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ción de unas y fundación de otras conversiones, todo obra del citado P., y sin sus trabajos para obtener el consentimiento de los naturales de ninguna manera se habría conseguido la repoblación. Por eso los documentos de la época llaman al P. Alday «principal agente de la repoblación;» y dicen poco, tal vez por no herir susceptibilidades (1). Es caso raro ciertamente que ningún historiador haya dado con los testimonios que acreditan hechos de tanta importancia, no obstante tratarlos exprofeso, y que hasta lo presente no se haya conocido ni el nombre siquiera de tan ilustre misionero.

De vuelta de la memorable empresa, O'Higgins recibió en Talcahuano una real orden que lo elevaba al más alto honor á que podía llegar un gobernante en América, á Virrey del Perú.

O'Higgins y el P. Alday eran dos personalidades que á haber seguido entendiendo juntos en los negocios de este país, habrían producido maravillas. El primero dejó imperecederas memorias en Chile, y la mayor de todas fué su hijo don Bernardo, que habría de ser el gran padre de esta república; el segundo continuó aquí en su fatigosa labor, manifestándose cada día más grande, amante de su patria como el mejor español y todo un filósofo resignado y conforme cuando Chile dejó de ser colonia de España.

El año 1796 se aproxima, y en él cumple 40 años el Colegio de Misioneros.

Damos á continuación la tabla del estado de las conversiones.

(1) Vid. Apéndice, N.° XII.

«Estado abreviado de las Misiones que están al cargo de este apostólico Colegio de propaganda de S. Idefanso de la ciudad de S. Bartolomé

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Total general desde la entrega de las misiones hasta ahora (1758-1796)

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«NOTAS (al estado anterior)

Misiones.-Las que van señaladas con este * (asterisco) se nos adjudicaron por la expulsion de los PP. ex-jesuitas. Las demas son fundacion de nuestros misioneros. La de Tucapel, aunque ha sido cultivada por misione ros prácticos y zelosos, ofrece pocos frutos por la rudeza de aquellos natu rales y por falta de medios para precisarlos a cumplir los pactos estipulados cuando pidieron misioneros.

Extension.-La de la misión de Osorno va en blanco, por no haber avisado de ella los ministros que la sirven.

Parcialidades.-Viviendo los naturales de este reino dispersos por las campañas, sin formalidad de pueblos, civilizacion, ni policia, bajo este título se comprenden diferentes partidas de indios que viven en menos distan cia entre sí bajo una cabeza en sus respectivos distritos.

Gentiles.-En las misiones de tierra adentro no se puede averiguar a punto fijo el número de estos por los graves inconvenientes que pudieran resultar a la religion y al estado en atencion a la natural desconfianza de estos Naturales, quienes fácilmente se persuaden que semejantes averiguaciones se dirigen a sujetarlos y esclavizarlos; por lo que es preciso que los misioneros se atengan en esta parte al dicho de los oficiales de las naciones, que tratan con ellos mas familiarmente.

Niños y niñas.-El número de éstos se incluye en el total de neófitos y gentiles, y en el de estos últimos solo los que habitan en el distrito de cada mision, fuera de otros muchos que no estan sujetos.

Naciones reducidas.-Bajo este título se comprenden las que rinden algun reconocimiento a la autoridad eclesiástica y real, aunque muchos, o la mayor parte no hayan abrazado la fe católica.

Entierros. En muchas misiones han sido mas los muertos, aun de los neófitos, que los que se expresan, lo cual proviene de que en las parcialidades distantes y con especialidad si los neófitos son hijos de gentiles suelen enterrarlos en sus eletunes en los campos, sin dar parte a sus respectivos misioneros.

Comparando este plan con los anteriores, se hallarán algunas al parecer inconsecuencias en menor o mayor número de Neófitos, de matrimonios hechos y existentes etc., lo que proviene de las frecuentes transmigraciones de estos Naturales de unas a otras misiones, o a tierras de infieles, sin noticia de los PP. Misioneros» (1).

(1) El original está en el Arch. Nac. sec. «V. Mac Kenna». Vol. 74, n.o 24. Lo hemos comparado con otro incompleto que hay en el Colegio y el que publicó Gay., sin decir de dónde lo hubo.

CAPÍTULO XIX

LOS MISIONEROS DE VALDIVIA DEMANDAN ALIMENTOS PARA SUS NEÓFITOS

1. Doña Clara de Eslava promueve expediente; información de testigos. Desde el año 1791 se tramitó ante el Gobierno un largo y fastidioso asunto, que á primera vista parece de escasa importancia, y bien pudiéramos relegarlo al olvido, si no nos sirviera de medio para conocer los recursos de que disponían nuestros misioneros para la subsistencia propia y de los indios, pasando unas veces pobreza y otras, verdadera penuria, y para dar una idea, aunque somera, de los trabajos, del apostolado y del irreprensible tenor de vida de aquellos buenos discípulos del patriarca S. Francisco de Asís.

Sucede frecuentemente al que registra archivos en busca de noticias sobre una materia determinada encontrarlas en donde nunca lo había soñado. El acta de la fundación del primitivo Chillán, p. e., está intercalada en un expediente sobre diverso asunto, y sólo por una casualidad puede hallarse; así hallamos también lo que referimos del P. Javier Ramírez, con motivo del asalto que dieron los indios al obispo Marán, y muchos otros documentos. El del asunto que nos ocupa ahora lleva este título: «Informacion jurídica instruida a peticion de Dña. Clara de Eslava para reponer a los misioneros en el goce de las

raciones».

La mencionada Doña Clara era una señora muy respetable de la plaza de Valdivia, nada menos que la representante civil de las misiones del territorio valdiviano: por sus manos pasaban los sínodos que se daban á los misioneros, las limosnas, los víveres y todo; en desempeño de su oficio, requería á las autoridades, entablaba recursos, etc.

Los libros de cargo y data de las mencionadas conversiones llevan generalmente mes por mes la firma de Doña Clara por espacio de 23 años. Ni es tampoco en esto una excepción rarísima la señora Eslava, pues en 1801 la señora doña María Candelaria Adriasola, por institución del Rmo. Comisario General de Indias, ocupó el mismo puesto con declaración de que «se la hacia partícipe de las gracias espirituales concedidas al Colegio y Misiones y de las prácticas y ejercicios piadosos de los misioneros». En 1790 era apoderada del Colegio de Ocopa la condesa de Vista Florida doña María Ignacia Carrillo, et sic de coeteris.

La información jurídica formalizada á petición de la señora Eslava tuvo por objeto justificar ante el Rey los poderosos motivos que había para que los misioneros de Valdivia fueran repuestos en el goce de las raciones de que se les había privado. El sínodo concedido por su Majestad para la subsistencia de cada conversor era de $ 300 anuales con el aditamento de 30 más para el sostemiento del culto en las iglesias; auxilio por demás exiguo, si se toma en cuenta la falta de todo otro recurso para la vida en aquellos tiempos y lugares. Los PP. franciscanos no tenían ni negocios, ni haciendas, ni réditos; pero atentos al espíritu de pobreza de su instinto, se habrían dado por satisfechos, si no hubieran tenido que mantener constantemente en cada casa misional un buen número de indios para instruirlos en la doctrina cristiana y demás deberes religiosos. Por esta razón el presidente Jáuregui, con acuerdo de la Real Audiencia de 22 de abril de 1773, concedió á cada uno de los conversores de la plaza de Valdivia y Mariquina dos raciones diarias de pan y charqui (cecina) y otras cosas de menos importancia, «como gozaban los tenientes de infanteria y demas oficiales de dicha plaza». El gobierno suspendió las raciones á los misioneros en el mes de junio de 1790 sin otro motivo, según parece, que el de economizar gastos al real erario; y como los agraciados hasta entonces con ellas reclamaran y no fuesen oídos, la señora Eslava, en calidad de síndico de las conversiones valdivianas, determinó entablar recurso ante el rey de España, y para que su recurso revistiera la mejor for

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