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porque no hay duda en que el aire atmosférico comprime con igua! fuerza las láminas de agua situadas en los dos orificios; pero el peso contenido en el brazo largo, no estando sostenido, cae y produce un vacío en lo alto del tubo; este vacío se llena de nuevo por el agua del vaso que se precipita en virtud de la desigualdad de la presion, y continua el movimiento. La velocidad del desagüe ó efusion, resulta del principio siguiente.

X. Cuando un receptáculo contiene agua, y se abre una salida á este líquido, bien sea por un agujero practicado en la pared, ó por un tubo de desagüe, la velocidad del líquido que sale, es precisamente la misma que la de un cuerpo que cae de una altura igual á la diferencia de nivel entre el orificio de salida y la superficie del agua en el receptáculo. Se puede pues deducir la fuerza del choque del líquido á su salida y la cantidad corrida en un tiempo dado. (V. CAIDA). Pero es menester no olvidar que este efecto no se verifica sino teoricamente, porque la resistencia del aire, el rozamiento contra las paredes del vaso, la forma que afecta el chorro á su salida, los movimientos tumultuosos del agua en el receptáculo, todo contribuye á alterar mas ó ménos la exactitud del teorema. Al tratar de los CAÑUTOS, del GASTO de un receptáculo, del DERRAMAMIENTO de los líquidos, etc., examinaremos sus verdaderos efectos y enseñaremos los medios de medirlos.

Las CLEPSIDRAS Ó relojes de agua, las AMPOLLETAS de que usan los marinos, etc., estan igualmente construidas sobre este principio.

XI. Reducida el agua á vapor, al volver al estado líquido, da lugar á efectos cuya enumeracion puede ser útil en este artículo: no solamente penetra esta

agua invisiblemente en los poros de todos los cuerpos, donde se fija de un modo muchas veces imposible de destruir, lo que constituye su estado higrométrico, sino que en ciertas circunstancias, este vapor se deposita tambien en la superficie de los cuerpos que humedece y algunas veces disuelve ó altera. El rocío es un efecto de esta especie, debido á la precipitacion del agua sobre las plantas enfriadas por circunstancias particulares (V. CALOR radiante); fenómeno benéfico que vigoriza las plantas en los tiempos cálidos, y funesto algunas veces á la vegetacion, cuyos primeros brotes detiene ó destruye en la época en que el rocío está sujeto á helarse. La cantidad de calórico que queda en libertad por la conversion del vapor en agua, ó por la solidificacion de este líquido en hielo, es tambien un fenómeno digno de tomarse en consideracion. Apénas hay circunstancia alguna de la vida, ni operacion alguna en las Artes, que no esté interesada en este órden de hechos físicos; pero como esta materia se trata estensamente en las palabras ATMÓSFERA, CALÓRICO, HIGRÓMETRO, VAPORES, y en otros diversos lugares de nuestro Diccionario, creemos supérfluo insistir mas sobre ella en el artículo presente.

XII. Los efectos de la capilaridad (v. CAPILAR (ACCION) son tambien de aquellos cuya importancia y perseverante actividad debe preveerse y estudiarse sin cesar, en la aplicacion de la Física á las Artes. El agua líquida embebe todos los cuerpos, penetra en todos los canales estrechos que surcan su masa, y adhiere á ellos con una fuerza de que no puede formarse idea por los efectos que produce, y cuyo conjunto detallarémos en la palabra ACCION CAPILAR. Nos ceñirémos aqui á citar un hecho que podrá dar á conocer la im

portancia de esta fuerza en los fenómenos naturales. De los esperimentos de Gay-Lussac se sigue, que cuando se presenta al agua el orificio de un tubo de vidrio cuya seccion transversal interior tiene un milímetro de radio, la fuerza capilar obliga á subir en él al líquido hasta 30,0956 milímetros, cuando la temperatura es de 84. Es sabido ademas, que la naturaleza de la sustancia del tubo es indiferente á esta accion, que seria la misma en cualquier otra materia; este efecto está en razon inversa de los diámetros, de suerte que en un tubo que fuese la mitad ménos ancho, la ascension del agua seria doble. De aqui resulta, que en aquellos canales cuyos rádios son ciento y mas veces menores, porque los hay indudablemente mucho menores todavia en las sustancias de que hacemos uso, el agua debe elevarse á la altura de 30 metros. Es preciso por consiguiente, considerar los tubos practicados por la naturaleza en lo interior de los vejetales, como otros tantos canales que atraen las aguas embebidas en la tierra, sometiéndolas á la accion vital de los órganos, resolviéndolas en vapores en la atmósfera, etc. Cuando se quiere estraer de un cuerpo el agua adherida á él por la accion capilar, la fuerza desarrollada por el calórico, el vacío ó las afinidades, son los únicos medios bastante poderosos para conseguirlo. De aqui el uso de los enJugadores, ESTUFAS, etc.

XIII. Uno de los mas interesantes efectos de la vuelta del vapor acuoso al estado líquido, es la lluvia, que en ciertas circunstancias, se convierte en niebla, nieve, escarcha ó granizo, segun las predisposiciones de la atmósfera. Las aguas esparcidas abundantemente en la superficie de la tierra, penetradas por el calórico, se transforman en vapores, que siendo mas lige

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ros que el aire ambiente, se elevan invisiblemente, á ménos que un frio repentino no los condense desde luego. Cuando estos vapores han llegado á las altas regiones de la atmósfera, por lo comun mas secas y frias que las inferiores, ó se dilatan disipándose luego, 6 se enfrian hasta condensarse. De aqui provienen las nubes, las lluvias y demas fenómenos. Esos torrentes de vapores elevados hasta las mas altas montañas entretienen alli una humedad perpétua, alimentan los ventisqueros y las nieves que cubren sus cimas, ó se juntan en arroyos que dan orígen á los rios, cuya existencia es necesaria á toda la naturaleza. De modo, que la EVAPORACION natural es una de las potencias mas activas para mantener la vida de las plantas y de los animales, y para reducir sin cesar la superficie del globo al estado en que la vemos, y en el cual es habitable. La cantidad de agua llovida del cielo anualmente en un lugar determinado, varía segun la localidad. En Paris, por ejemplo, la cantidad media en seis años, ha dado 55,348 centímetros, ó 20, 45 pulgadas para la altura anual de este líquido, suponiéndole recibido y preservado de toda evaporacion.

Terminarémos esta recapitulacion considerando el agua como fuerza motriz.

El agua obra por presion, ó por el choque que imprime, segun se halle en reposo ó en movimiento; de estos efectos hablarémos circunstanciadamente en el artículo de las RUEDAS HIDRÁULICAS, é indicarémos los medios de calcular su potencia dinámica, á fin de poder medir la cantidad de trabajo producida en un tiempo dado, bien sea en un molino harinero, en una serrería, en las máquinas para estraer aceite, etc. En este lugar nos limitarémos á recapitular algunas proposi

ciones fundamentales, relativas á las ruedas de álabes y de cubillos, suponiendo conocida la masa de agua en movimiento, su altura de caida ó su presion, su ve¬ locidad, etc., cuyos datos debemos determinar de antemano para cada localidad. De consiguiente, despues de haber indicado los medios esperimentales propios para dar á conocer las condiciones determinantes de la fuerza motriz del agua, darémos una esposicion suscinta de los principios de composicion de las dos ruedas de que se trata, refiriéndonos á mayores detalles en el artículo de las RUEDAS HIDRÁULICAS.

Imaginese una seccion transversal practicada en el lecho de la corriente de agua, y supongamos primero que la velocidad del líquido sea constante en toda esta superficie: debe sondearse en varios lugares para poder dibujar el perfil de esta seccion del canal. Se evalua su superficie geométrica, y despues de haber hallado la velocidad de la corriente en un segundo, por los procedimientos que vamos á esponer, se multiplica esta velocidad por el área de la seccion ó perfil; el producto será el volúmen de agua que ha corrido en este tiempo, pues que este volúmen forma un prisma, cuya base es la seccion, y la altura el espacio que corre el agua en un segundo.

Pero lo mas comun es que el líquido tenga velocidades muy diferentes en las diversas profundidades del canal. La velocidad es ordinariamente mayor á flor de agua y en el medio del lecho, y casi nula en el fondo y hácia la orilla; pero esto varía mucho segun las localidades, sobre todo cuando la direccion del canal hace un recodo que lleva la fuerza de la corriente hácia la orilla cuya curvatura es mas estensa. Entónces se divide la seccion perfilada por verticales, en

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