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tados ó bordados algunas veces de oro y plata; però se montan todos del mismo modo que hemos esplicado ya.

Tambien se hacen actualmente abanicos en que no entra papel, tafetan, ni otra tela ligera, sino que son enteramente de alguna madera preciosa, de hueso, de marfil ó de concha, y estos abanicos se llaman de invierno, porque apénas dan viento alguno, y las damas los llevan en este tiempo solo por adorno. Las varillas de estos abanicos son de una sola pieza en toda la estension del objeto, y tienen la misma forma que las dos esteriores que son algo mas gruesas, y hacen el mismo oficio que las dos únicas de los abanicos ordinarios, que ya hemos descrito.

Todas las varillas están caladas ó cortadas al traves, unas veces en toda su longitud, y otras solo en la parte superior que reemplaza al papel, pero siempre formando labores ó dibujos agradables.

y

Las varillas se unen entre sí con una cinta fina estrecha llamada favor, pegada por la parte superior de las varillas, de modo que el abanico se estienda bien cuando se abra y forme perfectamente la cola de un pavo real, cuando la estiende.

Los diferentes cortes que se observan en las varillas de los abanicos de esta especie se hacen con un sacabocados, ó molde. Por fragil que sea la materia empleada, es tan fuerte su compresion entre dos planchas de metal, en las partes que deben quedar llenas, que el instrumento no obra sino en aquellas que se han de atravesar ú horadar para formar los dibujos, sin perjudicar á las demas. Estos dibujos suelen ser á veces muy preciosos.

No entrarémos á detallar la ejecucion de todas las

clases de abanicos que la moda produce cada dia. En una obra como la nuestra, basta haber indicado las manipulaciones generales cuya aplicacion puede hacerse con facilidad á todas las formas que la moda, siempre inconstante, pueda querer adaptar.

Tampoco hablarémos de aquellos abanicos encerrados en un estuche que sirve de mango, y que se sacan por dos cintas que se ven en la parte superior. Estos abaniços se desarrollan como un círculo, y son de mucho uso en el oriente de donde la moda nos los ha traido; pero hace tiempo se han abandonado porque no ofrecian mas que singularidad sin ser mas cómodos. L.

ABEDUL, álamo blanco (Tecnológia). En este nombre se comprenden una porcion de especies de plantas, susceptibles de cultivarse, siendo las unas árboles de gran magnitud, y las otras arbustos pequeños, en cuyo número se distingue el abedul comun, betula alba de Lineo. Este grande árbol crece prontamente y en todos los suelos, por mala que sea su calidad; en los terrenos pantanosos, en los pedregosos y areniscos, y aun en los gredosos, donde á lo ménos puede cultivarse para cortes.

El cultivo del abedul apénas exige cuidado alguno, porque él siembra de sí mismo. Una vez apoderado de un terreno cubre muy pronto su superficie. Por esto en las selvas, donde naturalmente crece en gran cantidad es adonde se van á buscar los convenientes para formar una almáciga ó plantel, en el cual son cuidados por dos ó tres años trasplantándoseles pasado este tiempo, conservándoles sus raices. El terreno que se les destina no exige preparacion alguna: basta labrar con pala ó azada el parage donde se han de plantar los tiernos abedules.

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Tambien se obtienen por siembra, pero con mucha dificultad.

La corteza, la madera, las hojas y el jugo del abedul presentan cualidades que hacen este árbol muy interesante para la economía doméstica y las artes.

La corteza es casi incorruptible: propiedad que parece depende de la parte resinosa de que está llena; por esto en Laponia y en Suecia se hacen con ella antorchas para alumbrarse por la noche. Frecuentemente se encuentran en las regiones vecinas al polo norte, abedules, cuya madera despues de un tiempo dilatadísimo se ha muerto y destruido por vetustez, pero que conservan solo la corteza que les hace subsistir todavia en la apariencia de árboles. Los habitantes de aquellos climas helados cubren con esta corteza sus cabañas, y hacen cestos, esterados, cuerdas, botellas y otros vasos propios para contener los líquidos, con los que los pescadores cuecen sus pescados.

La corteza interior es ligera y fuerte; se levanta en hojillas delgadas, las primeras blancas, y las demas rojizas, y ántes de la invencion del papel de trapos, se empleaba en su lugar para la escritura. La corteza interior es gruesa, roja y sólida; en el norte de Europa, del Asia y América se come en los años de escasez, y se hace entrar en la preparacion del cabial. Sirve para tenir de rojo las redes de pescar, para lo cual se hace una decoecion del polvo, que se pone á hervir con ceniza. La corteza del abedul subministra tambien por destilacion, un aceite que se emplea para la preparacion de los cueros de Rusia, á los que comunica su cualidad y olor.

Dambourney ha demostrado por esperimentos numerosos y concluyentes, que la corteza del abedul tiene

la propiedad de asegurar los falsos colores que comunica á las telas, la decoccion de las maderas y raices colorantes de Campeches, Fernambuco, Santa Mar

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La madera de abedul es sólida, ménos dura en, nuestras montañas que en el norte: su color de un blanco rojizo, y su grano de una finura media. Cuando está seco su peso específico es de 0,7. Sirve para hacer utensilios domésticos, zuecos, yugos y otros instrumentos de labranza y de carruages, pinas de ruedas de una sola pieza, pero inferiores á las de olmo ó fresno; cercos para barricas y cubas que no equivalen á los del castaño, pero que se conservan mejor en los pa¬ rages húmedos cuando están revestidos de su corteza, Esta madera es tambien muy buena para quemar; su carbon sirve á los dibujantes, se emplea en los hornos, y entra en la composicion de la pólvora.

Sobre el abedul se forman nudos de una substancia rojiza, jaspeada, ligera, sólida, no fibrosa, muy es→ timada de los torneros, y conocidos en el norte con el nombre de cabo. Con ellos se hacen cucharas, tazas y platillos. Despojadas sus ramas de la corteza, sirven para la fabricacion de cestas, y las mas pequeñas, ligadas entre sí, forman escobas de buen uso, cuyo despacho es considerable.

Las hojas tienen tambien su utilidad; alimentan los ganados, lo mismo frescas que secas, y se hace provi sion de ellas para el invierno. Como nacen muy temprano, conviene tener algunos pies de abcdul en los bosquecillos de primavera, Se saca de estas hojas un color amarillo débil, propio para la pintura, y que puede comunicarse á la lana, haciéndola hervir con ellas. Si á la vuelta del buen tiempo, ántes de salir las

hojas, se hace en el árbol una incision vertical, escurre una agua limpia azucarada, que despues de fermentada es una bebida como vinosa, agradable y de poca duracion. L.

ABEJAS (Agricultura). La habitacion de las abejas se llama colmena: y su construccion y forma ha sido muy variada. Las de MM. Palteau, Lombord y Hubert y las de cajon llamadas inglesas se describen en el nuevo Diccionario de Agricultura, al que nos referimos en cuanto concierne á las ventajas particulares de cada una, como tambien en lo tocante á los detalles de historia natural de tan interesantes insectos: en esta obra se halla un artículo perfectamente compuesto por M. Bosc, que pondrá al lector al corriente de los puntos teóricos que nosotros estamos obligados á omitir.

Lo mas comun es que la colmena se haga con paja, , para lo cual se rodea esta substancia en forma de cilindra, se tuerce y se reune en figura de cúspide cónico; tambien se construye de mimbres como los cestos, y se tapan despues las aberturas que dan entrada á la luz con un enjalbegado de tierra y de estiercol, cubriéndose todo con una funda de paja para que el agua que caiga corra sin penetrar en lo interior.

La colmena es un cono de diez y ocho decímetros de altura, y cuya base tiene cerca de cinco y medio de ancho: se pone sobre unas plataformas de piedra, de metal, ó mejor aun de madera, algo levantada del suelo para contener los progresos de la humedad, cuyos efectos serian funestos á las abejas.

El trabajo empieza en la cúspide central de la colmena, despues que la han bañado con un betun llamado propolis para cerrar enteramente las rendijas:

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