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disposicion tiene por objeto perder el menor calor posible, e, y mantener siempre llena la caldera que sufre la accion inmediata del calórico: la evaporacion se continua de este modo, hasta que la disolucion haya adquirido la consistencia de un jarabe espeso y en cuya superficie se observe una película. En este punto se distribuye la disolucion concentrada en vasos de tierra embarnizados, llamados en el pais oulas. En cada uno de estos vasos se ponen dos ó tres palos de un pie de longitud, cruzados hasta unas dos pulgadas de su estremidad superior, y separados por medio de otros pequeños hácia su base esta especie de pirámide se suspende por su cúspide en el líquido: inmediatamente se ponen estos cristalizadores en una estufa, caliente con moderacion, y se les deja en el mismo estado por quince dias, con el cuidado de mantener un grado de calor á poca diferencia constante. De este modo se obtienen esos hermosos racimos formados por los cristales del acetato de cobre sobre las varas de madera, que se hacen secar para entregarlos al comercio con el nombre de cardenillo cristalizado, verdete en racimos, ó cristales de Vénus. La porcion de acetato que se deposita en las paredes de los vasos, se estrae para venderse á parte. Los cristales de acetato de cobre son de una forma romboidal muy pronunciada y su color de un azul oscuro muy vivo. Esta sal se forma de 39, 5 de óxido, 51, 29 de ácido, y 9, 36 de agua. Cada racimo pesa de cinco á seis libras, y generalmente se obtiene en acetato cristalizado, cerca de un tercio del cardenillo que se emplea.

Antes de concentrar las aguas madres para obtener nuevas cristalizaciones, es necesario asegurarse de su estado de saturacion, para lo cual se usa el desleirlas

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con una parte casi igual de agua de cal; se deja reposar por algun tiempo, si se forma un depósito verduzco, se aclara, se reunen los resíduos en un mismo vaso, y se tratan con vinagre destilado. Para que la disolucion sea mas pronta, se pone el vaso en la estufa, se echan en seguida todos los licores en la cuba de concentracion, y se evapora de nuevo hasta formar película.

Si por el contrario, el contrario, las aguas madres no dan ningun precipitado por el agua de cal, se juzga entonces que no contienen bastante cardenillo, en cuyo caso se añaden unos 500 gramos por vaso, procediéndose despues como se ha dicho. Reiterando esta operacion á cada nueva cristalizacion, se concluye por agotar en cuanto es posible las aguas madres.

Hay otra especie de resíduo que se ha descuidado por mucho tiempo, y del cual el Conde de Chaptal ha enseñado á sacar un partido muy ventajoso; es la porcion insoluble del cardenillo, que no es mas que cobre metálico algo oxidado. Segun advierte M. de Chaptal se distribuye este resíduo en planchas graduales al rededor del taller, formando una tongada de dos pulgadas de espesor á lo mas: pronto se las ve cubrirse de una eflorescencia de cardenillo, se renuevan las superficies, se humedecen con vinagre, y cuando están suficientemente oxidadas, se tratan como el cardenillo, esto es, se disuelven en el vinagre destilado para sacar una nueva parte de acetato.

En lo que precede, no he hablado ni de la fabricacion del verdete ni de la del vinagre destilado, porque en su respectivo lugar se tratará de cada una de ellas: debo no obstante decir, que en otro tiempo se empleaba para el objeto, vinagre obtenido de la destilacion

del vino, y que despues de las mejoras que ha esperimentado el arte de destilar, se agotan totalmente es→ tos resíduos, por lo que es preciso servirse del vino comun para obtener vinagre. De aqui resulta por nenesidad un gasto mas considerable, y si se observa ademas que es menester destilar este vinagre para hacerle apto para la fabricacion del cardenillo, sin que pueda obtenerse mas que un ácido muy débil y que solo le disuelve un poco, se concebirá la inmensa ventaja que puede sacarse del uso comparativo del ácido piroleñoso. A la verdad M. Figuier de Montpellier ha propuesto substituir al vinagre destilado el vinagre simplemente amortiguado por el carbon animal, y ase gura haber obtenido por este medio, productos de tan buena calidad y en la misma proporcion. Confieso que es difícil dar una entera confianza á estos resultados, pues todos sabemos que el vinagre que no ha sido destilado, contiene, ademas del ácido acético, otros muchos ácidos que forman con el cobre sales insolubles, y pueden determinar asi una pérdida bastante considerable. Ademas, el vinagre aunque amortiguado, debe retener todavia una cierta cantidad de materia estractiva, que acumulándose en las aguas madres debe hacer muy difícil, sino imposible, la estraccion de las úl timas porciones de acetato. Por otra parte, es indudable que el procedimiento de la doble descomposicion, es el ménos dispendioso de todos. M. Le Normand da las proporciones siguientes: 48 sulfato de cobre, 61 acetato de plomo. Cada sal se disuelve á parte, y las disoluciones, mezcladas despues, dan, segun el mismo autor por producto, 40 partes de acetato de cobre cristalizado y 50 de sulfato de plomo insoluble: este puede emplearse en la pintura mezclándole con el albayalde.

En fin, con el acetato de cal pueden obtenerse resultados semejantes y con ménos gasto, pues que este acetato lo puede ser directamente y sin purificacion del ácido piroleñoso. Pero, como ya lo hemos indicado, este producto no tiene un despacho bastante considerable para pensar en una especulacion importante. Hay que hacer una observacion esencial sobre este último procedimiento, y es que el sulfato de cobre del comercio, contiene un esceso de ácido, es el bi-sulfate de los químicos, y por consiguiente el acetato que se obtiene por este medio debe tener tambien bastante esceso de ácido, y efectivamente el licor le contiene en gran cantidad, que se perderia durante la evaporacion, si se siguiese exactamente el método indicado por M. Le Normand. Es preciso para obviar este inconveniente, desleir en el licor una cantidad suficiente de cardenillo, para determinar su completa saturacion; y como el ácido está muy estendido, debe preferirse el cardenillo fresco, á fin que la disolucion se obre con mayor facilidad; se cuece, se filtra y luego se evapora hasta la consistencia que conviene.

La fabricacion del vinagre radical era la que consumia mas cardenillo cristalizado; pero despues que se sabe que el ácido piroleñoso puede concentrarse al mismo grado, se ha recurrido frecuentemente á este medio, y se renunciará probablemente al otro procedimiento. Tambien se usa el acetato de cobre para el teñido y la pintura, bajo cuyo aspecto son muy limitados sus usos.

Acetato de hierro. Esta preparacion tiene de dia en dia un uso mas frecuente en los tintes, substituyendose casi generalmente al sulfato de hierro. Por la naturaleza de su ácido, tiene sobre este último la gran

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