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del sistema y llena todo el intervalo que hay entre los cilindros. Cuando el aparato está en actividad, á medida que los vapores se condensan, elevan la temperatura del agua, que haciéndose mas ligera, gana la parte superior de los cilindros y va á reverterse por el tubo corvo que sirve de embudo.

El aparato de condensacion termina por un conducto de ladrillo I, cubierto y ahondado en la tierra. Al estremo de esta especie de canal K hay un tubo corvo que vierte los productos líquidos en un primer receptáculo, que cuando está lleno se descarga por medio de un embudo en otro depósito mayor; y como el tubo que termina la canal se mete en el líquido, intercepta la comunicacion con el interior del aparato. El gas desprendido va por medio de tubos LL, de uno de los lados del conducto, debajo del cenizero del horno; este tubo tiene una llave M á alguna distancia anterior al horno, á fin de poder arreglar la salida del gas, é interrumpir, si conviene, su comunicacion con el interior del aparato. La parte del tubo que sale al fogon, se levanta perpendicularmente muchas pulgadas sobre el suelo, terminando en forma de regadera N. Por medio de esta disposicion, puede distribuirse el gas uniformemente debajo del vaso, sin que el tubo que lo conduce esté espuesto de obstruirse por los combustibles ó por las cenizas.

La temperatura necesaria para operar la carbonizacion no es considerable; sin embargo, hácia el fin se eleva hasta enrojecer los vasos, y la duracion de la misma operacion, es precisamente proporcional á la cantidad de leña que de una vez se carboniza. Para un vaso que contenga medio-decastero (*), bastan ocho

( * ) Decastere medida para la leña igual á diez steres. Cada stere vale 29 pies cúbicos.

horas. Se conoce que se ha acabado la carbonizacion, en el color de la llama del gas, que al principio és de un rojo amarillento, luego azul, cuando se desprende mas óxido de carbono que hidrógeno carbonado, y al fin se vuelve enteramente blanca, lo que procede probablemente de que estando entónces el horno mas caliente, la combustion es tambien mas completa. Hay todavia otro medio de conocer el término de la operacion, y del cual se echa mano con mas frecuencia: tal es el enfriamiento de los primeros tubos que no estén rodeados de agua; se echan en su superficie algunas gotas de agua, y cuando se evapora sin ruido, se juzga que la calcinacion se ha prolongado suficientemente. Entonces se quita el tubo conductor del cilindro y se introduce en el primer tubo en que está embarnizado; se tapan inmediatamente los edificios con planchas de hierro batido revestidas de tierra de horno desleida. Se levanta por medio de la medio de la grua de eje, primero el roel que sirve de tapadera al hornillo, luego el vaso, y se remplaza en seguida con otro ya preparado con anticipacion. Cuando el vaso sacado del horno se ha enfriado enteramente, se le quita la tapa y se vacia el carbon. Medio decastero de leña, produce cerca de siete cargas y media de carbon.

Las diferentes cualidades de leña que pueden emplearse para esta operacion, dan, con relacion al ácido, productos semejantes á muy corta diferencia; pero no es lo mismo en cuanto al carbon. Éste es tanto mejor, cuanta mas densidad tenga la leña, y se ha observado que aquella que por mucho tiempo ha permanecido en contacto con el aire libre, daba un carbon de inferior calidad, á la que se carbonizó en el mismo año en que fué cortada. La leña, espuesta á la intemperie,

se deteriora, se hace mas porosa, y da un carbon sin consistencia, que se exfolia con facilidad, y se reduce á polvo.

Despues de haber descrito el género del aparato que se emplea para obtener el ácido piroleñoso, vamos á indicar ahora como se purifica. Este ácido tiene un color rojo oscuro; retiene en disolucion una parte del aceite empireumático, y del alquitran que se han formado al mismo tiempo que él; otra porcion de estos productos se halla en estado de simple mezcla. Primero es menester desembarazarse de esta tanto cuanto sea posible, bastando el solo reposo para conseguirlo. Dije mas arriba que el aparato de destilacion se terminaba por un depósito subterráneo en que se reunian los productos de todos los vasos. Con este depósito comunica una bomba ordinaria que se introduce hasta su parte mas profunda, á fin de estraer solamente la capa de alquitran, que á causa de su mayor densidad ocupa la parte inferior. De cuando en cuando se hace trabajar la bomba para estraer el alquitran que se deposita. El depósito tiene tambien en su parte superior un embudo que arroja el ácido mas claro á un receptáculo, en cuyo fondo hay otra bomba por cuyo medio se estrae.

Separado asi el ácido piroleñoso del alquitran que no está disuelto, es conducido desde este receptáculo á unas calderas grandes de hierro batido, donde se obra la saturacion por la cal ó por la greda, segun dijimos en el artículo del acetato calcáreo. Por la saturacion se despoja el ácido de una nueva porcion de alquitran, que se quita por medio de espumaderas, dejando despues reposar un tiempo suficiente á fin de poder aclararlo por una sencilla decantacion.

El acetato de cal que se obtiene de este modo, da en el areómetro, ántes de mezclarse con las aguas del la→ vado, un grado semejante al grado ácido-métrico del ácido empleado. Se evapora esta disolucion hasta que esté á 150 del areómetro, y se le añade una disolucion concentrada de sulfato de sosa. Los ácidos cambian de bases, y se obtiene por una parte sulfato de cal, que se precipita, y por otra acetato de sosa, que perma→ nece en el licor. En algunas fábricas, en vez de seguir la marcha que acabamos de trazar, disuelven por el calor el sulfato de sosa en el ácido acético, y le saturan luego con greda ó cal. Por este medio se evita el emplear el agua para disolver el sulfato, y se obtiene sin evaporacion preliminar, un licor tan concentrado como por el otro medio. En ambos casos se deja depositar el sulfato de cal, y se decanta: los resíduos se ponen á parte para colarlos, y las últimas aguas que de ellos provienen, se emplean en nuevos lavados.

El acetato de sosa que resulta de esta doble descomposicion, se evapora en seguida hasta que tenga de 27 á 280 segun la estacion. Cuando la disolucion ha alcanzado este grado de concentracion, se echa en grandes cristalizadores, y al cabo de tres ó cuatro dias, segun la capacidad de los vasos, se decantan las aguas madres, y se obtienen de esta primera cristalizacion, prismas romboidales muy colorados y bastante voluminosos. Sus caras presentan una suma limpieza y sus aristas son escesivamente vivas. Las aguas madres se someten á evaporaciones y cristalizaciones sucesivas, y cuando rehusan el cristalizarse, se queman para convertirlas en carbonato de sosa.

Para evitar tanteos siempre perjudiciales por la pérdida de tiempo que ocasionan, y por los males resul

tados á que con frecuencia conducen, se determinan por cálculo antes de hacer esta operacion, las proporciones rigurosamente necesarias para la descomposicion recíproca; mas esto no es indispensable sino cuando se varía de ácido ó de sulfato. Cuando dos sales que están á igual grado de saturacion, son susceptibles de descomponerse reciprocamente, para que no haya esceso en ninguna de ellas, es menester que la cantidad de ácido real sea la misma en las dos, y pues esta cantidad de ácido real es proporcional al peso absoluto del ácido y á su capacidad de saturacion, esto es á su grado ácido-métrico; luego puede representarse por el producto del peso absoluto multiplicado por el grado. Asi, ántes de saturar el ácido acético, se toma su grado por el método indicado en el artículo ÁCIDO; despues se multiplica este grado por el número de kilog. que se quieren emplear, y se obtiene por producto la cantidad de ácido real de toda la masa que se ha de transformar en acetato de cal. De otro modo se determina la cantidad del ácido contenida en el sulfato, y luego se divide el número que representa el ácido real del ácido acético, por el que representa el grado del sulfato; el cociente dará evidentemente el número de kilog. de sulfato de sosa necesario para la descomposicion.

Supongamos, por ejemplo, que se tengan 1500 litros de ácido acético á 8o ácido-métricos; el ácido real del total, se representará por 12000, producto de estos dos números. Admitamos tambien que el sulfato de que deseamos servirnos dé 30o ácido-métricos, deberémos buscar un número, que multiplicado por 30 produzca 12000, es decir, que tendrémos que dividir 12000 por 30. Asi, 400 kilog. de sulfato á 30 ácido

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