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CAPÍTULO IV

Otro libro de Monardes.-Dedícalo á la Duquesa de Béjar.-Cómo se define en esta obra el veneno.-Manera de combatir el envenenamiento según el referido Monardes.—La yerba escuerzonera.—Diálogo del hierro y sus grandezas.-Dedícalo al Sr. Duque de Alcalá.—El libro de la Nieve.-De Rosa et partibus ejus.-Otra obra de Monardes.-La Sevillana medicina.-Conocimiento y publicidad de esta obra, realizada por la benemérita Corporación «Sociedad de bibliófilos andaluces>.-Conclusión.

I

Libro que tracta de dos medicinas excelentísimas contra todo veneno, que son la piedra bezaar y la yerba escuerzonera.-«Do se ponen sus maravillosos efectos y sus grandes virtudes, con la cura de los venenos y la orden que se ha de tener para guardarse dellos.»

«Do se verán grandes secretos de medicina y muchas experiencias. >>

Agora nuevamente compuesto por el Dr. Monardes.>> «En Sevilla, en casa de Fernando Díaz, 1580.»>

Dedícalo á la muy Excelente Señora Duquesa de Béjar, Marquesa de Ayamonte y de Gibraleón, Condesa de Benalcázar y de Bañares, Señora de las villas de Burguillos y Capilla Curiel con su partido. Hay otra edición hecha en casa de Alonso Escribano en 1574.

Hé aquí el texto literal de la dedicatoria de la obra á la Duquesa de Béjar:

A la muy excelente Señora Duquesa de Béjar, Marquesa de Ayamonte y de Gibraleón, Condesa de Benalcázar y de Bañares, Señora de las villas de Burguillos y Curiel, con su partido, mi Señora. El Doctor Monardes, su Médico. Salud.»

Suelen los que escriben alguna obra, muy excelente Señora, dedicarla á algún Grande Príncipe 6 Señor, para que siendo favorescida dél, con más respeto y mejor voluntad se lea. Yo, Señora excellentísima, tengo más razón para hacer esto, lo uno por ser vuestra excellencia tan gran Princesa, lo otro por ser yo criado de vuestra excellencia y porque mediante vuestra excellencia tuve noticia de la piedra bezaar y de la yerba escuerzonera, de que en este libro tengo de tratar. Las quales son dos cosas de gran importancia y muy necesarias para la vida humana, pues remedian y curan tantas y tan diversas enfermedades, como en el proceso de la obra se verán. Y pues mediante vuestra excelencia yo tuve entera noticia destas cosas, assí las consagro y dedico á vuestra excelencia, para que mediante el favor de vuestra excelencia, se entiendan todas las grandes virtudes y maravi. llosos efectos destas dos tan notables medicinas. Y tendrán en mucho la buena obra y trabajo que en esto se ha tomado. Lo qual suplico á vuestra excellencia reciba, como de criado que desea la vida para emplearla en el servicio de vuestra excelencia. Y assimismo procura que la vuestra excelencia sea por muchos y muy largos años aumentada.»>

Del contenido de la dedicatoria resulta que Monardes era el médico de la Duquesa de Béjar y además que por esta señora llegó á su noticia la existencia de la piedra bezaar y la escorzonera, moviéndole á estudiar ambas sustancias y apreciar su acción fisiológica y terapéutica.

En este libro da la siguiente definición del veneno y noticias de interés para la historia de la toxicología. «Dice, veneno es la cosa que tomada por la boca ó por defuera,

aplicada vence nuestro cuerpo, enfermándolo ó corrompiéndolo ó matándolo. Este se halla en una de cuatro cosas: ó en plantas, ó en minerales, ó en animales ó en mixtos; los cuales hacen sus efectos, ó por calidad manifiesta ó por propiedad oculta, ó de entrambas cosas juntas. Estos venenos, en parte, nos ofenden y matan. En parte usamos dellos para nuestro aprovechamiento y salud corporal. En parte usaban dellos los antiguos para remedio de sus trabajos. >>

«También los venenos preservan de enfermedades como el azogue traído preserva á los niños del ojo, y el solimán de la peste. Yo conocí un enfermo que estuvo en un hospital do curaban á muchos heridos de peste, que con traer un pedazo de solimán junto al corazón, nunca se le pegó ni fué herido de tal mal. >>

<Otros usaron antiguamente de venenos, sin conocimiento de fe, con que se libraron de las muertes crueles que habían de padecer, ó injurias ó servidumbre perpetua. Como Demóstenes, que como le quieren dar una muerte cruel é injuriosa, adelantóse él con tomar el veneno que de continuo consigo traía, en un canutillo debajo de los cabellos tras la oreja. Lo mismo hizo Demócrito con el veneno que traía en un anillo. Lo mismo hizo Aníbal cuando se vió vencido. Y Cleopatra porque no triunfase della Pompeyo, y otros muchos que por librarse de la muerte ignominiosa que esperaban quisieron ellos tomarla por sus propias manos antes que sufrirla. »

Después expone las señales de los envenenados, los medios para conocer cuál sea el veneno (dice, que mire si quedó algo de lo que comió ó bebió, para ver qué sea lo que estaba en ello mezclado, juzgándolo por el color y por el olor y por el gusto, ó dándolo á algún animal como perro, gallina ó gato, y mirar los efectos que hace); después la cura, que debe empezarse por el vómito, que es la cosa que más provecho hace, porque no haya lugar de distribuirse el veneno por las venas y arterias y subir al corazón, porque si allí sube, sólo Dios puede dar el remedio.» «Y por esto conviene que este remedio del vómito se haga con

la mayor presteza que ser pudiere, porque antes que pase del estómago se expela. >>

También habla del aceite vitriolo, y dice: «En nuestros tiempos se ha compuesto y sacado un azeite que llaman de vitriolo ó caparrosa, porque dello se saca solamente, el qual es la cosa más excelente para expeler y echar el veneno y para extinguir su malicia de quantas cosas se saben agora, tomando seis gotas dello en algún agua cordial, porque hace salir por vómito el veneeo, extinguiendo su malicia. Y no sólo este azeite de vitriolo aprovecha para esto, pero para muchas enfermedades, como lo demuestra Evonimius, grande alquimista y muy doto en distilaciones me. dicinales. Por tanto, el que curare el venenado ha de tener especial cuidado, en lo primero procurar vomite, porque ésta es la raya principal de la cura. »

Procurado el vómito, se le darán después al enfermo medicinas que tengan virtud particular, para quitar y matar la malicia que el veneno dexó impresa en el estómago y miembros principales. Y para esto se ha de procurar saber qué veneno en particular tomó el enfermo.» «Si del veneno no se tuviere noticia, ni se supiere qué veneno tomó el en fermo, hase de mirar si son los accidentes de veneno caliente, como es el rostro inflamado, ardor interior, puncio. nes por todo el cuerpo, los ojos colorados, las uñas hinchadas, sed intensísima con alguna calentura y ardores y pun. ciones en el estómago, entonces se conocerá ser el veneno cálido y ansí han de ser los remedios que allende que ten. gan gran virtud contra veneno, alteren y quiten la mala complexión caliente que está impresa en los miembros interiores, dando interiormente juntamente con las medicinas Bezaarticos, cosas muy frías y cordiales, y poniéndolas exteriormente sobre los miembros más principales, juntamente con el uso de buenos mantenimientos, que extingan la malicia del veneno.»>

Luego, después de otras consideraciones, dice: «Quando el que está venenado no siente ni sabe qual fué el veneno que tomó, ni los accidentes dél lo declaran, ha de creerse que fué de los venenos que hazen su obra á toda propiedad,

que es el peor de todos los venenos. Entonces conviene que se tenga mayor cuidado, procurando el vómito se haga muy copioso como está dicho, y si algo descendió á las tripas, se eche clister lenitivo, y luego se le dará al enfermo cosas que á toda propiedad tengan virtud específica contra veneno, que llaman bezaarticas: de las quales ha de usar en todo tiempo y en lo que comiere y bebiere, procurando la confortación interior y exterior de los miembros principales y usando de sustancias y mantenimientos que den gran esfuerzo, sacadas por tornillo y de otras formas, en las quales se han de echar cosas que tengan virtud Bezaartica contra veneno en general, de las quales trataremos adelante. Y esto ha de hazerse no sólo en los venenados de venenos ocultos, que hazen su obra por propiedad, pero en los que tomaron veneno conocido y manifiesto que haze su obra por calidad, porque el veneno es la cosa que más postra y debilita á naturaleza, enflaqueciendo muy de presto derribando la virtud.»

y

Las medicinas que tienen esta virtud y propiedad espe cífica contra los venenos son muchas: unas son simples, otras compuestas, y porque de las unas y de las otras hay muchas, diré las más usadas y en que se ve mayor experiencia. De las compuestas, la principal es la Theriaca, que escribió Andrómacho, lo qual si está bien hecha, es la más principal medicina que quantas se han compuesto contra todo género de veneno y aunque para su verdadera composición falten algunas medicinas, todavía haciéndose lo posible, vemos que hace en este caso maravillosos efectos, y no sólo tomada con alguna agua apropiada, pero puesta en las puncturas ó mordeduras de los animales venenosos, y assí mismo en las apostemas venenosas que se hacen en tiempo de peste. El Mitridato es de grande efeto en este caso y sirve algunas veces por Theriaca. La de Cidras y de Esmeraldas, hazen maravillosa obra en todo veneno: la Tierra Sigilata tiene prerrogativa sobre ellas, mayormente en fiebres que tengan mala calidad. La Theriaca Diathesaron es apropiada en venenos fríos y en mordeduras de animales venenosos, en especial en morde

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