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duce la segunda aparicion de los vapores rutilantes mas pronunciados. P.

ÁCIDO OXÁLICO. La mayor parte de los químicos atribuyen el descubrimiento del ácido oxálico á Bergman; pero algunos conceden este honor á Scheele; parece que cada uno de estos químicos cooperó á este fin por su parte, y de un modo muy distinto. Bergman halló en 1776, que tratado el azúcar por el ácido nítrico, se convertia en un ácido vegetal muy fuerte, y cristalizable, al que dió el nombre de ácido saccharino. Scheele manifestó en 1784, que este ácido artificial estaba enteramente formado en la sal de acederas, hasta entonces se habia confundido con el tártaque ro ó con su ácido: compuso la sal de acederas de todas formas, combinando el ácido saccharino con la potasa. Desde entónces se llamó este ácido, cuyo descubrimiento hizo grande sensacion, ácido oxálico, del nombre genérico de una de las plantas que dan la sal de acederas.

Hace algunos años que se consume mucho ácido oxálico en las fábricas de telas pintadas, donde se emplea como medio de destruir el mordiente sobre las partes donde no se quiere que prenda el color, y hace que el tejido conserve en ellas su primitiva blancura. Tambien se sirven de él para avivar algunos colores, y destruir las manchas de moho en diferentes tejidos.

Puede obtenerse este ácido haciéndole artificialmente por el procedimiento de Bergman, ó segun el caso, separándole de su combinacion natural. Espondrémos pues ambos medios.

No es el azúcar el único producto vegetal, que tratado por el ácido nítrico, pueda producir ácido oxálico; hay otros infinitos que dan el mismo resultado:

las féculas amiláceas le proveen igualmente y en muy grande proporcion, pero en mucha menor las gomas. Muchas sustancias animales, y particularmente la lana, la seda, la albumina, la gelatina, etc., dan tambien cierta cantidad; pero el azúcar y la fécula son los dos materiales que mas ventaja ofrecen bajo este aspecto.

Cuando se trata una materia vegetal cualquiera por el ácido nítrico, es sabido que éste se descompone con mas ó ménos prontitud, segun la cantidad que se emplee, su grado de concentracion, la temperatura que reine, y la naturaleza de la sustancia sobre la cual obra; los productos de esta descomposicion son en estremo varios; y dependen tambien de la influencia de las causas que acabamos de indicar. Es pues de lo mas esencial en esta operacion, atender á todas estas circunstancias, si se quieren constantemente conseguir ventajosos resultados. No bastará emplear siempre las mismas proporciones respectivas de ácido nítrico y de azúcar para recoger la misma cantidad de ácido oxálico: será menester ademas emplearle de la misma manera. M. Chaptal aconseja en su química aplicada á las artes, que se tomen nueve partes de ácido nítrico ordinario, por una parte de azúcar, que se mezcle el todo

y se someta á la accion del calor. Entónces la reaccion es de las mas vivas; desprende una cantidad considerable de vapores nitrosos, y se produce ácido oxálico en mucha mayor proporcion que si se fraccionase el ácido nítrico, porque segun el mismo autor, la descomposicion es mas completa y se forma ménos ácido málico. Confieso que á pesar de la confianza que deben inspirar los resultados anunciados por M. Chaptal, tengo dificultad en creer que asi sea, y he halla

do siempre preferible, obrando á la verdad sobre masas mas pequeñas, el no emplear el ácido nítrico sino por partes; de otro modo, el ácido oxálico se descompone por si mismo á medida que se forma. El inconveniente indicado de producir ácido málico, no es un verdadero inconveniente, porque se transforma el mismo en ácido oxálico, sometiéndole á la accion de una nueva cantidad de ácido nítrico. Hé aquí el procedimiento que mejor me ha salido; en 24 lib. de fécula, que se reparten en muchos vasos tubulados, dispuestos en un baño de arena comun, se echan 72 lib. de ácido nítrico ordinario; se deja obrar: pronto se disuelve el almidon, la descomposicion comienza, y el gas nitroso se desprende en muy grande abundancia. Cuando ha terminado la accion, se añaden 24 lib. de ácido nítrico, que se calienta ligeramente; aparecen de nuevo los vapores rutilantes, y se sostiene un calor moderado mientras que existe reaccion. Despues se echa el licor en barreños para cristalizarle, obteniéndose asi por primer resultado cerca de 5 lib. de ácido oxálico; se reunen luego las aguas madres, se calientan y se las añade 24 lib. de ácido nítrico en muchas veces. Este segundo procedimiento, da cerca de 2 lib. y 8 onz. de cristales; se repite la misma operacion de las aguas madres por tercera y cuarta vez, y el producto total en ácido oxálico purificado, equivale á un poco mas de la mitad de la fécula empleada, siendo el ácido nítrico consumido, igual al sex-tuplo. La purificacion que se hace esperimentar al ácido oxálico, consiste en una simple disolucion y cristalizacion para desembarazarle del ácido nítrico de que está impregnado.

Tratando el ácido sulfúrico se indica un procedimiento que produce igualmente ácido oxálico; pero como

en él no es este producto sino secundario, y que el principal objeto es formar gas nitroso para servir á la transformacion del ácido sulfuroso en ácido sulfúrico, no se toma ninguna de las precauciones necesarias para obtener un resultado mas ventajoso bajo el otro aspecto, y se prescribe el poner todo el ácido nítrico de una vez sobre el melote. Este procedimiento, bastante imperfecto, es sin embargo el que ha obligado á disminuir tanto el precio del ácido oxálico: la razón se concibe facilmente si se reflexiona que el gas nitroso que en este caso se forma, paga por sí solo, por el partido que de él se saca, el ácido nítrico que se emplea, y por consiguiente el ácido oxálico que se recoge no cuesta nada, ó casi nada.

En Suiza, los fabricantes de telas pintadas, recurren á otro medio para procurarse ácido oxálico; le estraen de la sal contenida en el oxalis y en el rumex ocetosella, plantas que crecen con abundancia en aquel pais, y que hace muchos años son objeto de una esplotacion particular.

Por este procedimiento, se descompone la sal de acederas (oxalato ácido de potasa), por el acetato de plomo, y el oxalato de plomo que de aqui resulta, por el ácido sulfúrico. Para esto se disuelven en 12 ó 15 partes de agua hirviendo, 50 kilog. de sal de acederas; á parte se disuelven en frio 150 kilog. de acetato de plomo; se mezclan poco á poco las dos disoluciones, y se baten muy fuertemente se dejan reposar despues un tiempo suficiente, y se decanta el licor, lavándose luego el depósito por cuatro ó cinco veces distintas; cuando el precipitado no contiene ya ninguna sustancia estraña, se echa en barreños ó jarros de barro, y se trata por el ácido sulfúrico dilatado. Para la pro

porcion de sal que hemos indicado, se toman 37 kilog. 50 de ácido sulfúrico, que se deslie en 5 ó 6 partes de agua; y á fin de aprovechar el calor de la mezcla, no se hace sino en un momento, vertiéndola inmediatamente sobre el oxalato de plomo. El todo debe removerse mucho tiempo y muchas veces. Conviene asegurarse del acierto de la operacion, ensayando por el muriato de barita una porcion pequeña del licor filtrado: si el precipitado que se forma, es casi enteramente soluble en el ácido nítrico puro y dilatado, es una señal cierta de que la operacion se ha concluido; en el caso contrario, se deja permanecer el ácido mucho mas tiempo, y tambien algunas veces se echa la mezcla en una caldera de plomo y se calienta ligeramente. Cuando se juzga terminada la operacion, se decanta de nuevo, y se lava el resíduo con agua caliente, hasta que los lavados no sean ya sensiblemente ácidos. Todos los licores se reunen despues, y se les hace evaporar, hasta que adquieren alguna consistencia, y quedan como viscosos; entonces se aparta del fuego y por este enfriamiento se obtiene el ácido oxálico en cristales hebrosos que se enlazan entre sí.

Acontece muy de ordinario, que el ácido oxálico, obtenido por este procedimiento, afecta solo la forma de hebras ó pequeños prismas muy cortos, cuando el que está fabricado con una materia vegetal tratada por el ácido nítrico, se presenta en largos prismas cuadriláteros, que algunas veces tienen casi dos pulgadas de longitud. Esta diferencia depende verosimilmente de una resta de materia estractiva contenida en la sal de acederas, de la que no es posible desembarazarla por las precipitaciones y los lavados. Este inconveniente, si lo es, puede obviarse añadiendo al licor, hácia el fin 23

TOMO I.

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