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áreas, en cada una de las cuales se considerará la velocidad del agua como constante. Conocida la cantidad corrida por cada una, la suma dará visiblemente la corriente total.

Vemos pues, que el objeto principal de la investigacion, es la velocidad del agua en un lugar determinado del lecho. Muchos medios se han propuesto para llegar á este conocimiento, consistiendo el mas sencillo en arrojar al agua un cuerpo ligero que sobrenade en ella, y sea arrastrado por la corriente. Para evitar el efecto de la resistencia del aire ó la accion del viento, se toma por flotador una bolilla de cera que se enlastra para que se introduzca completamente en el agua. El observador tiene en la mano una ampolleta, ó mejor todavía un reloj de segundos y sigue la marcha del flotador; despues mide el espacio corrido en un tiempo determinado, y dividiendo este espacio por el número de segundos pasados, tendrá por cociente el espacio corrido en un segundo. Se toman los de esta cantidad por la velocidad media en toda la altura.

Esta prueba debe repetirse muchas veces para verificar el resultado, y despues se toma un medio entre las diversas velocidades asi obtenidas, las cuales deben diferir poco entre sí. Este término medio tomado en diferentes dias y en tiempos de calma, es exacto é independiente de circunstancias accidentales. El esperimento debe hacerse tambien en distintos lugares de la superficie del nivel, para reconocer si hay aguas estancadas, remolinos, ó estaciones de mayores velocidades. Es preciso cuidar de no causar en el agua movimientos estraños á su marcha natural, para no modificar los resultados, y para ello debe evitarse el seguir el flotador con una lancha, etc.

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De Parcieux ha imaginado una maquinilla muy cómoda para medir la velocidad del agua; es una especie de rueda de álabes muy ligera, cuyo eje de rotacion está montado sobre unos tejos que le hacen sumamente móvil. Se sumergen los álabes inferiores en el líquido, y el agua hace girar la rueda con una velocidad medida por un CONTADOR, cuya comunicacion con la rueda está establecida por un rodage. Estas piezas son tan ligeras, y tan suaves los rozamientos, que puede esta rueda considerarse como que no está sensiblemente retardada en sus movimientos por ninguna de estas circuntancias. Asi es, que el número de vueltas de la rueda en un tiempo dado, da á conocer la velocidad de la corriente.

En la palabra Derramamiento damos á conocer el uso del tubo de Pitot, y en las palabras GUÍNDOLA Y AMPOLLETA un modo de determinar la velocidad de un buque, cuyo procedimiento es tambien aplicable á la investigacion que nos ocupa. En un lugar fijo, se echa al agua un pedazo de madera enlastrado retenido por un sedal, ó bramante enroscado en un molinillo. Este cuerpo arrastrado por la velocidad del líquido se aleja, y debe tenerse cuidado en no retardar su marcha, ayudando al contrario el desarrollo del sedal. En esta cuerda deben haberse hecho, á ciertas distancias iguales, algunas señales ya convenidas llamadas nudos, y cuando se ha contado bien cuantos de estos han pasado en un minuto, la division de esta longitud por 60, dará los que corresponde á cada segundo.

En el artículo DINAMÓMETRO, hay un método propuesto por Regnier, para evaluar la fuerza de presion de una corriente en una superficie dada. Este procedimiento es tanto mejor, en cuanto sirve para hallar las

TOMO II.

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presiones á diferentes profundidades, probando la esperiencia que varían segun ellas.

La mayor parte del tiempo, el agua, cuya velocidad se busca, no es bastante abundante para que sea necesario recurrir á los procedimientos que hemos enumerado, pudiendo no ser mas que un hilo de agua, un arroyuelo, una caida evacuándose de un tubo, ó el producto de un pequeño desagüe. Entónces basta hacer una especie de compuerta con una plancha abierta con algunos agujeros, como se dice en las palabras GASTO Y DERRAMAMIENTO, ó bien se recoge el líquido en vasos de capacidades conocidas, para saber la cantidad corrida en un tiempo dado.

Finalmente, tambien se puede medir la presion del agua corriente, sirviéndose de un MANÓMETRO, como cuando se trata de saber la presion de una máquina de vapor ó la de un fuelle de fragua.

Pasemos ahora á enunciar las reglas que conducen á determinar la construccion de las RUEDAS HIDRÁULICAS. Para obtener de una rueda vertical de álabes movida por una caida de agua, el mayor efecto posible, es menester regular la resistencia que se ha de vencer, de modo que la velocidad de las paletas medida en la circunferencia esterior, sea algo menor que la mitad de la del agua (los,) y que el flúido caiga perpendicularmente sobre los álabes. Esta fuerza es capaz, todo lo mas, de volver á hacer subir la mitad del peso del agua caida, pero rara vez sube efectivamente mas del tercio de ella. Siendo conocida la velocidad de la rueda, se deducen las dimensiones de las estrías y piñones de encaje que transmiten el movimiento dado á la rueda á las piezas activas de la máquina, que maniobrando, deben producir el efecto pedido.

En una rueda vertical de cubillos movida por el solo peso del agua, es menester regular la resistencia que se ha de vencer, de modo que la velocidad de la rueda sea la ménos posible cuando se quiere obtener el mayor efecto; porque entonces la fuerza del motor se emplea casi en la totalidad. Pero como la lentitud del movimiento es una causa de irregularidad, la velocidad de la rueda que corresponde al maximum de efecto, debe ser de cerca de un metro por segundo, cualesquiera que sean las dimensiones de la rueda de cubillos. Cuanto mas alta esté la rueda con respeto á la caida total, mayor será el efecto que produzca. En el caso en que las ruedas esten bien establecidas, el efecto útil llega hasta los tres cuartos de la fuerza motriz.

La impulsion dada á las ruedas por las caidas de agua, es siempre una causa de pérdida de fuerza viva, y es preferible no emplear sino el peso del líquido. En las ruedas de cubillos, el peso del agua debe ser pues la única fuerza motriz, cuando se trate de obtener el mayor efecto posible; pero cuando el agua deba obrar por su peso y por percusion, la rueda debe toma r una velocidad poco diferente de la del agua afluente. Hemos visto que el efecto de la rueda de cubillos, hemos tratado, es por lo ménos doble del de la de álabes. (V. los esperimentos de Smeathon, en el artículo RUEDAS hidráulicas ).

de

que

Las ruedas de álabes ó paletas, de que acabamos de hablar, no deben entenderse sino de aquellas en que el agua obra por percusion, y puede juzgarse que perdiéndose necesariamente mas de la mitad de la fuerza motriz, este sistema es tan vicioso, que no debe ser empleado sino muy rara vez, y solo en los casos en que no importe perder una gran parte de la potencia

motriz, con la idea de obtener otras ventajas. En ellas, como en todas las máquinas, el uso de las FUERZAS vivas es un defecto que interesa evitar, en razon á las pérdidas de efecto y á las acciones destructivas.

En las ruedas de cubillos ó cangilones debe fijarse la preferencia, sobre todo en aquellas que estan exentas de choques, y que giran por el solo peso del agua; mas estas ruedas no gozan de todas sus ventajas sino en el caso de no exigirse grandes velocidades, porque la circunferencia no debe describir mas de un metro por segundo. Cuando se quiera obtener rapidez y regularidad en el movimiento, deben emplearse los encajes. Nada dirémos acerca de las ruedas de paletas curvas, imaginadas por Burdin, ingeniero de minas; esperarémos que la esperiencia haya pronunciado sobre las ventajas que se les atribuye, y justifique los elogios que les ha concedido la Académia de Ciencias.

Se emplean con frecuencia las ruedas de cubillos con la condicion de hacer llegar el agua con percusion, con lo que se consigue un movimiento debido al doble efecto del choque y de la percusion. En este caso, para que la rueda produzca el maximum de efecto, será menester que su circunferencia tome la mitad de la velocidad del agua que la bate, no debiendo, por otra parte, ser menor el diámetro de la rueda que la altura del nivel sobre la parte inferior de aquella. El flúido entra en los cubillos á su nivel. Es preciso aplicar aqui los efectos de la percusion, manifestados arriba, y repetir que este sistema es defectuoso, siempre que no se establezca con el fin de conseguir otras ventajas.

Las ruedas de álabes se emplean generalmente en un flúido indefinido, y por esto se situan los molinos so

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