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mente en una parte igual de agua: la descomposicion se efectua, el hidrógeno se transporta sobre el azufre para formar el gas que se desprende, el oxígeno se combina con el hierro, y el óxido que resulta con el ácido sulfúrico; mas como no hay bastante agua para disolver el sulfato, no puede tener lugar la cristalizacion; la masa se hincha, pero no se endurece; queda pulverulenta, y los frascos se pueden vaciar facilmente concluida la operacion, lo que es una gran ventaja; de tiempo en tiempo se añade un poco de ácido, y este es todo el cuidado que esta operacion exije. Hay sin embargo que observar, que algunas veces el súlfuro de hierro no se deja atacar por el ácido sulfúrico: yo creo que esto consiste principalmente en que el azufre reside en demasiada grande proporcion en el súlfuro de hierro; y lo cierto es que se previene facilmente este inconveniente añadiéndole limaduras de hierro mezcladas groseramente; el desprendimiento se muestra al instante, y tiene lugar la descomposicion del súlfuro. No sé si en el estado actual de la ciencia podria esplicarse este fenómeno; pero me parece que tiene sus relaciones con esas acciones eléctricas, cuya influencia empezamos á entrever en muchas y muy diferentes circunstancias, y que probablemente son tambien una de las causas ocultas de la fermentacion. R.

ÁCIDO MURIÁTICO. (V. ÁCIDO HIDRO-CLÓRICO.)

ácido nítrico, agua fuerte, ó espíritu de nitro, conocido en un principio con este último nombre; fué descubierto por Raimundo Lulio, destilando una mezcla de salitre y arcilla. Cavendish indicó sus elementos; Gay-Lussac, Davy, y Dalton estudiaron sus propiedades, que se esparcieron generalmente por nu

merosas aplicaciones que se hicieron de ellas en las artes, y su frecuente uso en los ensayos químicos. Como es la última combinacion del azoe con el oxígeno, darémos algunas nociones sobre las tres primeras, cuyo conocimiento es útil á la esplicacion de los fenómenos que presentan sus fáciles modificaciones. Estas no tienen aplicaciones directas en las artes.

Protóxido de azeo. Su descubrimiento se debe á Priestley, es blanco y sin color; el oxígeno y el aire no tienen accion sobre él; con el auxilio del calor, cede facilmente su oxígeno á los cuerpos combustibles, y el azoe queda en libertad; mantiene la combustion mejor que el aire, y enciende una bugia que se introduce en él luego que se la haya apagado, por pocos que sean los puntos incandescentes que la queden; el agua á 10o de temperatura, disuelve la mitad de su volúmen; el calórico de la ebullicion le desprende; en fin, un volúmen de azoe, y medio volúmen de oxígeno condensados en uno solo, forman un volúmen de este gas, ó en peso: azoe 100, óxido 56. Este gas se llamó tambien gas hilarante, á causa de la agradable sensacion que los químicos ingleses manifestaron esperimentar los primeros al respirarle ; un efecto opuesto se ha observado por algunos otros químicos que les ha faltado muy poco para que quedasen privados; pero parece que esto procedia de la presencia de un poco de ácido nitroso, por lo que se recomendó hacerle atravesar una disolucion de potasa, para cerciorarse de su pureza antes de emplearle para la respiracion.

Deutóxido de azoe. Fué descubierto por Priestley, que indicó la mayor parte de sus propiedades, estudiadas despues por Davy, Gay-Lussac y otros; este es un gas permanente en todas las temperaturas, sin co

lor, sin accion sobre los colores azules vegetales, extingue los cuerpos inflamados, asfixia los animales, se apodera del oxígeno, del aire (1 volúmen), componiéndose entónces de dos volúmenes de oxígeno y uno de azoe, se vuelve rojo y opaco, y asi pasa al estado de ácido nitroso; propiedad que forma su carácter distintivo, y la cual le hace de tanta importancia para la fabricacion del ácido sulfúrico (*). A causa de esta transformacion en ácido nitroso obra tambien el deutóxido de azoe tan eficazmente en la economía animal. Este gas se obtiene disolviendo el cobre ó el mercurio en ácido nítrico; lo que forma deutonitratos de estos metales, y el oxígeno arrebatado á una parte del ácido nítrico deja desprenderse una cantidad correspondiente de deutóxido de azoe. Tambien se obtiene por la reaccion del ácido nítrico sobre la melaza, el azúcar, el almidon, la goma, etc., y sobre los demas cuerpos combustibles, á los cuales cede facilmente una parte de su oxígeno (v. ÁCIDO OXÁLICO Y SULFÚRICO). El mas puro, se consigue por la disolucion del mercurio con auxilio del ácido nítrico dilatado con agua; está compuesto de un volúmen de oxígeno y un volúmen de azoe.

El ácido nitroso, compuesto de dos volúmenes de oxígeno y de un volúmen de azoe, no está todavia saturado de este último gas; en efecto, descolora el sulfato de manganeso desoxidándole; como anhidro, es líquido á la temperatura ordinaria, sin color á 20o bajo cero, amarillo de ambar, á cero, y amarillo anaranjado', desde 15o á 289; hierve en esta temperatura y se reduce á vapores rutilantes; se combina con el áci

Su combustion con este ácido concentrado, se obra y cristaliza instantaneamente; el agua la descompone.

do nítrico y le colora de verde-amarillo, anaranjado, rojo-oscuro, segun los grados de concentracion de éste. El ácido nitroso no tiene tampoco uso directo en las

artes.

En fin, la combinacion del azoe con el oxígeno, en relacion de un volúmen del primero á dos y medio del segundo, ó en peso: azoe 35,12, oxígeno 10. Esta combinacion, que en el sistema' de la nueva nomenclatura moderna debia tener el nombre de ácido acético, ha conservado su nombre de ácido nítrico.

Fabricacion. Este ácido se fabricaba ántes descomponiendo el nitro por la arcilla en vasos de barro; los resíduos de esta operacion se utilizaban en la fabricacion del alumbre, porque contenia dos de los principios constituyentes de esta sal triple, la potasa y la alumina. Esta descomposicion se obró despues en los mismos vasos por el ácido sulfúrico; posteriormente se ha substituido el metal fundido al barro, y á la forma de aquellos vasos, la de calderas.

Poco dirémos sobre este aparato al que generalmente se ha renunciado ya; se componia de seis calderas en doble filas colocadas en un mismo hornillo sobre seis fogones; estaban cubiertas y tapadas, y comunicaban por tubos de barro con una série de 7 á 8 frascos, llamados damas-juanas, de los cuales los dos primeros se metian hasta su mitad, en cubillos llenos de agua (V. descrito el mismo aparato en el art. ÁCIDO HIDROCLÓRICO ). Sin embargo, como este procedimiento se emplea todavia en algunas fábricas, debemos esponer aqui sus principales inconvenientes. La fundicion de que se compone el metal de los vasos es tanto ménos atacable, ya por el ácido sulfúrico, ya por el ácido nítrico ó hidro-clórico, cuanto mas fuertemente se calienta; las co

berteras y bordes superiores de estas calderas quedando fuera de la accion del fuego, son atacadas con mas facilidad, y esta alteracion causa al fabricante doble perjuício; se gastan mas considerablemente los vasos, y el ácido nítrico atacando al hierro, se descompone, da origen al ácido nitroso, y no solamente esta descomposicion hace perder ácido nítrico, sino que tambien cuesta mas la rectificacion que se ha de hacer para arrojar el ácido nitroso condensado, que colora el ácido nítrico en amarillo ó rojo. No habiendo sido bastante elevada la temperatura, ó mas bien bastante igual, el nitrato de potasa no queda tampoco tan bien descompuesto, como en el procedimiento que vamos á describir; los resíduos contienen aun ácido nítrico, y en fin, su adherencia al suelo de las calderas es tan tenaz, que cuesta mucho trabajo el arrancarlos, esponiéndose siempre á abrir el metal, por los repetidos golpes de escoplo que es preciso darles á este fin; semejante trabajo es todavia mas penoso por el calor que en él se sufre, cuando las operaciones se suceden con rapidez, como de ordinario acontece; la superficie caliente (es decir, aquella que debe atravesar el calor, para llegar á la mezcla que contienen estas calderas), como ménos considerable que la que presentan los cilindros, hace durar mas la operacion en el primer caso, siendo tambien la accion ménos general; se emplean mas combustibles, etc.

El aparato que hoy merece la preferencia, consta ordinariamente de cuatro cilindros en un mismo hornillo, que se comunican por medio de tubos, con tres ó cuatro filas de frascos, metidos los dos primeros en el agua (V. lam. 11 fig. 2, y el mismo aparato descrito en el art. ÁCIDO HIDRO-CLÓRICO). Los tubos inmediatamente

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