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Del tiempo necesario para la cimentacion.

Reaumur está cerciorado de que son necesarias 12 horas para cimentar una barra de 7 milímetros de espesor, y treinta y seis horas para cimentar hasta el centro de una barra de doble espesor. De ordinario se da á las barras de acero que se han de cimentar un espesor que varia en uno ó dos centímetros.

y

Colocadas en el hornillo las cajas ó crisoles, los artifices los llenan alternadamente de capas de cimento de barras de hierro; procurando que estas no se toquen, á fin de que ablandadas por la accion del fuego no adhieran ni entre sí, ni con las paredes de las cajas. A medida que se dispone el hierro en la forma indicada, se colocan unas barras de prueba cuya estremidad inferior esté en el fondo de la caja, y la superior sobresalga de ella, guarnecidas esteriormente de arcilla para que no puedan alterarse por el fuego. Debe evitarse el subir la temperatura del hornillo á 130 grados del pirómetro de Wegwood, que es el grado de fusion del hierro.

M. Hassenfratz cita en su syderotchnia á Duhamel, antiguo inspector de minas que consumia en sus hornillos 200 pies cúbicos de leña (de peso poco mas ó ménos de tres mil kilogramos á 15 kilogramos por pie cúbico) para cimentar seis mil kilogramos de hierro.

Del acero natural y de su fabricacion. La fundicion de hierro es un compuesto de hierro, carbono, cal y sílico. Tratando esta fundicion por el fuego, se separa la cal y la sílico, y se deja la cantidad de carbono que por su combinacion con el hierro determina la sustancia que se nombra acero natural ó de fragua.

Poca diferencia hay entre los instrumentos que se emplean en la fabricacion del acero de fragua y los que sirven para la del hierro. En ambas se hace uso de los hornillos de afinar, conocidos con el nombre de fraguas. El carbon que se quema en estos hornillos está espuesto á la accion de los fuelles mecánicos, y se echa en ellos por medio de bieldos; se arregla con palas, y el trabajo del crisol se hace con unas barras propias para maniobrar en los hornillos. Las formas y dimensiones de los crisoles son muy variadas, dependiendo de la calidad y cantidad de la fundicion que se quiere convertir en acero, y de la forma del trabajo consagrado por el uso.

Puede suceder que la fundicion que se emplee en la fabricacion del acero de fragua, contenga carbono, ó mas ó ménos del necesario para constituir el acero, y tambien que la dósis de carbon sea la que conviene á la aceracion: los procedimientos en la fabricacion se modifican en cada uno de estos tres casos.

PRIMER CASO. La fundicion contiene la cantidad de carbono necesaria para la produccion del acero.

El procedimiento en esta especie de fundicion consiste en cubrir con una mezcla de arcilla y carbon molido el crisol; en ponerle una capa de carbon y colocar sobre este combustible unas planchas ó fragmentos de fundiciones que se cubren otra vez de carbon para preservarla de la accion del aire; en encender el combustible, hacerle aire, reunir la fundicion líquida en el crisol, cubriéndola constantemente de una corteza de escórias líquidas, y dejar la masa de la fundicion en estado de reposo. Cuando esta masa se ha afi

nado, y ha adquirido el grado de dureza conveniente, se saca del crisol para cimbrarla y amartillarla.

SEGUNDO CASO. La fundicion no contiene bastante car

bono.

El procedimiento en este caso debe tener por objeto añadir carbono á la fundicion, lo que puede hacerse de dos modos: 1o, removiendo con una larga pértiga de madera el baño cubierto de escórias, en cuyo caso una porcion del carbono de la pértiga, y una parte del carbono mezclado, que cubre el crisol se mezclan en el baño de metal: 20, mezclando las fundiciones carbonadas por defecto, con las carbonadas por esceso. Cuando la fundicion contiene la dósis conveniente de carbono, se separan de ella mientras la fusion, por la accion de aquella materia vítrea que nada sobre el metal, los oxidulos de hierro y las sustancias terrosas que contiene.

TERCER CASO. La fundicion contiene carbono en esceso.

Es necesario en este caso destruir el carbono en esceso, primero mezclando en la fundicion sustancias oxidadas y poco carbonadas, tales como los oxidulos que caen de los martillos al cimbrar ó forjar el hierro viejo oxidado en la superficie: 20, removiendo la fundicion delante de la abertura del hornillo. Cualquiera que sea la especie de fundicion que se emplee, conviene antes de ponerla en fusion reducirla á hojas, láminas ó fragmentos. En algunas ferrerías se cuela primero la fundicion en piezas y despues se funde en la refinería para colarla en láminas delgadas. En Suecia se calienta la fundicion hasta el rojo cereza, y

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luego se somete al martillo para reducirla á fragmentos. En Rives se trabaja en masas rectangulares del peso de 50 kilog. poco mas ó ménos conforme llega del departamento del Iser y del Monte Blanco.

Acero fundido. El acero mas puro, mas homogéneo y mas susceptible de un hermoso pulimento, se obtiene por la fusion del hierro combinado con el carbon, por cuya razon se llama acero fundido. El esperimento que hemos referido al principio de este artículo y que tenia por objeto el combinar el hierro con el carbono en su estado de pureza, ha dado por resultado el acero fundido.

Los disolventes mas propios para convertir el acero natural y el de cimentacion ó el hierro en acero fundido, son todos los cristales silicios, salinos ó terrosos ó las mezclas de estos cristales; los vidrios de cristalería ordinaria que solo contienen sílico, cal y potasa son muy buenos, y tambien lo son los que estan compuestos de cal y arcilla cocida exenta de alumbre, de pírita, ó de sulfato de hierro. Si en lugar de la cal se emplea el carbonato de cal con la arcilla cocida, este último disolvente será propio para convertir el hierro en acero; puede tambien emplearse para fundir el acero.

Si en vez de emplear vidrios salinos fabricados, se empleasen sus elementos, esto es, el sílico y los alcalis, no se obtendria un buen resultado; el acero se disuelve, pero es muy dificil de forjarse; los vidrios terrosos se emplean como elementos. El vidrio de los espejos colados ó soplados, es tambien un buen disolvente, pero es menester mezclarle un poco de arena para hacerle ménos fusible; los vidrios demasiado fusibles hacen el acero mas dificil de forjar.

Cuando el acero está fundido no conviene dejarle demasiado tiempo en fusion con el vidrio, porque tomaria mas del que necesita para forjarse facilmente. Luego que se ha completado la fusion, es menester removerla con una varilla de hierro y colarla en seguida en el molde, cuidando de no hacerlo muy deprisa, especialmente en las últimas porciones, que deben economizarse para llenar los huecos que forma la materia al momento de fijarse ó coagularse; conviene tambien tener cuidado de separar el vidrio ántes de colarlo, á fin de que no se mezcle con el acero al echarlo en el molde.

El acero fundido se forja hasta el rojo cereza, para lo cual es necesario ir con cuidado en las primeras caldas, y golpearle con mucha igualdad sin encorbarle; un martinete movido por el agua es lo mas conveniente al objeto. Los aceros fundidos quieren ser bien forjados; adquieren mas consistencia y finura á proporcion que se les forja y se les reduce á menor cuerpo.

El grado del fuego que funde el acero es igual al que ablanda el hierro forjado hasta el punto de soldarle. Los crisoles blancos de Alemania son los que mejor resisten al fuego necesario para esta fusion; pueden servir estos para los ensayos en pequeño, pero para fundir en grande es preciso fabricarlos con las mismas tierras con que se hacen las vasijas de los hornos de vidrio, y seguir los procedimientos que emplean los vidrieros en esta fabricacion.

De los hornillos. Los ensayos en pequeño pueden siempre hacerse en una fragua ordinaria, que se rodea de ladrillos infundibles para sostener el carbon; tambien puede servir el hornillo del fundidor en cobre, si tiene un buen fuelle. Es menester siempre empezar

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