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segun la composicion conocida de estas sales, la cantidad de ácido nítrico con que estaban combinadas; siendo ademas posible obtenerla directamente, haciendo hervir como propone M. Chevreul, un peso determinado del resíduo alcohólico desleido en agua y mezclado con una cantidad suficiente de fosfato de plata, y sosteniendo la ebullicion hasta que no quede mas hidroclorato en el licor. Luego se filtra, concentra y termina la operacion del mismo modo arriba indicado para asegurarse de la presencia de los nitratos. Asi se consigue por una parte el peso de los ácidos, y por otra el de las bases; mas no es posible determinar de una manera precisa el órden con que estos cuerpos están unidos.

En el artículo precedente no hemos hecho mencion sino de las sustancias fijas solubles en el alcohol; falta ahora ocuparnos de las que este vehículo no ha atacado; son muy numerosas, y pueden suponerse como unas quince que realmente no se encuentran nunca á un tiempo mismo, y algunas de ellas que se hallan mas frecuentemente reunidas que otras, pero no por esto es ménos difícil él dar un método general de análisis; sin embargo, la marcha que se sigue comunmente es pasar por el agua hirviendo todo lo que no ha atacado el alcohol, con lo que se obtiene un nuevo resíduo, del que tratarémos despues. Se filtra la disolucion y se somete á la evaporacion, la cual se sigue hasta la sequedad, luego se pasa por el agua fria, que vuelve á disolver el todo, escepto el sulfato de cal que pudiera encontrarse en esta mezcla; se le separa con cuidado y se observa el peso. Si admitimos ahora que ademas de esta sal entren sulfatos de sosa y de magnesia, y sal marina, se evapo

TOMO II.

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rará de nuevo hasta la sequedad, y el producto se tratará muchas veces repetidas por el alcohol á 0,875, disolverá solamente la sal marina. Esta solucion que se apartará para evaporarse por separado, y se volverá á pasar por el agua destilada el resíduo de las lociones alcohólicas, dividiendo despues esta nueva disolucion acuosa en dos pesos iguales. En la primera mitad se echará hidroclorato de barita, y en la otra carbonato de sosa: por este medio se obtendrán dos precipitados, uno de sulfato de barita, cuyo peso dará á conocer la proporcion de ácido sulfúrico combinado con la sosa y la magnesia, y el otro se formará de carbonato de magnesia, que lavado, seco y calcinado, dará la cantidad de esta base, y por consiguiente la de su sulfato.

Relativamente á la porcion del resíduo alcohólico que el agua hirviendo no ha atacado, se compone por lo comun de silice y de óxidos metálicos. Se trata el todo por el ácido muriático, la sílice queda sola, y se separan despues los óxidos contenidos en la disolucion por los medios conocidos.

Nos limitarémos á este ejemplo muy sencillo (*), sin duda demasiado insuficiente, pero basta la mas ligera reflexion para conocer que seria tomarse un trabajo supérfluo, querer complicarlos y multiplicarlos mas. Las aguas minerales son tan numerosas y su composicion tan variada, que cualquiera suposicion que se haga conducirá muy rara vez á un caso precisamente semejante al que el lector necesitase. Añadirémos, que acaso en el estado actual es mas perjudicial que útil asignar métodos generales de proceder, que mas bien

(*) Puede consultarse una memoria de M. John Murray sobie el análisis de las aguas minerales. An. de Quim. y de Fisic. 6° vol.

deben nacer de las mismas circunstancias ó del genio del operador, que del empirismo. Y en efecto, no se ve casi siempre al que ha podido abrirse un nuevo camino, llegar á resultados hasta entónces ignorados? Por otra parte, estamos todavia demasiado léjos de lo cierto en esta clase de investigaciones, para poder fijar sus bases, lo que nos demuestran de un modo bien evidente algunas análisis modernas. Nuestros instrumentos se perfeccionan cada dia y nuestros medios se acrecientan, y asi debemos esperarlo todo de las nuevas investigaciones que se emprenden continuamente sobre tan importante objeto. A los maestros de la ciencia pertenece esplotar las últimas venas de esta fecunda mina, de donde deben nacer aun una multitud de verdades nuevas y útiles': á ellos les es dado alcanzar con mas rigorosas análisis, la esplicacion plausible de ciertos fenómenos que presentan algunas aguas minerales, tan interesantes á la Química, como á la Geologia y á la Medicina. Cuanto mas adelantamos, ménos permitido nos es tener confianza en la mayor parte de las análisis de nuestros predecesores. Una especie de revision general se hace pues indispensable, para suministrar datos mas precisos sobre la composicion de estas aguas, y no esponerse, como ha sucedido algunas veces, á no hacer mas que imitaciones groseras. Antes de procurar componer las aguas minerales, no se hubiera debido mas bien estudiarlas para mejor conocerlas? Creémos copiar con fidelidad la obra de la naturaleza, y nuestros esfuerzos importantes con harta frecuencia no sirven mas que para manifestar nuestra ignorancia. Mas no debemos desanimarnos; y si uno de nuestros mas hábiles analistas, el célebre Vauquelin, despues de haber descubierto la nueva sustancia

orgánica que contienen las aguas de Vichy, tuvo razon en decir que estuvo á punto de sonreirse de compasion al comparar la obra del creador con nuestras infieles copias, esperémos con todo, que el ingenio del hombre conseguirá aun revelarnos otros secretos, y que tarde ó temprano llegarémos á reproducir artificialmente y con exactitud la mayor parte de las aguas minerales naturales. Sin duda conviene, mientras se aguardan tan felices resultados, el ser en estremo reservados en este particular, pues cada dia descubrimos nuevos errores, y advertimos los graves inconvenientes que son su necesaria consecuencia. Para no citar mas que un ejemplo, nos referirémos tambien á las aguas de Vichy es notorio que la mayor parte de los fabricantes las sobrecargan de ácido carbónico casi en tanta cantidad como las aguas de Seltz, y sin embargo esta agua natural apénas contiene la cantidad necesaria á la saturacion completa de la sosa que encierra. Júzguese ahora si un agua que contiene un esceso notable de ácido, puede obrar del mismo modo que otra cuyo álcali está casi en descubierto; y si á esto se añade el defecto de la materia albuminosa que Vauquelin descubrió recientemente, no nos sorprenderémos de la poca relacion que tienen entre sí los efectos producidos por cada una de ellas.

Todo lo que precede demuestra cuan necesario es la atencion y el cuidado en la preparacion de las aguas minerales, pues si el estado de la ciencia no nos permite todavia el tener un conocimiento muy exacto de la composicion de alguna de ellas, que sería si descuidasemos ademas el aprovechar todos los datos que nos pueden suministrar la análisis y la observacion? Es pues muy esencial, que esta fabricacion no se confie

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