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por el enfriamento: sin embargo cuando estos dos metales se combinan en la relacion de 1 de plata y 500 de acero resulta una aleacion muy idéntica y superior al mejor acero de la India. Este resultado es demasiado notable para que se deje de procurar confirmarlo con esperimentos en grande.

Los mismos autores hablan tambien de una aleacion obtenida por fusion con partes iguales de acero y de platina, con la propiedad de adquirir el mas hermoso pulimento sin que sea susceptible de empañarse por la accion del aire. El color de esta aleacion es el mas bello y ventajoso que se puede desear para la confeccion de los espejos; el rodio combinado con el acero en la proporcion de uno á dos por ciento, produce una aleacion de escesiva dureza y tenacidad. (Anales de Química y Física, octubre de 1820).

En Francia, M. Bertier, profesor de la escuela real de minas ha obtenido aleaciones de cromo y acero en las proporciones de 0,010, á 0,015 del primero. Estas dos aleaciones eran sobre todo notables por la facilidad con que podian trabajarse, y por el hermoso adamascado argentino que tomaban, limpiándolas con el ácido sulfúrico.

M. Boussingault, alumno minador de la escuela de Saint-Etienne, ha hecho una serie de esperimentos, de los que resultaria que la sílice es una parte constituyente y mas esencial á la existencia del acero que el mismo carbon. Este ingeniero ha repetido con sumo cuidado los esperimentos de Clouet sobre la transformacion del hierro en acero por medio de una mezcla de arcilla y de carbonato calcáreo, y ha visto que el resultado era el mismo, sustituyendo la cal pura á su carbonato, , y que en ambos casos el acero resultante no

contenia ninguna porcion apreciable de carbon, pero si de sílice. M. Boussingault se ha asegurado igualmente de que el hierro durante la cementacion, se apoderaba de una porcion de la sílice contenida en el carbon. Si, como todo conduce á creerlo, los hechos son exactos, merecen por todos títulos fijar nuestra atencion. (Anales de Química y Física, enero de 1821).

No hemos hablado en este artículo de las aleaciones de mercurio, porque tratarémos mas especialmente de ellas en la palabra AMALGAMA. R.

ALERCE (Agricultura). Especie de árbol resinoso de la familia de los coníferas (Larix ), que se asemeja en su presencia y usos á los pinos y abetos, pero que de todos los árboles de esta familia es el único que pierde y renueva anualmente sus hojas. El tronco se lanza y eleva hasta mas de cien pies de altura, con un diámetro en su base de 3 á 4 pies. Las ramas son horizontales, delgadas y pendientes, y llevan hojas finas en forma de aguja, dispuestas en hacecillos, lo que da al árbol un aspecto particular de que se aprovechan ventajosamente los que le poseen en jardines de recreo: sus pequeños conos de color de violeta, parecen fresas pegadas á las ramas. El alerce es uno de los árboles mas comunes en las selvas de las altas montañas y regiones boreales de Europa y del Asia. No puede vivir en los paises cálidos; no se ven en Inglaterra ni en los Pirineos, pero es muy abundante en los Alpes, en Alemania, en Rusia, etc.

La madera de alerce es blanca, amarilla ó rojiza, y tiene mucho aprecio porque es incorruptible. Esta árbol es el mas derecho, el mas alto y ligero de todos. En las construcciones se emplea con preferencia, en atencion á lo poco que pesa, sobre las paredes que han

de soportarle; por esto se paga mas caro que el roble de la misma dimension. El alerce se conserva muy bien en el agua, y Miller asegura haber encontrado un navio sumergido hacia mas de mil años, que se conservaba aun perfectamente; estaba construido de madera de alerce X de cipres. Rara vez se emplea en la arboladura de los buques.

Segun espresion de Malesherbes, el alerce es intolerante; no sufre que crezcan cerca de él otros grandes vegetales, y en su juventud los árboles y yerbas crecidas le constriñen y ahogan: no crece sino aislado ó con los individuos de su especie, por lo que las semillas de sus conos que el viento esparce por todos lados, rara vez prenden, á ménos que no se propaguen junto á otros alerces. La madera de este gigante de los bosques y montañas, es mucho mas densa que la del abeto, y su pie cúbico pesa 52 lib. 5156 (muy cerca de tres cuartos de kilógramo por decímetro cúbico),

El alerce es escelente para el maderage, carpintería de obra prima, tubos de conduccion, etc., pero no lo es para obras de tornería porque su resina engrasa los útiles y les impide el cortar. Mas esta resina que tapa sus poros, hace ménos atacable la madera á los gusanos y á la humedad, y la conserva. La corteza es astringente, y se emplea en las tenerías, aunque da á los cueros un color desagradable. Tambien se sirven de ella para cubrir las casas en lugar de paja, porque es ligera é inalterable: con este motivo los que habitan cerca de las selvas donde crece el alerce, causan frecuentemente la muerte de estos árboles, despojándoles de su corteza, de que cubren sus techos, especie de fraude muy perjudicial.

Los conos del alerce se recogen en noviembre y di

ciembre, conservándose hasta la primavera. El calor del sol ó del fuego hace cubrir sus conchas, y se estraen de ella las semillas para sembrarlas en parages abrigados de la accion del sol; prefiere la esposicion al norte y una tierra muy ligera. Se escarda la planta, y se limpia; en la primavera siguiente á la vuelta de la savia se cortan estas plantas á la parte del norte dejando 6 pulgadas de intérvalo entre los pies; y á los dos años se vuelven á cortar á 2 pies de distancia. Se puede tambien escamondar, pero debe cuidarse mucho el renuevo principal, que permite crecer el árbol.

Se ve trasudar en la corteza del alerce un zumo insípido que se coagula en pequeños granos blancos, que se absorven muy pronto por la accion solar: estos granos son una sustancia purgante conocida con el nombre de maná de Brianson, porque se recoge mas principalmente en las inmediaciones de aquella ciudad. Este maná es un producto débil, la miel de las abejas que se alimentan de él es de inferior calidad, porque contrae un sabor y algunas propiedades que se resienten de su orígen.

La goma reside en el centro de los troncos, que es menester hendir para estraerla. En las Artes tiene el mismo uso que la goma arábiga.

La resina del alerce es limpia, viscosa, amarillenta y 'aromática. En el comercio se conoce con el nombre de trementina de Venecia. Al pie del árbol se hace un entalle con una hacha, ó unos agujeros con taladro, y por estas heridas corre la resina á unos cubillos de madera dispuestos convenientemente, de los cuales se saca cada dos ó tres dias. En mayo y octubre se hace esta cosecha, cuya cantidad es proporcionada á la intensidad del calor del dia. Se pasa por un tamiz la

TREMENTINA cuando está súcia por contener algunas impurezas (V. esta palabra). Cuando deja de correr el jugo, se refresca la llaga, y un árbol puede suministrar de 7 á 8 libras de resina cada año durante 40 ó 50 años; pero al mismo tiempo se disminuye en mucho la calidad de su madera; asi es, que no se hacen estas sangrias sino en árboles situados en lugares escarpados cuya esplotacion seria demasiado difícil y costosa. FR.

ALESNAS (FABRICANTE DE) (Tecnológia). Tal es el nombre que se da al fabricante de alesnas ó lesnas, esto es, de unos instrumentos punzantes, cuyo corte tiene la figura de un rombo, y que sirven para agujerear el cuero con el objeto de coserle. Unas son rectas, y otras mas ó ménos curvas, segun la clase de trabajo á que se destinan. Las alesnas estan metidas en un pedazo de madera labrada que les sirve de mango.

Las primeras alesnas que se hicieron no tenian la forma con que en el dia las conocemos, y eran solo unos simples punzones cónicos que abrian en el cuero un agujero redondo. Poco tardó en observarse que esta forma no era buena, porque el agujero no se llenaba mas que la mitad con los dos hilos que se empleaban simultaneamente para coser el cuero; y en efecto el corte de estos dos hilos puede considerarse como dos círculos que se tocan y están rodeados por un tercer círculo tangente á ambos, en los dos estremos opuestos de su diámetro, y luego se demuestra geométricamente que los dos círculos inscritos no tienen exactamente en su superficie mas que la mitad de la del grande círculo que los contiene. Este vacío disminuia en mucho la solidez de la costura y era desagradable á la vista.

Imaginaron el allanar el punzon cónico, dándole

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