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DICCIONARIO

TECNOLÓGICO,

Ó NUEVO

DICCIONARIO UNIVERSAL

DE

ARTES Y OFICIOS.

ABA

ABANICO (de chimenea) (Tecnológia). Este abanico es ordinariamente de carton con un mango de madera torneada, pintado ó embarnizado. Sirve para preservar la cara y mucho mas los ojos del demasiado ardor del fuego.

De algun tiempo á esta parte se hacen abanicos de chimenea pequeños, muy bonitos y curiosos. En unos se manifiesta un paísage de invierno, con los árboles despojados de sus hojas; pero acercándolos al fuego, aparecen sucesivamente las hojas, las flores y aun los frutos, transformando en primavera la naturaleza de aquel pais. Este efecto es fácil de conseguirse, cuando se pintan los árboles y el fondo del paisage con colores invariables, y las hojas y frutos con tintas simpáticas que no aparecen sino despues de haber re

cibido cierto grado de calor, y desaparecen á medida que el abanico se enfria.

Otros presentan en un papel transparente, un objeto cualquiera, cuando se mira por encima á la luz natural ó artificial; pero si se tapa esta ó aquella con el abanico, el objeto que se habia visto, ya no se percibe, habiendo sido remplazado por otro enteramente distinto que se manifiesta en transparente.

M. Gancheret, de Paris, obtuvo en 1820 un privilegio de invencion de cinco años por unos hermosos abanicos de chimenea, que llamó abanicos-panoramas. Las escenas dispuestas en los dos lados, á poca diferencia de 2 metros 20 centímetros de largo, se suceden por medio de un mecanismo muy sencillo, y ofrecen á la vista el cambio de las estaciones, los peligros de las tempestades, los diversos personages de una funcion de máscaras, sombras chinescas, etc, etc. No habiéndose aun publicado el privilegio (1825) nos remitimos al artículo panorama para describir la construccion de estos abanicos.

Tambien se hacen una especie de pantallas que se ponen derechas delante del fuego para preservar á las personas de un calor demasiado activo. Un cuadro pequeño cubierto de tafetan verde se dirije por una corredera, y se sostiene á la altura que se desea con el auxilio de un registro. Estas pantallas suelen tener detras un pie donde se coloca una bugia ú otra luz, de modo que se puede leer ó trabajar con comodidad sin que moleste el fuego. L.

ABANIQUERO, (Tecnológia). El abanico es un instrumento muy socorrido en los paises cálidos para agitar el aire y dirijirle hácia la cara con el objeto de refrescarse. El uso de abanicos en las mugeres, aun las

que viven en el norte de la Europa, es originario del oriente; y estas los llevan como un adorno en invierno y verano, y para disminuir el calor en los teatros y en los puntos de reunion, y aun en sus propios cuartos. En oriente se usan grandes abanicos de plumas para preservarse del calor y de las moscas.

En Italia y en España suele haber en las habitaciones, y especialmente en los comedores, grandes abanicos cuadrados pendientes de bastidores sobre las mesas, los cuales mueven los criados durante las comidas, ó en las reuniones, para refrigerar el aire y apartar las moscas.

Lo que en el dia se conoce en toda Europa con el nombre de abanico, no es mas que un pedazo de papel, de tafetan ú otra tela muy leve, doble, cortada semicircularmente у montada en muchas varillas muy delgadas de diversas materias, como de boj, de marfil, de concha, de ballena, de caña, etc, etc. Al papel y á las demas telas se substituyen muchas veces el marfil, el hueso, la concha, el asta, etc.

Los abanicos mas sencillos son los que estan hechos de papel liso de un solo color, que ordinariamente es verde. Se cortan en figura semicircular de una magnitud conveniente; se encolan dos hojas una sobre otra con engrudo muy ligero y se deja secar. Despues se ponen encima de un mandrin, que no es mas que una planchuela muy tersa cortada en semicírculo un poco mayor que el del abanico, y en la cual, partiendo del centro se habrán trazado una decena de radíos huecos en la profundidad de media línea. Se fija el papel del modo mas sólido que sea posible á fin de que no se desteriore desde el centro con un compas de punta cortante se describen dos semicírculos concéntricos, uno

t

sobre el borde esterior del papel, y otro sobre el interior, en el lugar señalado en el calibre ó mandrin, de modo que el papel quede cortado en todo el paso de la punta cortante del compas. Entónces con un instrumento delgado, como un cuchillo cuyo filo estuviese embotado, se pasa sobre todos los radíos vacios dirijiéndose con una regla para determinar de una manera regular los pliegues que deben facilitar el cerramiento. Señalados por un lado los diez pliegues, se vuelve el papel y se coloca en el calibre del lado opuesto teniendo cuidado de colocarle en las mismas señales, y despues de haberle fijado bien como en el primer caso, se señalan los diez pliegues que deben hallarse exactamente en medio de los diez primeros.

Concluida esta primera operacion se toma una aguja llana de laton, que se llama sonda (*), con la que se despegan los dos papeles desde el lado cóncavo del corte en una profundidad igual á la longitud de las es pigas de madera (**). Despues de doblado el papel alternativamente por dentro y fuera, segun las marcas hechas en las operaciones precedentes, se introduce una varilla en cada abertura hecha con la sonda, habiéndolas ántes humedecido por ambos lados con una disolucion ligera de goma arábiga.

Las varillas que comunmente se llaman pie del abanico, estan todas reunidas en su estremo inferior y enfiladas con un clavillo de metal remachado en sus dos puntas. En los abanicos de precio, este clavillo es un

(*) La sonda es de cerca de dos líneas de ancho, redondeada por un estremo para que no desgarre el papel.

(**) Las espigas son pedacillos de madera muy delgados tan anchos como la sonda, y se introducen desde el borde inferior hasta quince ó diez y ocho líneas del superior. Sirven para sostener los papeles que son muy delgados.

pequeño cilindro de cobre ó de un metal mas precioso, que en una rosca interior recibe otra piececilla tambien de rosca, la que entra en el cilindro y le fija sin necesidad de ser remachado. Las partes esteriores de ambas piezas suelen llevar pedrerias cortadas y á veces diamantes y rubies.

El ancho de las varillas hasta el punto en que están encoladas al papel, donde empiezan las espigas (*), es de cuatro ó cinco líneas, pero el ancho de las varillas de los dos estremos, contando desde el nacimiento del papel hácia arriba, es igual al de éste, y hacia abajo, lo es tambien al de las demas varillas. El papel se encola por sus dos estremidades á estas dos varillas; se dobla el abanico y se deja secar. Se raspa todo lo escedente del varillage, y se orla el abanico despues de bien seco.

La orla del abanico se hace con papel dorado muy fino, y á lo mas de dos líneas de ancho, que se dobla exactamente por su mitad y se pega con engrudo. Se deja secar de nuevo el abanico, abierto, y luego se va cerrando con la mano sucesivamente por todos los pliegues ya formados, con cuya operacion estará ya construido.

En los que se hacen de papel pintado, se imprimen primero en negro las delineaciones, iluminándolas despues, y montándolas como acabamos de describir para los de un solo color. Hay algunos abanicos que estan pintados por ambas caras, aunque lo regular es que una tenga el paisage ú objeto de la pintura, y la opuesta, una flor, un ramo, etc.

Los abanicos de tafetan, muselina, etc, están pin

(*). La parte de la varilla que entra entre los dos papeles.

TOMO I,

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