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plaga destructora, pero todos infructuosos. Con mechas de azufre y resina mezclada con cera, encendidas debajo de los árboles, donde los abejorros reposan desde las nueve de la mañana hasta las tres de la tarde, pueden sofocarse estos insectos y obligarles á caer, sacudiéndoles de cuando en cuando: despues se amontonan y se queman, ó bien se les da á las aves de corral, que los comen con mucho gusto. Se persigue á los gusanos blancos plantando ensaladas en los terrenos donde viven; estos insectos se dirijen preferentemente á sus raices como que son tiernas y suculentas, y cuando se observa que las hojas se marchitan, se arranca el pie con la pala, y se hallan cuatro ó cinco gusanos ocupados en devorarlas. En la primavera, cuando estos insectos no están muy profundizados en la tierra, se hallan frecuentemente en las labores, en la superficie del suelo, y entonces se matan con el pie. FR.

ABONOS. Se dá este nombre á las sustancias susceptibles de activar la vegetacion en diferentes terrenos y de fertilizar muchas veces hasta los mas áridos.

Los abonos deben clasificarse en tres distintos órdedenes; los unos obran en algun modo mecanicamente, y varian segun la naturaleza del suelo, aligerando las tierras muy compactas ó dando consistencia á las demasiado ligeras. La marga, las arcillas, las cenizas de hornaguera, las tierras areniscas, etc., pueden colocarse en esta clase. Las segundas obran quimicamente, porque suministran á las plantas una parte de los principios que deben asimilar; tales son los estiércoles y diversos restos de sustancias vegetales y animales. Las últimas parece que obran escitando las fuerzas vitales de los vegetales, absorviendo para transmitirse Ja humedad que se halla distribuida en la atmósfera.

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Algunos abonos pertenecen á las dos ó á las tres clases dichas, y llenan á un mismo tiempo las dos ó tres indicaciones, porque contienen materias terrosas, residuos de sustancias orgánicas y diferentes sales. Como ejemplo de esta especie de abonos, pueden citarse los mantillos ó estiércoles muy podridos, el lodo de las calles, los depósitos de los sumideros, las mezclas de los orines con la greda, la arcilla y el

yeso, etc.

Los abonos que hemos colocado en la primera clase deben siempre preceder á los demas, pero, no son útiles en todos los terrenos, y muchas veces se han confundido con los abonos activos. Por esta razon, sin duda, se esplica en diversos tratados y memorias sobre la agricultura, la análisis química de los suelos, en circunstancias, en que la constitucion física pudiera solo hacer apreciar su influencia sobre la vegetacion. He aqui cuales son los datos fundamentales de estas suposiciones: es generalmente sabido, que las tierras aluminosas y gredosas son compactas, permiten con dificultad la infiltracion de las aguas y retardan su evaporacion; que las que son solubles, contienen una gran porcion de silice, se dejan atravesar demasiado rapidamente por el agua, y despues de algunos dias de sequedad se hacen áridas y abrasadoras; pero la agregacion diferente de las partes modifica mucho estas propiedades físicas. En efecto, es constante que la alumina tostada ligeramente adquiere una gran dureza; que las arenas iluminosas no difieren, en cuanto á su influencia en la vegetacion, de las arenas silíceas; que el carbonato de cal no forma solamente cretas finas, desmenuzables, sino tambien piedras duras, como por ejemplo, la piedra calcárea, los diferentes mármoles, etc.; en fin, que las mezclas ó combinaciones de la sí

lice, de la alumina, de la cal y del carbonato de cal afectan formas fisicas diferentes y tienen una influencia muy variada sobre los vegetales. La analisis quimica no puede ser en general sino un recurso muy débil en estas circunstancias, y por otra parte no está tampoco al alcance de todos.

Dos modos de ensayo, bajo cierto aspecto mecánicos, me han parecido preferibles y los he empleado con éxito hace algun tiempo. Una breve descripcion y algunos ejemplos los darán facilmente á conocer.

Se toma en la superficie del terreno en muchos parages y á diversas profundidades, una corta cantidad de tierra; se humedece separadamente cada muestra con una parte de agua suficiente para formar una argamasa muy espesa, con la que se amasan unas bolillas que se esponen al sol ó al calor de una estufa para disipar su humedad. Despues de secas, se examinan sucesivamente; las que ofreciendo cierta solidez, pueden sin embargo deshacerse entre los dedos y reducirse á polvo, anuncian un suelo que fertilizarian con facilidad sencillos estiércoles. Las bolas que hayan adquirido por la desecacion una gran dureza, no pudiendo aplastarse ni reducirse á polvo como las otras, entre los dedos, indican un suelo muy compacto, susceptible de ser mejorado por abonos capaces de separar las tierras.

Finalmente, las muestas que despues de secas tengan muy poca consistencia, cedan pronto á una ligera presion, ó se desgranen espontáneamente, pertenecerán á una tierra demasiada ligera en la cual los estiércoles ordinarios estarán mucho tiempo sin fertilizarla, y cuya constitucion física es menester cambiar hasta cierta pro fundidad,

Los indicios que proporciona este medio de ensayar, son bastantes para dar á conocer que un terreno es de naturaleza proximamente conveniente, ó demasiado compacto, ó demasiado ligero; pero si se quieren obtener nociones mas ciertas, y determinar en que proporciones deben hacerse las mezclas, el procedimiento que he empleado en las circunstancias siguientes, en algunos parages de la llanura de Grenelle (en Paris), procurará estos datos tan útiles.

En esta localidad, los terrenos vecinos á la orilla de las aguas son muy fértiles; con auxilio de estiércoles muy ligeros, todos los géneros de cultivo que he ensayado han tenido buen resultado; las plantas hortenses y las de recreo nacen muy bien, y entre las de gran cultivo, pueden citarse las patatas, remolachas, nabos, todas las cereales, el colza, la alfalfa, etc.

A alguna distancia del rio, no produce la tierra sino en años lluviosos; en vano se han hechado en ellas los mas ricos estiércoles duerante veinte y cinco años; siempre las cosechas han faltado en los años de sequía, y aun en los ordinarios han sido muy poco abundantes. Con esta corta diferencia en su constitucion física estos, dos suelos tan inmediatos, se hallan con las mismas circunstancias capaces de influir sobre la vegetacion; era pues interesante examinarlos bajo el primer punto de vista.

Ensayo primero. Tierra de Grenelle, sacada á distancia de 20 metros de la orilla del Sena, á la profundidad de 30 centímetros.

Cien gramos, secados al sol, en capas delgadas, desleidos en 100 gramos de agua, dejaron sobrenadar con un reposo de algunos minutos, casi la mitad del agua empleada en desleirlos; hechados despues en un embudo

con un tapon de papel de filtrar humedecido, escurrieron gota á gota por cuarenta y siete minutos, 52,5 granos de agua; luego debieron retener 47 gramos 5 decígramos.

Segundo ensayo. Tierra tomada en el mismo parage, pero á la profundidad de un metro, y tratada del mismo modo, ofreció iguales caractéres: 100 gramos con otros 100 de agua, dieron 52 gramos de líquido que dejó de gotear al cabo de cuarenta y nueve minutos, por lo que debieron retener 48 gramos de agua.

Tercer ensayo. Tierra sacada del mismo parage, pero á 2 metros de profundidad, en cantidad de 100 gramos desecados, se pulverizaron con dificultad; esta tierra resistia á aplastarse entre los dedos; desleida en 100 gramos de agua, formó un hervor espeso sin permitir apénas que sobrenadase un décimo del agua empleada; despues de 20 miuntos de reposo, y echada en el embudo, dejo gotear muy lentamente en 24 horas, 28,5 gramos de agua, reteniendo por consiguiente 71,5. De esta corta cantidad de agua escurrida, y de la lentitud de la filtracion, debia concluirse que la tierra era demasiado compacta tan solo en aquella profundidad.

Cuarto ensayo. La tierra tomada á 300 metros de las orillas del Sena, y á 30 centímetros de profundidad, tenia un color amarillo, y era muy desmenuzable; desecada y tratada como las antecedentes, se depuso mucho mas pronto, y dejó sobrenadar mayor cantidad de agua; 100 gramos dieron en 35 minutos que duró la filtracion 68 gramos de líquido. Estos resultados, esplicaron porque la tierra en aquel parage, no puede retener bastante tiempo en su superficie una cantidad suficiente de agua en los intérvalos de las lluvias; la razon porque las legumbres y despues los sembra

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