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blecimiento de fábricas de telas pintadas, de paños fide todo lo que corresponde ya á cierto lujo mas

nos, y delicado.

El valor del producto de la industria manufacturera de la Nueva-España, se estima de siete á ocho millones de pesos al año. Hasta 1765, el algodon y las lanas de la intendencia de Guadalajara se habian exportado para mantener la actividad de las fábricas de la Puebla, Queretaro y San Miguel el Grande : desde entonces se han establecido algunas en Guadalajara, en Lagos y en las ciudades vecinas. La intendencia entera, que cuenta mas de 630,000 habitantes, y cuyas costas bañan las aguas del mar del Sur, ha fabricado, en 1802, en telas de algodon y tejidos de lana, por el valor de 1,601,200 pesos; en cueros curtidos, 418,900; y en jabon, 268,400.

Hemos probado mas arriba, hablando de las diferentes variedades de gorsypium cultivadas en las regiones cálidas y templadas, de cuanta importancia podrian ser para Méjico las manufacturas indígenas de algodon. Las de la intendencia de la Puebla, en tiempo de paz, facilitan al comercio interior un producto anual de 1,500,000 pesos. Sin embargo este producto no se debe á fábricas reunidas, sino al gran número de telares de algodon dispersos en las ciudades de la Puebla de los Angeles, Cholula, Huejocingo y Tlas

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Estado de la Intendencia de Guadalajara, comunicado en 1802, por el señor Intendente, al consulado de Veracruz. (Documento oficial manuscrito.)

cala. En Queretaro, ciudad considerable, situada en el camino de Méjico á Guanajuato, se consumen anualmente en hacer mantas y rebozos, 200,000 libras de algodon: la fabricacion de mantas ó telas de algodon asciende á 20,000 piezas al año de 32 varas cada una. En 1802, se contaban en la Puebla, mas de 1200 tejedores * de telas de algodon y cotonadas rayadas. En esta última ciudad y lo mismo en Méjico, la impresion de las telas pintadas ha hecho algunos progresos de pocos años á esta parte, tanto las que se importan de Manila, como las que se fabrican en Nueva-España. En el puerto de Tehuantepec, provincia de Oajaca, los indígenas tiñen de púrpura el algodon en rama, estregándole con la capa ό cubierta de cierto murex que se encuentra pegado á rocas graníticas. Segun una antigua costumbre, lavan el algodon para avivar el color, en agua del mar, que en aquellos parages es muy rica de muriate de sosa, ό sal comun.

Las mas antiguas fábricas de paño de Méjico, son las de Tezcuco. La mayor parte de ellas fueron establecidas en 1592 por el virey don Francisco de Velasco 11, hijo del célebre condestable de Castilla, segundo virey de la Nueva-España. Este ramo de industria nacional fue pasando poco á poco á manos de los indios y de los mestizos de Queretaro y la Puebla. Por el mes de agosto de 1803 visité las manu

Informe del intendente D. Manuel de Flon, conde de la Cadena. (Manuscrito.)

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facturas de Queretaro. Estas se distinguen en grandes y pequeñas; á las primeras las llaman obrajes y á las segundas trapiches: se contaban entonces 20 obrajes y mas de 300 trapiches, que juntos empleaban al año 63,900 arrobas de lana de ovejas mejicanas. Segun unos estados exactos formados en 1793, habia en aquella época en Queretaro, en solos los obrajes 215 telares y 1500 operarios que habian fabricado 6042 piezas ó 226,522 varas de paños; 287 piezas ó 39,718 varas de jerguetillas; 207 piezas ó 15,369 varas de bayetas y 161 piezas ó 17,960 varas de jergas. En esta fabricacion se habian empleado 46,270 arrobas de lana, cuyo precio no excedió de 161,945 pesos. Comunmente se cuentan 7 arrobas de lana para una pieza de paño y de bayeta; 6 arrobas para una pieza de jerguetilla, y 5 arrobas para una pieza de jerga. El valor de los paños y otros tejidos de lana de los obrajes y trapiches de Queretaro, asciende en el dia á mas de 600,000 pesos, ó tres millones de francos al año.

Sorprende desagradablemente al viagero que visita aquellos talleres, no solo la extremada imperfeccion de sus operaciones técnicas en la preparacion de los tintes, sino mas aun la insalubridad del obrador, y el mal trato que se da á los trabajadores. Hombres libres, indios indios y hombres de color estan confundidos . con galeotes que la justicia distribuye en las fábricas para hacerles trabajar á jornal. Unos y otros estan medio desnudos, cubiertos de andrajos, flacos y desfi

gurados. Cada taller parece mas bien una oscura cárcel: las puertas, que son dobles, estan constantemente cerradas, y no se permite á los trabajadores salir de la casa; los que son casados, solos los domingos pueden ver su familia. Todos son castigados irremisiblemente, si cometen la menor falta contra el órden establecido en la manufactura.

No es fácil concebir como los dueños de los obrajes pueden tener tal conducta con hombres libres, y como el jornalero indio puede suportar el mismo trato que el galeote: asi es, que estos supuestos derechos solo se adquieren con la astucia. Los fabricantes de Queretaro practican la misma estratagema de que se valen los fabricantes de paños de Quito, y se usan en los cortijos, en donde como faltan esclavos, los jornaleros son muy escasos. Se escogen entre los indígenas aquellos que son mas miserables, pero que muestran aptitud para el trabajo, se les adelanta una pequeña cantidad de dinero, que el indio como gusta de embriagarse gasta en pocos dias; constituido asi deudor del amo, se le encierra en el taller con pretexto de hacerle trabajar para pagar su deuda. No se le cuenta su jornal mas que á razon de real y medio ó 20 sueldos torneses; en vez de pagárselo en dinero contante, se tiene buen cuidado de suministrarle la comida, el aguardiente y los vestidos, en cuyos precios gana el fabricante 50 ó por ciento. De esta manera, el obrero mas laborioso siempre está en deuda, y se ejercen sobre su persona los mismos derechos que se cree adquirir so

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bre un esclavo comprado. En Queretaro he conocido muchas personas que se lamentaban conmigo de estos enormes abusos. Esperemos que un gobierno protectór del pueblo fijará la vista sobre unas vejaciones tan contrarias á la humanidad, á las leyes del pais, y á los progresos de la industria mejicana.

En Méjico, á excepcion de algunos tejidos de algodon mezclados de seda, es en el dia casi ninguna la fabricacion de géneros de seda. En tiempo del viaje de Acosta hacia el fin del siglo xvio, cerca de Panuco y en la Misteca, se criaban gusanos de seda que se habian llevado de Europa; y tambien se fabricaban entonces excelentes tafetanes con la seda mejicana. Ya hemos observado mas arriba, que una oruga indígena y no el bombyx mori, es la que da la materia primera para los pañuelos de seda que fabrican los indios de la Misteca y los del pueblo de Tistla, cerca de Chilpansingo.

La Nueva-España no tiene manufacturas de lino ni de cáñamo, ni se conoce tampoco la del papel. La del tabaco es un derecho de regalía: los gastos de la fábrica de cigarros y del tabaco de polvo, ascienden un año con otro á mas de 1,240,000 pesos. Las fábricas de Méjico y de Queretaro son las mas considerables. He aqui el estado de la fabricacion total de los años 1801 y 1802.

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'Acosta, lib. iv, cap. xxxII, pág. 177. Véase tambien cap. x, tom. 11, pág. 407.

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