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se echa el ácido sulfúrico á 66° por un embudo y un caño fijo en la cubierta de plomo; se calienta poco á poco, aumentando gradualmente el fuego, hasta que habiéndose desprendido todo el gas, el fondo de las calderas quede de color rojo-cereza: el ácido de las dos ó tres botellas últimas, hallándose á un grado demasiado débil, se le acaba de saturar de gas, colocando estas botellas en la primera fila en cada operacion. Es inútil dar mayores detalles sobre este procedimiento, que presenta bastantes inconvenientes para no dejar de renunciar á él. Uno de los mas graves, es la dificultad de arrancar los asientos de sulfato de sosa que se unen al fondo de las calderas, donde se sugetan frecuentemente con mucha adherencia. El combustible, el trabajo material y el uso de los vasos, son tambien mucho mas costosos, que en el método de fabricacion que vamos á indicar.

Descripcion del aparato dicho de CILINDROS. Supongamos un hornillo (lam. u) construido para 20 cilindros, cuyas dimensiones sean: longitud un metro 65 centímetros, diámetro 50 centímetros, grueso 3 centímetros; la fundicion debe ser muy homogénea, y muy uniforme el grueso, á fin de evitar las desiguales dilataciones que la obligan á hendirse. Aunque el mismo hornillo contenga estos 20 cilindros, están sin embargo separados á pares, de los cuales tiene cada uno su cubierta y fogon (V. la descripcion del mismo aparato, ÁCIDO NÍTRICO). Conviene que todas las partes de estos cilindros se calienten de un modo igual, á fin de que la descomposicion de la sal sea simultánea y que los ácidos los ataquen ménos; porque el metal fundido es tanto ménos atacado, en cuanto está mas caliente, y el ácido sulfúrico contiene ménos agua.

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La mayor parte de los fabricantes, con objeto de economizar combustible para la construccion de estos hornillos, oponen á la llama los posibles tropiezos, obligándola á circular mucho por lo esterior de los cilindros: este sistema no es bueno, y no resulta de él tampoco la pretendida economía, porque los pasos estrechos por donde corre detienen su salida; se obstruyen muy pronto por el humo que se condensa en ellos, y que en un espacio mas libre se quemaria con utilidad; la descomposicion, operada con desigualdad, es ménos perfecta, y los cilindros se alteran con mucha mayor fuerza. Importa mucho pues, que el calórico sea general, repartido con igualdad, y fuerte segun la voluntad del que lo dirije. Para esto, es menester que la llama pueda envolver con libertad todo el cuerpo del cilindro, y conviene que circule despues por debajo de la cobertera para que deponga en ella una parte de su calórico, ántes de salirse por la chimenea.

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Cada cilindro está cerrado en sus dos cabos por un disco, igualmente fundido, de 3 centímetros de espesor del diámetro interior del cilindro; entra dentro, y se apoya en un pequeño encaje circular. Estos discos tienen en lo interior una empuñadura de la misma fundicion y un corto pitoncillo inclinado de fuera á dentro, que se coloca en la parte superior, para introducir el ácido por una parte, y por la otra, para adaptar el tubo de vidrio ó de barro que conduce al condensador; la misma inclinacion de estos caños es necesaria por un lado, para que el ácido sulfúrico se introduzca con facilidad, y por otro, para que entre ménos ácido sulfúrico en los recipientes, durante la destilacion: el primer cilindro comunica por un tubo curvo con un frasco de dos tubos, de los cuales el segun

do envia por otro tubo tambien encorvado el gas no condensado á otro frasco; este segundo frasco recibe tambien el gas desprendido del segundo cilindro, y envia por tercer conducto y un tubo corvo, el gas no condensado de estos dos primeros, á un tercer frasco, que recibe del mismo modo el gas desprendido del tercer cilindro, y asi sucesivamente hasta el último frasco, que recibiendo el gas desprendido de los otros, y ademas el que se desprende del último cilindro, remite todo el gas que no condensa, á una segunda fila del mismo número de fracos (en número de 20), donde sucesivamente pasa de uno á otro hasta la entera condensacion.

Conviene que la primera fila de botellas esté completamente metida en agua, que se renueve con lentitud, entrando por la parte inferior de la pila que la contenga, á la estremidad donde se halle el último frasco, y salga caliente por la otra estremidad en la parte superior de la misma pila: en la segunda fila de frascos es donde se recoge el ácido hidro-clórico mas puro; condensado éste, en la primera, contiene siempre un poco de ácido sulfúrico, y algunas veces sulfato de sosa y muriato de hierro. Todas estas botellas deben tener la mitad de su capacidad ocupada con agua pura, que absorverá de su peso de gas ácido muriático.

Este aparato de condensacion no es muy conocido, aunque muy preferible á la mayor parte de los que se ven comunmente en las fábricas, y ni es mas dispendioso ni mas difícil de montar por otra parte, da mas y mas puro-ácido (se obtienen con 100 de sal marina 130 de ácido hidro-clórico á 23o Beaumé, ó 1190 gravedad específica, equivalente á 88, á poca diferen

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cia 39 de ácido efectivo; la sal marina entregada á los fabricantes no representa, á causa del agua y de las materias estrañas que contiene, mas que de sal pura, que en la relacion de 4 de ácido efectivo equivale á 43: es asi que se obtienen 39, con que no es apénas posible en grande aproximarse mas). Dispuesto todo como acabamos de indicar, se cargan los cilindros con la sal marina (80 kilog. en cada uno ); se tapa con arcilla el disco fundido, se enciende el fuego, y se echa el ácido sulfúrico á 669, en la proporcion de 80 por 100 de sal; si se emplea ácido sulfúrico á 649 (cuesta ménos de concentrarse y descompone mejor la sal), será necesario 83,25 de este ácido por 100 de sal marina.

Debe encenderse el fuego con viveza, pero disminuirse así que la destilacion empieze: continua moderadamente hasta que el desprendimiento se afloja, que entonces se le imprime un poco mas de actividad para concluir la descomposicion; se quita el lúten del obturador para sacar el sulfato de sosa y empezar otra nueva operacion. Este sulfato debe ser blanco, uniforme, que no presente al quebrarse sal marina no descompuesta, y que dé 208 6 210 por 100 de sulfato de sosa cristalizado; por medio de sifones de vidrio, se estrae todo el ácido hidro-clórico á 23o en grandes botellas de barro, de cabida de 60 litros, embanastadas en cestas de mimbre con relleno de paja. De este modo se entregan al comercio.

Carácteres. El ácido hidro-clórico líquido es blanco, el del comercio es de color de ámbar, semejante al del aguardiente; al aire libre esparce unos vapores blanquizcos muy ácidos y que provocan la tos; vertido en tierra ó sobre carbonato de cal, y sobre los demas carbonatos en general, hace en ellos una viva efer

vescencia : cuando es demasiado débil, para que los vapores que desprende sean sensibles, se manifiesta su presencia en forma de vapores blancos muy pronunciados, oponiéndoles un poco de amoniaco sobre un tapon de vidrio ú otro cuerpo cualquiera. Distínguese el ácido hidro-clórico de los demas ácidos, áun cuando esté dilatado en una gran cantidad de agua, vertiendo en él una disolucion de nitrato de plata, que le descompone y forma un precipitado blanco cuajado de hidroclorato de plata. La cantidad de ácido efectivo, contenida en el agua, se manifiesta por la saturacion del sub-carbanato de sosa. (V. ACIDO, SATURACION). El ácido hidro-clórico puro, está compuesto de un volúmen de cloro y de otro de hidrógeno.

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Usos. El uso del ácido hidro-clórico se ha aumentado considerablemente, en especial desde que se ha substituido hace muy poco tiempo al ácido sulfúrico en la fabricacion del cloro. (V. CLORO Y CLORUROS). Sirve tambien para estraer el cardenillo de los metales, para preparar el hidroclorato de estaño, y para sacar la jaletina de los huesos (V. JALETINA). Se une al ácido nítrico para formar el ácido hidrocloronítrico, ó agua régia, que sirve para disolver el oro,, la platina, etc.

Asi se esplicaba lo que ocurre en esta operacion, suponiendo que la sal marina era muriato ó hidroclorato de sosa: el ácido sulfúrico se apodera de la sosa, y el ácido muriático ó hidro-clórico se desprende, y esta esplicacion, respondia á casi todos los fenómenos, tan bien como la adoptada generalmente en el dia, y que se indica mas adelante.

Teoría. La afinidad del ácido sulfúrico para la sosa (óxido de sódio), es mayor que la del cloro que

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