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Cuando se trata el litargirio por el ácido acético, hay una cantidad infinitamente pequeña que no se disuelve. Sin embargo, este resíduo, por mas pequeño que sea, no debe despreciarse porque contiene una cantidad notable de plata, un resto de óxido de plomo, probablemente el máximo, óxido de cobre y algunas sustancias terrosas. Cuando se ha reunido cierta cantidad, se trata como una mina de plata.

Sin duda se habrá observado, que en el procedimiento que acabamos de describir, no era necesario unir las disoluciones para hacerlas cristalizar. Esta es una ventaja que jamas se apreciaria bastantemente en esta fabricacion, porque el acetato de plomo disuelto, se descompone al simple calor de la ebullicion, y se forma del carbonato de plomo que es menester volver á tomar en seguida como nuevo ácido. Vemos pues, cuan precioso es el poder operar inmediatamente por un ácido concentrado. Si ademas se considera que por el antiguo, procedimiento era espuesto, á causa de la variabilidad de los vinagres, el obtener productos muy defectuosos y que exijirian mas ó ménos habilidad para ponerse en estado de venta, mientras que ahora se procede con seguridad, y que el trabajador ménos inteligente puede dirijir esta operacion, se concebirá una justa idea de los importantes servicios que los conocimientos químicos han hecho á este ramo de nuestra industria.

El acetato de plomo, ofrece bajo el aspecto de sus caractéres químicos, algunas propiedades, cuya esplicacion debe ocupar este lugar. Cuando esta sal está en disolucion, parece que no tiene ninguna afinidad con el agua, pues no retarda sensiblemente su ebullicion; sin embargo, en su estado de cristalizacion retiene de 15

á 16 por ciento. En verdad se eflorece en su superficie, cuando está en contacto con un aire caliente; pero esta eflorescencia es muy limitada, y nunca se ve á esta sal perder su forma cristalina y convertirse en polvo, como el sulfato de sosa. Si estando cristalizado se le espone á un calor próximo al grado de ebullicion, se licua instantaneamente, y entonces se hace muy difícil de secar; esto se consigue mucho mejor evitando que no se funda. En todos casos, cuando se ha conseguido quitarle su agua de cristalizacion, es todavia susceptible de esperimentar una nueva fusion, y á un grado menor que el del aceite hirviendo entónces ad→ quiere una perfecta claridad y limpieza; se descompone y ofrece fenómenos diversos, que no es mi intento describir en este lugar. He querido solo dar á conocer esta primera propiedad, afin de que los fabricantes no tienten la purificación de esta sal por simple torre faccion, como han querido ensayar algunos. Pretendian hacer acetato de plomo con aceite bruto, y desembarazarle por una ligera calcinacion del aceite em→ pireumático; pero no han conseguido otra cosa que descomponer todo su acetato.

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Todavia tiene esta sal una propiedad que no debo dejar de dar á conocer á los fabricantes poco versados en el estudio de la química, porque es para ellos muchas veces orígen de embarazos estremos, ocasionándoles frecuentemente pérdidas bastante considerables. Hablo de la facultad que tiene esta sal de cargarse de una dósis de su propio óxido, y de formar con esto una sub-sal mucho mas soluble, que mezclándose con el acetato de plomo ordinario, vuelve viscosas las disoluciones, cambia la forma de cristalizacion, empasta los cristales, les da un golpe de vista craso, é impide la desecacion.

Este inconveniente ocurria con mas frecuencia en el anterior método de fabricacion. El calor necesario pa ra concentrar las disoluciones, bastaba para volatilizar una porcion mas ó ménos considerable de ácido y descomponer otro. El óxido superabundante quedaba en disolucion por el acetato, con el cual formaba una subsal. Por lo demas, esta combinacion tan perjudicial en esta circunstancia, dada á conocer primeramente por Scheele, se ha becho para nosotros un origen de prosperidad, porque nos ha ofrecido el medio de fabricar en nuestro pais un producto que antes sacábamos del estrangero, y del cual consumimos sin embargo muy grande cantidad; importa por lo mismo describirle con alguna individualidad.

El sub-acetato de plomo contiene tres porciones de óxido, es decir, que el acetato neutro exije, para pasar al estado de sub-acetato, dos veces todavia mas óxido que el que ya contiene. Generalmente se prescribe hacer esta combinacion con el auxilio del calor; pero se efectua perfectamente bien y con mas limpieza en frio, pues aunque en verdad pida esto un poco mas de tiempo, tambien hay ménos pérdida. Cuando en frio ó á una temperatura elevada se hace que resista el acetato de plomo al protóxido, se deposita siempre un magma blanco, poco soluble, que hasta entonces se habia tenido por un carbonato de plomo, pero que pudiera muy bien ser de una naturaleza enteramente distinta. Bastante probable es tambien, que esté formado en gran parte de este segundo sub-acetato, de que M. Berzelius ha hecho mencion. De cualquier modo, se forma muy poco, á la temperatura ordinaria, sobre todo si no se pone un esceso de óxido. Precisamente por este motivo, nos hemos decidido á dar la preferencia al método siguiente:

Se toma 1 kilog. de sal de saturno, que se hace disolver en 5 kilog. de agua; se añade 1 kilog. y medio de litargirio pulverizado; el todo se tritura repetidas veces al dia, añadiendo de tiempo en tiempo un poco de agua. Al cabo de 2 ó 3 dias la combinacion ordinariamente se ha concluido: se decanta pues, y se filtra. Resultan cerca de 400 gr. de litargirio no disuelto: con este sub-acetato se obtiene el albayalde de Francia, como se dirá en su lugar.

Acetato de potasa, tierra foliada, vegetal de los antiguos. Esta sal es muy usada en Medicina, y pasa por un poderoso diurético y un disolvente precioso. En otro tiempo, se le preparaba saturando el vinagre destilado con sal de tártaro ó sub-carbonato de potasa purificado; casi todos los prácticos lo hacen ahora con el ácido piroleñoso; pero algunos pretenden que estos dos modos de preparacion, no producen un medicamento idéntico. Esta opinion no parece fundada; seria menester admitir que la pequeña porcion de materia vegeto-animal que el vinagre arrastra durante su destilacion, basta para tener una influencia marcada en las propiedades medicinales del acetato de potasa. Si esta opinion no es decisivamente errónea, á lo ménos está enteramente desnuda de pruebas. De cualquier modo que sea, es antiquísimo el deseo de obtener la tierra vegetal lo mas blanco posible, y no se conseguia en otro tiempo sino por secretos que cada uno ocultaba misteriosamente. M. Fremy, de Versalles, ha creido reconocer que la coloracion del acetato de potasa era debida á la reaccion del alcali sobre la materia vegetoanimal. Aconsejó que se tuviese la precaucion de verter la disolucion de potasa en el vinagre, á fin de que saturándose inmediatamente, fuese por lo mismo incapaz

de influencia alguna sobre la sustancia indicada. Siguiéndose la marcha opuesta, y añadiéndose poco á poco el vinagre en la disolucion alcalina, cada porcion de este ácido se halla, segun el mismo autor, envuelto en una masa de potasa, que ataca y descompone en parte el principio contenido en el vinagre; de donde proviene que la tierra foliada obtenida de este modo, es mas colorida que la otra. En todo caso, siempre es posible obtenerla perfectamente descolorida, añadiendo á la disolucion concentrada y caliente, un poco de carbon animal, sometiéndolo todo á la ebullicion durante algunos minutos. Esta mezcla, aumentada de agua, filtrada y evaporada de nuevo, da una tierra tan blanca cuanto es posible. Para procurarse esta preparacion de calidad conveniente, es menester servirse del carbonato de potasa obtenido por la combustion del tártaro, ó á lo ménos de potasa aljofarada, que se somete á una nueva purificacion. Una simple solucion en el agua basta para este objeto; pero es necesario tener cuidado de hacerla en frio y con la menor cantidad posible de vehículo, por cuyo medio se separan la mayor parte de las sales estrañas que la acompañan, como son, el muriato y sulfato de potasa, que con facilidad se eliminan del sub-carbonato, en razon de su menor solubilidad; pero á pesar de esta precaucion es inevitable que la potasa arrastre una cierta cantidad de sílice en disolucion. Esta tierra no se depone sino por la completa saturacion del alcali por el vinagre, y sucede muchas veces que hasta despues de cierto grado de concentracion del acetato, no se la ve precipitar, y se está en el caso de filtrar el licor para desembarazarla de él. Hay todavia otra época en que debe suspenderse la evaporacion, y es cuando ha llegado casi á la consis

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