes de este metal y de 7, 7 de oxígeno. Es el único óxido de plomo susceptible de combinarse con los ácidos y formar sales; y no difiere del LITARGIRIO (V. esta palabra), sino en que éste, combinándose igualmente bien con los ácidos ha esperimentado una semi-vitrificacion. Podria pues obtenerse el protóxido amarillo de plomo separándole de las sales de este metal por los álcalis cáusticos: pero el procedimiento mas usado en las Artes para preparar el albayalde calcinado consiste en convertir directamente el plomo en este óxido, por el contacto simultáneo del aire y del calórico.

(*) Se ha observado que cuanto mas frio está el ácido carbónico en sir paso al traves de la disolucion de sub-acetato, mas densidad adquiere el precipitado.

Para la preparacion de este protóxido se sirven de un grande horno de reverbero, cuya área es ligeramente cóncava hasta su centro y los bordes casi planos; en ella se coloca el plomo, que se conserva en fusion por la accion de un hornillo situado debajo de la área. Cuando la superficie del metal esperimenta un principio de oxidacion, se convierte en una película que se aparta hácia los bordes por medio de una paleta; sucesivamente se van formando otras películas, con las cuales se hace lo mismo hasta que la totalidad del plomo se haya reducido á películas. Entónces se aumenta la viveza del fuego hasta el rojo oscuro, para acabar la oxidacion de las películas, y llevarlas, á lo ménos la mayor parte, al estado de protóxido amarillo. Cuando la materia ha adquirido este color, se deja caer sobre el suelo del taller, y se enfria regándola con agua; pero como aun contiene cierta cantidad de plomo metálico escapado de la oxidacion, y que es menester separar con cuidado de la porcion oxidada, se tritura la materia, y luego se agita en tone les llenos de agua. El plomo metálico, se deposita en razon de su pesadez, mientras que el protóxido queda en suspension en el agua, que se decanta con prontitud. Para dividir mejor el protóxido ó albayalde calcinado, y hacerle mas propio á los usos á que se destina, se machaca bajo la muela con agua, se deslie despues en este líquido y 'se. deja reposar. Debe reducirse especialmente este protóxido al mayor estado de tenuidad, cuando se] tiene por objeto el convertirle en deutóxido. (V. el artículo MINIO).

En otro tiempo se hacía mucho uso del albayalde calcinado para la pintura al oleo, especialmente para pintar de amarillo las carrozas: en el dia se le susti

tuye ventajosamente el cromato de plomo, cuyo color es mas vivo, mas intenso y su matriz mas variada.

Existe un mineral de plomo al que los mineralogistas han llamado albayalde calcinado porque su color se acerca al del protóxido artificial. Este mineral es amarillo, y ordinariamente de forma pulverulenta; pero parece ser un carbonato de plomo nativo, mas bien que un óxido de este metal. L*****r.

ALBÉRCHIGO (Agricultura). Árbol originario de Pérsia, cuyos frutos suculentos y deliciosos ocupan el primer lugar en los platos de postres. Este árbol es objeto de un cultivo y comercio bastante estenso. En los paises meridionales se abandona el albérchigo á sí mismo, limitándose á hacer algunas labores al pie de este árbol, y á quitar las ramas muertas; pero en el cilma de Paris, y demas semejantes, es menester abrigarle y cortarle para obtener frutos hermosos. Los jardineros de Montreuil son famosos por su habilidad en vencer los obstáculos del clima y prolongar la vida de este árbol.

Se distinguen una multitud de variedades de albérchigos, segun su carne es fuerte ó blanda, y su piel lisa ó velluda. (V. el Diccionario de Agricultura). El albérchigo quiere una tierra seca y ligera. Se planta el hueso en su madurez, y no tarda en brotar vástagos mas ó ménos vigorosos, que se deben engertar despues próximo á tierra. Se prefiere en general engertar en escudete las buenas especies de albérchigos con almendros ó ciruelos, estendiéndoles en espaldera sobre las paredes de los huertos ó jardines, disponiendo sus dos principales ramas en forma de V. No repetirémos aqui lo que se dirá en las palabras ESPALDERA, DESPAMPANA-.. DURA, ENTRETEJIMIENTO, y solamente debemos observar

que los botones ó brotes del albérchigo, se pronuncian muy rara vez en los troncos viejos, y que una rama muerta ó mal cortada es un inconveniente irreparable. Por esta razon exije este árbol una grande habilidad de parte del jardinero, y su direccion es muy difícil. Un albérchigo bien gobernado, en buen suelo y en esposicion conveniente debe cubrir una pared de 30 pies lo menos de longitud, desde la tierra hasta la altura de 7 á 9 pies, tener el centro bien guarnecido, y sus dos ramas madres en un justo equilibrio. Vive treinta, cuarenta y mas años, y la esposicion al levante se reputa mejor, que las de medio día y poniente.

Los albérchigos se comen crudos ó en compota; fermentándolos, se estrae de ellos aguardiente, y sus flores dan un jarabe purgante. Se conservan tambien los albérchigos en mermelada ó en aguardiente, ó secándolos al horno ó al sol. El aceite que se saca de la simiente podria emplearse en los mismos usos que el de las almendras. La madera es una de las mas hermosas entre la de los árboles indígenos, para la ebanistería; su grano es fino, adquiere un pulimento hermoso sobre un fondo oscuro que tira á rojo, ó sobre claro. Cuando está seco pesa 52 libras, 422 por pie cúbico, ó 7,4863 hectógramos por decímetro cúbico. FR.

ALBUMINA. La albumina es un producto inmediato que está esparcio en grande abundancia en la economía animal, y forma la base esencial de muchos líquidos animales, tales por ejemplo, como la clara de huevo, la serosidad de la sangre, el quilo, la sinovia, etc. Como esta sustancia no constituye el objeto especial de ninguna fabricacion, sino que solo es de alguna utilidad en ciertas artes, tendremos que decir aqui muy poco respecto de ella, y no citarémos de todas las

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