garia necesariamente á determinar una disminucion de temperatura bastante considerable para que pudiese producir hielo. Para terminar este artículo, debemos hacer mencion, en lo que nos toca, del uso del agua en su estado de vapores, y no tendrémos mucho que decir, pues es notorio que sus más útiles aplicaciones pertenecen á la Física, y no debemos ocuparnos de ellas en este lugar. Para que el agua se transforme en vapores, necesita un grado de calor necesario á su EBULLICION (V. esta palabra); y una vez que llegue á este punto, tiene una influencia de las mas marcadas sobre la mayor parte de los cuerpos; entónces es cuando los penetra con tanta facilidad que disuelve sus partículas y las predispone para nuevas combinaciones. En el artículo LAVAR POR MEDIO DEL VAPOR (ARTE DE) tendrémos ocasion de observarlo; y tambien puede consultarse sobre este asunto el artículo ACIDO SULFÚRICO, y se verá cuan esencial es la influencia del vapor en esta operacion. Muchas veces determina un efecto en algun modo contrario; y asi es como se sirven de él en los tintes para hacer penetrar mas y fijar mejor en los tejidos ciertas materias colorantes. Se echa mano con frecuencia del vapor del agua para ablandar ciertos cuerpos duros y poder despues atacarlos mas facilmente por otros agentes, ó bien estraer por la sola espresion los principios que se hallaban contenidos en ellos con demasiada solidez. Asi es como se someten las simientes del lino y del cacao al contacto del vapor, para aislar los cuerpos oleosos que contienen. La Medicina ha sacado tambien un partido muy ventajoso del uso del vapor del agua, no ya en el alto grado de su ebullicion, sino cuando en estado de vapor sensible, ha abandonado una gran parte de su temperatura y tiende á precipitarse sobre todos los cuerpos, le rodean. En este estado conserva aun bastante caque lor para ablandar la epidérmis, determinar una abundante transpiracion cutánea, y facilitar asi la deposicion de las materias morbíficas que ocasionan algunos daños en el interior. (V. BAÑO). El vapor del agua se ha hecho objeto de las mas felices aplicaciones en las Artes, particularmente como vehículo de una gran cantidad de calórico. Por su medio se pueden calentar las estufas de un modo constante y regular, puede elevarse la temperatura de los cuerpos hasta 100 grados, sin someterlos á la accion desigual, y muchas veces destructiva de un hogar: innovacion que ha hecho una de las mas notables mejoras en el arte de los tintes. No nos debemos estender mas en tan esenciales puntos, porque forman el objeto de artículos especiales. R.. AGUA DE COLONIA. Esta preparacion ha gozado mucho tiempo de grande celebridad; sus inventores le habian atribuido muchas y muy maravillosas propiedades; era, segun ellos, una verdadera panacea que debia triunfar de todos los males. Desgraciadamente la esperiencia no estuvo acorde con tan famosa reputacion, y toda ella se redujo á la posesion de las calidades comunes á todas las aguas espirituosas y aromáticas, es decir, á la de un simple tónico; por esto fué casi desterrada del número de los medicamentos, y apénas se emplea en el dia, mas que como aroma, y en los tocadores; pero bajo este aspecto es de un uso muy considerable.. Existen una multitud de recetas para preparar el agua de Colonia, y cada uno pretende la ventaja de poseer la verdadera. La que voy á referir se me ha confiado hace mucho tiempo por una persona fidedigna que me ha asegurado haberla recibido del mismo Farina. La copia textual es la siguiente: Receta de Farina para la verdadera agua de R. 120 azumbres de aguardiente. Dos limones y dos naranjas cortadas en pedazos. Se deja macerar todo por 24 horas, y despues de destilarlo en el baño-maría se sacan 80 azumbres. Como en el agua de Colonia se busca actualmente mas bien que un medicamento útil, un aroma agradable, se ha simplificado infinitamente su composicion, y entre las numerosas recetas que existen para esta preparacion, hay algunas que prescriben una sencilla. solucion de diversas esencias en el alcohol. Sin embargo conviene saber, que el procedimiento de la destilacion es siempre preferible, porque es mas íntima la union y la aroma mejor fundida. El Codex de Paris da la receta siguiente: 25 gramos. Disuélvase en alcohol á 369. 12 kilogramos. Agua de melisa compuesta.. 1,k 500 1 kilogramo. Déjese macerar por diez dias, y haciéndose destilar en el baño-maría hasta obtener los del peso total, añádese luego: Agua de flores. 500 gramos. Cadet-Gassicourt propone en el Diccionario de Cien cias médicas, prepararla como sigue: " R. Alcohol á 320. TOMO 11. 2 litros. 5 Añádanse de simientes de cardamomo 2 dracmas, destilese al baño-maría y se sacarán los tres cuartos del alcohol. La receta siguiente no prescribe destilacion: Esta variedad de composicion, da necesariamente diferencia en los productos, debiendo por consiguiente el consumidor hacer la eleccion de la que mejor le parezca. Todas las aguas de Colonia gozan de la conocida propiedad de hacerse lechosas por la adicion del agua, porque todas contienen aceites esenciales, que no pudiendo quedar en disolucion, tienden á precipitarse, y forman una especie de emulsion en este estado de division estremada. R. AGUA FUERTE. (V. ÁCIDO nítrico). AGUA FUERTE de Callot, ó agua fuerte de pasar (Tecnológia). Este licor que tiene el nombre del cé |